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Las pruebas contra Báez son tantas y tan apabullantes que no las pueden ocultar

Lázaro Báez ayer en la cava de su chacra en Río Gallegos - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
25/03 – 11:00 – En los últimos días un par de notas en medios nacionales, sacaron a la luz una cuestión que va más allá de toda lógica: hay tanta prueba en contra de Lázaro Báez y sus empresas, que solo la complicidad política y judicial impide que hasta el momento el empresario K siga contratando con el Estado, sea un intocable en el país y pocos o ningún juez se anime a hacer su trabajo. La contundencia y la cantidad de pruebas es tan grande que nadie se explica cómo no está procesado.

Este fin de semana tanto La Nación como Clarín publicaron artículos referidos a Lázaro Báez, sus cuentas en Uruguay y los negocios por los cuales se les imputa el presunto lavado de dinero.

El periodista Hugo Alconada Moon reingresa a la atmósfera pesada de las inversiones K y los presuntos testaferros de la familia presidencial, como es el caso de Osvaldo Sanfelice, amigo de Máximo y a quien se le atribuye la compra compulsiva de campos y propiedades en distintas parte del país.

En este artículo, además de nombrar algunos negocios del poder, especialmente en inversiones hoteleras, como las realizadas por Sanfelice, Copetti, Lázaro, Rudy Ulloa y Cristóbal López, Alconada confirma que a través de Negocios Inmobiliarios SA, Osvaldo Sanfelice compró el hotel Waldorf, de la familia Boente en Paraguay 450 de Buenos Aires.

Con este nuevo hotel, adquirido inexplicablemente por varios millones por un empresario del riñón K, se amplía el negocio inmobiliario en el país, que se complementa con las inversiones que en la materia realizó Lázaro Báez y Néstor Kirchner, retroalimentándose ambos negocios con un circuito de facturación que claramente revela acciones de lavado de dinero.

Caso Báez

De acuerdo a información del diario u ruguayo El Observador y tal como reproduce La Nación la jueza uruguaya Adriana de los Santos envió a Buenos Aires un oficio judicial donde reporta sobre varias transacciones bancarias que involucran a sociedades anónimas y personas vinculadas a Báez, que está siendo investigado en ambos países del Río de la Plata por supuestas maniobras de lavado de dinero.

El oficio fue enviado al juez federal argentino Sebastián Casanello. En el reporte se indica que el Banco Central del Uruguay (BCU) detectó operaciones de Federico Elaskar (el ex administrador de la financiera SGI, quien el año pasado delató a Báez en el programa “Periodismo para todos”, de Jorge Lanata); de Fabián Rossi (esposo de la actriz Iliana Calabró, señalado por Elaskar como parte de la trama de lavado de dinero); de Teegan (sociedad anónima controlada por uno de los hijos de Báez), y de Helvetic (dueña de la financiera SGI, también vinculada a Báez).

La jueza especializada en Crimen Organizado, Adriana de los Santos, investiga a Báez en Uruguay a raíz de una presentación judicial que realizaron las autoridades del BCU, señala La Nación medio que agrega que en el exhorto enviado a la Argentina, el BCU informó que una sociedad anónima envió desde Uruguay US$ 16,5 millones a una cuenta vinculada a Báez en el Principado de Liechtenstein.

La investigación tiene varias puntas. Una tiene vinculación con el campo “El Entrevero” de José Ignacio que fue comprado por el contador de Báez, Daniel Pérez Gadín, por US$ 14 millones en 2011. En Uruguay, esa operación es investigada por sospechas de lavado de dinero. La Justicia uruguaya solicitó información a la argentina sobre Báez, sus socios y algunas sociedades anónimas, pero la Argentina no ha respondido aún.

El exhorto fue enviado desde Montevideo en mayo de 2013, pero según El Observador, llegó al despacho del juez argentino “recién la semana pasada, después de estar 10 meses demorado en la Cancillería argentina”.

Las fuentes que se pueden consultar al respecto en el entorno al gobierno nacional, coinciden en opinar que las pruebas en contra de los negociados de Báez son de tal volumen, que es prácticamente imposible de disimularlas. De hecho, el pedido que hizo Lázaro a la Justicia para que impidiera la publicación de los datos de sus empresas, contraviniendo abiertamente la Constitución Nacional, fue un intento desesperado de amordazar a la prensa, ante la filtración de información en su contra.

Las fuentes señalaron “hoy al kirchnerismo le es más fácil para a un juez que a la prensa, por eso Báez trató de tapar ese resquicio por donde se conoce todo”, sin embargo agregó “en otro momento algún Juez hubiera firmado esa verdadera atrocidad que escribió algún abogado de “el Grupo”, pero hoy, ningún juez que quiera sobrevivir al escarnio público, se haría cargo de avalar algo así”, concluyó. (Agencia OPI Santa Cruz)

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