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Argentina es el país que más barato sale matar. Leyes protectoras, jueces indignos y legisladores ausentes


04/09 – 12:00 – La falta de una conciencia pública, respecto de lo que representa dejar en libertad a delincuentes con prontuario, las leyes compensatorias como el 2 x 1, los jueces garantistas y los legisladores que distraídos en cuestiones partidarias y personales, se olvidan de la seguridad ciudadana, hacen de Argentina un país “barato” para matar, porque no hay consecuencias. Al punto es tan irrisoria la punición y las consecuencias por matar a dos personas con un auto, que al asesino, le devuelven el carnet de conducir. (Por: Rubén Lasagno)

Uno hasta puede entender que las penas a purgar por ciertos delitos sean cortas o al menos que la ley no contemple, dentro de su exagerada benignidad, un tiempo más prolongado de castigo para quien mató, más allá de las circunstancias y atenuantes que existan. No obsante, entendemos que por sobre todas las causalidades y motivos que pueden mitigar una pena, está la vida de las personas, el bien común o, como tanto les gusta decir a los nac & pop, los Derechos Humanos; lo que no se puede entender es que el cumplimiento de una pena, borre no solo la culpa, sino cualquier atisbo de responsabilidad por parte del condenado. Y lo ocurrido recientemente es un hecho paradigmático.

Según refiere la prensa nacional, Sebastián Cabello, quien en 1999 haciendo picadas en Lugones, sobre avenida Cantilo, atropelló y mató a Celia González Carman, de 38 años, y su hija Vanina Rosales, de tres años, ha visto expirado todo tipo de castigo a pesar del aberrante hecho que protagonizó sin conciencia ni arrepentimiento.

Como consecuencia de este acto criminal, de absoluta irresponsabilidad y desprecio por la vida humana, el Juez lo sentenció a 12 años de prisión por homicidio simple con dolo eventual e inhabilitación para conducir, en el 2005 Casación le redujo la condena 3 años, tipificándolo como “dolo eventual” con lo cual a partir de diciembre de ese año quedó en libertad. Como si esto fuera poco el viernes pasado la Sala III de la Cámara de Casación Penal selló la última gran farsa de lo que el ideario popular construye como “justicia”: le reintegró a Sebastián Cabello la posibilidad de obtener una nueva licencia de conducir o sea, le quitó la inhabilitación para sentarse en un auto y volver a matar.

Si bien no es relevante dentro del hecho en sí, pero remarca esta sensación de cómo algunos jueces “se nos cagan de risa”, la Sala III dio a conocer esta decisión el mismo día en que se cumplían 14 años del asesinato en la vía pública de la madre y la hija. Esto es lisa y llanamente una burla y de una perversidad innecesaria. No hay motivos para que, de aplicar una medida de este tipo, no se pueda hacer antes o después, sin sensibilizar aún más a la familia que fue destrozada y aún debe soportar que no se haga justicia y que, además, se devuelva a las calles, con expresa autorización para manejar, a quien los masacró con total impunidad.

Aún cuando sea difícil digerir que alguien puede matar y estar libre, es inconcebible que los jueces, en estos casos donde existe plena irresponsabilidad, alevosía con consecuencias tan irremediables, no procedan a la inhabilitación perpetua del criminal sino que por el contrario lo premian restituyéndole la herramienta con la que mató.

Comparativamente (y no es ningún eufemismo) es como si a Ricardo Barreda, que mató a su esposa, la suegra y sus dos hijas con una escopeta de dos caños, ahora que está en libertad, no solo le devuelvan el arma, sino la capacidad de volver a obtener la licencia de Legítimo Usuario en el RENAR. (Agencia OPI Santa Cruz)

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5 COMENTARIOS

  1. opi gracias x responder y permitirme expresar pero me referia a nuestra sociedad en general q se oponian a mi en lo presonal me queda la duda ahora es funcional a los corruptos un cambio no estaria mal pero bue es mi opinion

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