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Puede ser legal, pero no ético

Es legal que cualquier político, en función de un cargo electivo, se proponga a otro cargo, utilizando parte del mandato que le queda para hacer política partidaria, cuando debiera dedicarse a representar a quienes lo votaron. Esto se encuentra avalado por las leyes que nadie quiere modificar y menos aún los legisladores, ya que cualquier iniciado en la política reconoce en este burdo y antiético mecanismo, la llave para trepar a otro cargo superior sin dejar el que incumple todos los días. Una vez dentro del círculo, la inercia lo empujará de concejal a diputado, de diputado a senador o a candidato a gobernador y si el ascenso político no se le dá, puede reinventarse y buscar la reelección o volver de diputado a concejal (Ejemplo: Dr Juan C. Figueroa – PJ), sin problemas (y sin decoro). Todo es posible; la cuestión es permanecer y no perder la beca política.

En el usufructo de este vil mecanismo están todos de acuerdo: oficialismo y oposición, izquierda y derecha, progresistas y conservadores o neoliberales. No se distinguen ni siquiera en el discurso. En sus reelecciones, los políticos usan los medios y la plataforma que le permite el cargo, para desplegar toda su artillería proselitista. Lo hizo Néstor Kirchner como gobernador, lo repitió en la presidencia; ni hablar de su esposa que se valió de todo el aparato de Estado para hacer campaña y bajándolo a nuestra provincia, el actual gobernador Peralta, fue a la reelección ocupando sus últimos dos años de mandatos para preparar el campo hacia un nuevo periodo.

Podríamos mencionar a disputados, tanto del PJ como de la UCR y comprobar que ninguno se saca ventaja; en esto son absolutamente iguales, coincidentes, concurrentes, tácitamente concordante, lástima que esa actitud no la apliquen para temas comunes que hacen a la vida de las personas que los han votado.

El caso de Eduardo Costa es paradigmático. Si bien es cierto que en la actualidad es el candidato más conocido y mejor posicionado del Radicalismo, debemos decir que nadie dentro de la UCR ha podido crecer en imagen, debido a su neto corte personalista, hecho ampliamente criticado por sectores de su propio partido. Ahora bien, se supone que Costa debería representar otro paradigma, un cambio, una compensación por el tiempo que hemos perdido ante el avasallamiento de un oficialismo que se está quedando sin respuestas, pero cuando ahondamos en los pormenores de su actitud, nos reencontramos con la misma vieja política que denostamos en los Peronistas.

Desde el 2007 Costa pisa fuerte en Santa Cruz y ha ganado legítimamente un lugar privilegiado dentro de la UCR y del concierto político de la provincia, pero lamentablemente no aparece como una versión mejorada de la política. Personalmente me gustaría ver que un diputado (sea nacional o provincial) renuncie a su cargo y se embarque en una campaña proselitista sin hacer uso de la posición privilegiada que le da su cargo y menos aún, de los dineros que obtiene por él. Esa sería una buena forma de diferenciarse no solo en el discurso, sino en los hechos. Que demuestre que el Estado no le financia su campaña o al menos que no lo utiliza para transitar buena parte de ella.

Si fue elegido diputado por 4 años, debería cumplir su mandato y luego propulsarse a gobernador una vez que concluya su tarea. Si cuando accede a la diputación sabe que va a ir como candidato a Gobernador, está incurriendo en un error ético porque destruye el argumento fundamental que lo podría hacer diferente: utiliza los mismos mecanismos deleznables que usan los que cultivan la vieja política, entonces cabe preguntarnos ¿Dónde está lo nuevo?.

Este es nuestro problema actual: no tenemos políticos que cultiven la ética. No hay referentes que se distingan de lo que ya existe; no surgen hombres honestos, no solo de criterio, sino de acción y por este motivo la oposición está dilatada, desperdigada y sin consenso propio. Al kirchnerismo lo conocemos, al peronismo lo hemos sufrido, al cristinismo lo padecemos, pero el Radicalismo no ha sido mejor. Si en este mundo político polarizado en que nos encontramos los argentinos, ambos polos son básicamente iguales en aspectos tan elementales como el de los procedimientos para lograr los cargos electivos, no podemos esperar que una vez en el poder, sean distintos en lo conceptual; de hecho, si recorremos la historia, vamos a ver que nada de lo instalado por los sucesivos gobiernos nacionales, aún las leyes más cuestionadas como las de reforma laboral donde corrió la Banelco, fueron revertidas por gobiernos sucesivos de otros signos políticos. Esto equivale a decir que el concepto de cómo se ejerce el poder es lineal y transversal a todos y la forma de adormecer la ética, cuando se accede a un cargo, es común a la clase política nacional.

¿Podremos ver un día un político con la ética suficiente como para dar un paso al costado una vez cumplido su mandato? ¿Podremos ver a alguien que haga política sin usar los medios del Estado o los que le provee el Estado en base a sus funciones de legislador o gobernante? ¿Podremos ver alguien que sea elegido por 4 años y se dedique todo ese tiempo a trabajar en lo que le ha sido asignado por el voto popular? ¿Podremos ver terminada la inmoralidad de los “testimoniales”? ¿Alguna vez podremos ver que los mismos políticos aprueben una cláusula revocatoria de mandato, para aquellos que no cumplan con el fin para el cual se propusieron?.

El problema es que para ver todo esto, se necesita que los propios políticos generen las herramientas legislativas y de control de sí mismo y hasta el momento, hay muy pocos o casi ninguno que esté dispuesto a perder privilegios o a privilegiar la ética, inclusive, por sobre la legalidad.

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5 COMENTARIOS

  1. Señores de Opi no tiene nada que ver con esta nota pero no sabia como poder comentarles algo que ayer en transito por rutas de Santa Cruz (destino a Deseado) pude ver en varias alcantarillas bien pintadas calculo que con nuestros dineros propaganda de la Kolina donde en la o estan las siglas de nuestra querida ypf y me parece que nadie se puede tomar para si dichas siglas y menos para hacer proselitismo quisiera saber si el tribunal electoral o la justicia pueden hacer cesar en dicha actitud a estos personajes que ya bastantes cosas nos usurparon desde ya ya gracias

  2. La ética, nada tiene que ver con Política

    A los políticos lo único que les importa es llegar, después hablaran de ética, nos dirán eticamente.. porque el pueblo así lo quiere y le ordenaran al Chilote Ulloa que lo haga.. quitaran próceres para poner un Pájaro Bobo con alma de Buitre en nuestra avenida principal, harán que el mundo nos mire con asombro y se ría al ver un mausoleo Napoleónico que construyo Lazaro Baez con nuestro dinero.

    ¿De que ética estamos hablando? Quizá de la ética de aquellos Montoneros que murieron masacrados, ellos murieron combatiendo por lo que creían justo en esa época, puede ser que esa no fuese la mejor manera de cambiar el mundo pero.. creyeron y murieron por sus ideales, mientras otros Eticamente se enriquecían comprando a precio vil las casas de gente pobre que no podían pagar los créditos a FINSUD, volvieron a lucrar Eticamente con las Madres de Plaza de Mayo, dejándolas mas sucias que un chancho blanco.

    Los que arribaron a este gobierno ético NACIONAL Y POPULAR KIRCHNERISTA hablaron de los pobres niños, de las pobres mujeres y de los pobres trabajadores.. pero no le dijeron al pueblo que solo estaban preocupados por, Sus pobres niños, por Sus pobres mujeres y Sus pobres trabajadores.

    Solo asi podemos entender que Sus pobres e inútiles niños sean hoy mega millonarios, Sus pobres mujeres estén en todas las listas y se paseen con carteritas Louis V. de 15.000 dolares en 4 X 4 que no saben conducir, Eticamente, que Sus pobres trabajadores Cajeros del bco. Pcia; Chóferes Chilotes renegados y Jardineros sean todos grandes empresarios en la mira de la justicia ética.

    Nosotros somos Culpables, pues nos dejamos engañar Eticamente y consentimos en silencio estos robos, dicen que quien calla otorga.

    No estoy seguro de que Costa Eduardo este capacitado para algún día gobernar, de lo que si estoy seguro que la familia Carlos Costa, no hizo la plata robando, todos somos testigos que trabajaron y mucho, no lucraron con quienes no pudieron pagar en tiempo y forma, fuimos muchos aclaro.. Eticamente,; De lo ÚNICO que si estoy seguro, es que a NINGUNO de los que estén cerca y comprometidos con estos delincuentes, yo los voto.

    Disculpen mi ignorancia.. De que Ética estamos hablando?

  3. Es la comedia tragicómica de la política argentina, donde, el ciudadano común se ve impedido de participar porque los legisladores vitalicios y ocupantes crónicos de cargos públicos ya les pusieron sus nombres a las bancas disponibles y después del enésimo mandato, enroque mediante, se eyectarán para ir a parar, con las arcas llenas y los insaciables apetitos de poder y dinero a cuestas, a los puestos de mando que los otros poderes ya les tienen reservados.
    Así, sin dejar un solo resquicio por donde pueda ingresar la gente nueva munida de ideas no contaminadas, se ve a los “eternos” momificarse en el poder, herrumbrarse y derrumbarse de a poco… oscuros, patéticos, vulnerables al fin por el solo peso de los años que vienen a poner una cuota de equilibrio en el pestilente ecosistema político. (Es que la edad, a los viejos doblados por la corrupción institucionalizada los coloca en el plano de las cloacas en tanto que, a los viejos doblados por el peso de la lucha por la sobrevivencia, los proyecta a las alturas de la libertad).
    Justicia divina al fin, ya que aquella por la que el pueblo paga su cuota tributaria con enorme esfuerzo, difícilmente se atreva a sanear el sistema, a lo sumo, sabiéndose “democratizada”, podrá mimetizarse con él.
    Argentina, país con “buena” gente pero no con tan “buena” dirigencia, en sus 200 años de historia más o menos independiente y 30 de democracia “recuperada”, solo puede proyectar una imagen de adolescente descarriada que no sabe quién es, qué quiere, adónde va y qué tiene y, dando pasos en falso asustada de su propia desorientación, sigue su errático camino cayendo en picada hacia los últimos puestos del ranking de naciones del planeta.

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