- Publicidad -

Kirchner y su PJ

Recorte de La Opinión Austral año 1996
15:00Por Juan Cruz Sanz para OPI Santa Cruz
Cristina es Kirchner, de eso no quedan dudas. Pero a esta altura, jugar con las palabras de Néstor Kirchner es una suerte de atracción sin dificultad.

Su doble discurso le ayudó, en un accionar maquiavélico, a posicionarse dentro de los terrenos de la política. Como gobernador, y luego como presidente, supo leer el termometro social casi a la perfección, y constituyó un gobierno de efectos y no así de hechos. Con aciertos y desaciertos, logró que los pocos puntos a favor eclipsen los errores, y la teoría de una capa de teflón sobre su figura se coloque como una verdadera sombra. Nada lo salpica, nada lo perjudica y el está siempre ahí, ileso.

Las oficinas de Néstor Kirchner en Puerto Madero se constituyeron en las sombras, y en poco tiempo se afianzaron como el doble comando de una gestión que nunca empezó, o de una gestión anterior que nunca terminó. Desde ahí, el ex presidente digita con precisión de cirujano cada una de las decisiones de su Presidenta. El guión ya esta escrito y los actores saben su papel. El Partido Justicialista, o lo que queda de él, fue cooptado por la ambición de poder, y su regularización responde más a una suerte de intervención kirchnerista. Asi es como Kirchner y su mesa chica digitan cada uno de los nombres de los congresales que levantaran la mano el próximo 6 de marzo, cuando el Justicialismo transite la nueva era del peronismo k.

Kirchner ya se prueba el traje de presidente del partido, un traje que hace más de dos años parece tener listo su nombre, sólo faltaba la decisión política. A partir de ahí, las conjeturas son varias y profundas.

El 16 de enero de 1996, el PJ se debatía en seguir respondiendo al menemismo o claudicar en un intento de reestructuración. Ahí es cuando apareció la figura de un gobernador del sur, que ya sabía como moverse para posicionarse dentro de la esfera nacional. Dispuesto a romper filas, Kirchner salió con los tapones de punta. “El oficialismo implementa procedimientos feudales”, acusó el ex presidente, que también profundizó sus declaraciones: “En el seno del PJ hay un jefe y un empleado”, en referencia a Carlos Menem y Eduardo Duhalde y exigió que el partido “abandone la liturgia del dedo”.

Diario La Opinión Austral 1996Ya pasaron 12 años, nada cambió. Ahora el dedo es otro, pero no vaya a ser cosa que se señale a sí mismo.

spot_img

Suscribité al Newsletter

Más Noticias

- Publicidad -spot_img

Más Noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí