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CFK bajó a Guillermo Moreno para darle aire a la gestión hacia el 2015

El secretario de comercio e interior Guillermo Moreno - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
20/11 – 10:00 – Los últimos cambios del gabinete nacional no tienen otro sentido que refrescar la gestión de cara al 2015. La salida de Guillermo Moreno es la más destacada, para descomprimir la relación con sectores de la producción y el empresariado en general. Kiciloff tendrá plenos poderes para el manejo de Economía y Capitanich, viene a pisar fuerte, especialmente, la cabeza de otros aspirantes, como Scioli y Urtubey. (Por: Rubén Lasagno).

La salida de Guillermo Moreno (que no renunció, lo sacaron) ha sido el golpe de efecto más contundente que ha dado Cristina Fernández, en su vuelta a la gestión. Este hombre, absolutamente resistido por todos los sectores externos y también internos del gabinete, ya era insostenible, sin embargo, la decisión de sacarlo provino luego del revés electoral y esto no cambia de raíz la cuestión política, solo distiende algunas contracturas que se habían generado en la sociedad y el empresariado, por la actitud antipolítica y antisocial de este impresentable funcionario nacional.

Si acaso CFK hubiera ordenado este cambio unos días antes de las elecciones del 27 de octubre, es casi seguro que habría generado un humor distinto en las urnas; pero el kirchnerismo (como siempre obtuso y personalista) no creyó que los electores iban a elegir otras opciones a la hora de emitir su voto.

La llegada de Kicilof a Economía, en realidad es un formalismo, porque en la práctica era el Ministro en funciones, con el problema de arrastre que significaba el doble comando que imponía Moreno. Esto y no otro motivo, es lo que fundamenta la expulsión del patota Moreno del gobierno.

Lo de Capitanich es un mensaje hacia adentro del FPV, especialmente para Scioli y Urtubey. CFK no eligió a quienes querían ser sino a quien ella quiere que sea, solo por una razón: la confianza. La presidenta le tiene mucha más confianza al “Coqui” que al gobernador Bonaerense o al joven norteño. Ahora dependerá de Capitanich que su gestión brille o caiga demolido por el vector errático que sigue el gobierno nacional y los yerros incomensurables en la gestión que lo ha hecho perder a la presidenta más del 50% del electorado.

Capitanich, en tanto, se juega una carta doble. Por un lado renovar la gestión como Jefe político del gobierno, un papel que tiende a suplir a CFK de las obligaciones más desgastantes de la gestión y por otro crear imagen de gestión. El problema es que cuenta con poco tiempo para demostrar buena gestión y mucho para arriesgarse a perderlo todo.

Si el chaqueño logra hacer una gestión ponderable, es seguro candidato a la presidencia en el 2015, por sobre Scioli y Urtubey, los otros posibles candidatos con chances pero que están en boxes como “muletos” y aparecerán solo a medida que caigan los titulares elegidos por Cristina y Zanini. Si la gestión es mala, si está cruzada de denuncias y corrupción, deberá volver a su provincia y tal vez (solo tal vez) Cristina no tenga más remedio que confiar en el motonauta, que a estas alturas ha demostrado ser lo más parecido a una alfombra, técnicamente hablando, para compararlo (metafóricamente) con algún elementos que nos permita entender el servicio que le presta al gobierno nacional. (Agencia OPI Santa Cruz)

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1 COMENTARIO

  1. Digo… creen a la gente taaaaaan estúpida? porque si están pensando que los cambios que han hecho le harán cambiar a la gente la opinión que tienen de CFK y su entorno, creo que nos siguen subestimando!!!!el politco en gestion no cambia porque pone a otro corrupto en lugar del que estaba! siguen siendo corruptos….disimulan para ganar adeptos.

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