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Una conferencia de prensa cargada de recuerdos y emoción

Una conferencia de prensa cargada de recuerdos y emoción
06/08 – 09:10 – Rodeada de nietos y abuelas, Carlotto contó cómo se enteró de la noticia y cómo reaccionó.

Por: Hernán Cappiello
Las paredes de la sede de Abuelas de Plaza de Mayo no bastaban para contener tanta alegría. Ni tampoco a tanta gente que se agolpó en las oficinas, las escaleras desde el primer piso, el hall de entrada del edificio y toda la cuadra de Montserrat. Estela de Carlotto estaba rodeada de su familia, sus hijos, la mayor parte de sus 13 nietos. Pero también de algunos de los 114 nietos recuperados, de las otras abuelas compañeras de lucha y de un centenar de periodistas argentinos y extranjeros, funcionarios y militantes, antes quienes dio la noticia del hallazgo de su nieto Guido en una conferencia de prensa.

“Él me buscó; ya lo he podido ver, es hermoso”, dijo Carlotto, llorando por momentos. “Yo no quería morirme sin abrazarlo”, dijo Carlotto, que ante el hallazgo de cada nieto se alegraba como si fuera el suyo propio.

“Quiero compartir con ustedes la alegría enorme que me brinda hoy la vida de encontrar lo que busqué, lo que buscamos”, afirmó, y dijo que quería que su hija Laura “sonría desde el cielo y me diga y repita: «Mi mamá no se va a olvidar de lo que me están haciendo»”. “Esto es un premio para todos, ya tengo mis 14 nietos conmigo”, agregó.

El ministro de Justicia, Julio Alak, apretujado entre la gente, había quedado a cinco metros de la mesa donde hablaba Carlotto, junto al secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, y su hijo, el diputado kirchnerista Remo Carlotto.

“Esto es una reparación para él, para nuestra familia. Quiero abrazarlo, tocarlo y ver si es como yo lo soñé”, dijo, y agregó: “Se parece a nosotros”.

“Esto es para los que dicen basta, que se preguntan si hacemos bien, que pretenden que demos vuelta la página”, y agregó: “Esto es una reparación para él (por su nieto), para nuestra familia y para la sociedad en su conjunto”, dijo. Carlotto destacó además que su nieto se acercó voluntariamente a las Abuelas porque tenía dudas sobre su identidad. “Él nos buscó. Al final pasó lo que siempre dijimos, ellos nos iban a buscar a nosotras en el afán de hallar su identidad”, dijo.

Guido -que lleva el nombre del padre de Laura- se enteró por su tía Claudia Carlotto, como presidenta de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), de quién es su abuela biológica.

La historia del nieto de Carlotto guardaba un secreto que ­se supo ayer: quién era el padre del chico, pues la madre, Laura, estaba embarazada de dos meses de un militante de Montoneros del sur del país al que nadie conocía, pero cuyos familiares fueron la clave para poder encontrar a Guido.

El padre es Oscar Montoya, de Caleta Olivia, que -perseguido- viajó en la clandestinidad a La Plata, donde conoció a Laura Carlotto, contó Estela a la prensa.

Carlotto supo que su hija estaba embarazada cuando la secuestraron y se enteró por sobrevivientes de que la joven había dado a luz a un bebe, al que le puso de nombre Guido. Carlotto explicó quién era el padre del Guido: “Era un compañero de Montoneros, como Laura, de los que dieron la vida sabiendo lo que hacían. La historia completa no la sabemos todavía, tenemos mucha información. Esto es muy fuerte para una persona. Él [por el nieto recuperado] le mandó recién un mensaje [a Claudia Carlotto] y le dijo que estaba bien y muy feliz, que ya pronto nos íbamos a ver”.

Carlotto evitó entrar en detalles sobre el proceso de acercamiento y revinculación con el muchacho y la familia que lo crió, al sostener que debían ser prudentes y cautos. Sobre todo considerando que su nieto se había enterado ayer mismo a la mañana de que era hijo de desaparecidos y nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. “A los nietos les decimos que con su identidad los espera la libertad, el amor. Nadie les va a decir que no quieran a alguien”, le dijo.

Carlotto contó que en estos años reunió una colección de camisetas de cada lugar donde lo buscó y que ahora se las iba a entregar a su nieto. Contó que, como músico, Ignacio Hurban (el nombre con el que fue anotado su nieto) participó de uno de los recitales de Música por la Identidad.

Y relató que ayer a la mañana la visitaron León Gieco y Raúl Porchetto, que le contó que su mamá había fallecido recientemente, pero que le dijo que desde el cielo iba a ser un ángel que la ayudaría en su búsqueda.

Rosa Roisinblit, la abuela más grande, con 95 años, le hizo una broma. Contó que cada vez que recuperaban un nieto brindaban con champagne y que ella siempre hacía un brindis especial al finalizar para que el próximo fuera por la recuperación del nieto de Estela. “¿Ahora por qué voy a brindar?”, se preguntó a carcajadas, festejadas por todos en medio de la fiesta que significó la recuperación del nieto 114. (La Nación)

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