09/12 – 15:00 – La situación policial, con bajos salarios, falta de equipamiento, poca logística, sobrecarga horaria, adicionales impagos y baja calidad institucional, es común a casi todas las provincias de la Argentina, incluyendo la más importantes: Buenos Aires. El defecto es histórico, pero el conflicto se gesta en el momento de mayor debilidad política del gobierno. Actúa como efecto contagio y tiene la particularidad de afectar el orden público. El gobierno nacional, trata de poner las culpas afuera ¿Lo conseguirá?
Cinco provincias mantienen actualmente conflictos con sus policías: Buenos Aires, Santa fe, Entre Ríos, Tucumán, Chaco, terminaron otros focos en Neuquén, Río Negro y San Juan y al menos tres más se hallan en condiciones propicias para sumarse a esta movida policial que ha convalidado la acción de grupos organizados para iniciar desmanes y sembrar el caos.
Los reclamos, en general, son del mismo tenor en todo el país: el principal es el aspecto salarial, pero luego devienen en problemas de logística, insumos, horas de trabajo, sobrecarga horaria y denuncias de persecuciones internas.
Paralelamente, ante la ausencia de policías, se gesta la actividad de las bandas organizadas para saquear y descontrolan el factor social, algo que los gobiernos provinciales y el nacional no pueden contener, tanto por falta de organización como de medios.
La Nación trata de sacarse la responsabilidad de encima, argumentando que se trata de un problema “provincial”, pero desnudando, en realidad, una carencia de estrategias para controlar el orden interno. En las últimas horas, como el problema ya les toca las puertas de la Rosada, por cuanto se complica la situación de Daniel Scioli en Buenos Aires, Capitanich, saca del bolsillo la frase de manual: están desestabilizando al gobierno y tal vez un poco por vergüenza, no le agregó que es una movida de prensa liderada por “el monopolio”. (Agencia OPI Santa Cruz)
