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Estupor en Brasil: se mató un candidato a presidente

Estupor en Brasil: se mató un candidato a presidente
14/08 – 09:50 – Se cayó la avioneta en la que iba Eduardo Campos; incógnita para la campaña.

Fuego, columnas de humo, un enorme cráter, pedazos del fuselaje, casas destruidas y vidrios rotos a cinco cuadras del lugar, en las afueras de la ciudad de Santos. Fue mucho más que una tragedia aérea lo que sacudió ayer a Brasil: el país entero está en shock por la noticia de la caída de la avioneta en la que viajaban Eduardo Campos, el candidato a presidente por el Partido Socialista Brasileño (PSB), y otras seis personas. Todos murieron.

La desaparición de Campos, que estaba tercero en las encuestas, abre una gran incógnita en la campaña para las elecciones de octubre.

Nadie puede salir del asombro en Brasil. La televisión dice que el pueblo está perplejo. No hay consuelo por la pérdida de este “joven político con futuro promisorio”, como muchos de sus colegas se encargaron de describirlo ayer.

“El avión pasó entre medio de dos edificios, era una bola de fuego, el estruendo que hizo fue tremendo, después hubo más fuego y humo, mucho humo”, describió a la TV Globo una vecina del barrio Boqueirão, en la región central de Santos.

Ninguna de las seis personas que viajaban con Campos, que había cumplido 49 años el domingo pasado, sobrevivió a la caída del avión, en el área urbana de Santos, en el litoral del estado de San Pablo.

Por la tragedia, la presidenta Dilma Rousseff decretó tres días de duelo y canceló todos sus compromisos de campaña. Lo mismo hizo el candidato a la presidencia por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves.

El avión de campaña de Campos, un Cessna 560 XL, había salido a las 9.20 de ayer del aeropuerto Santos Dumont, en Río de Janeiro, con destino a Guarujá, en San Pablo, ciudad vecina a Santos. Allí iba a cumplir con compromisos de campaña, junto con su compañera de fórmula, la ex senadora Marina Silva.

Políticos y partidarios estaban esperando a Campos en Guarujá, pero nunca apareció, y tampoco respondía a las llamadas telefónicas. Por la ruta que tenía que hacer el avión, todo indicaba que el candidato se encontraba entre las víctimas de la tragedia, que fue el tema principal de los noticieros desde temprano.

Las causas del accidente todavía están siendo investigadas, aunque todo indica que fue el mal tiempo el culpable de la caída de la avioneta. Aeronáutica ya tiene en su poder la caja negra de la aeronave.

Según la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), cerca de las 9.50 el piloto informó a la torre de control que tenía poca visibilidad para aterrizar y luego se perdió contacto con el avión.

De acuerdo con algunas personas que estaban en el lugar, llovía y había mucho viento en el momento de la caída. Un especialista en tragedias aéreas entrevistado en el canal de noticias Globo News indicó que el tiempo no era bueno y que el avión tuvo “una caída en plano inclinado en dirección al suelo”.

Según Defensa Civil, diez edificios fueron alcanzados por el avión en su caída y siete personas que se encontraban en tierra tuvieron heridas leves, entre ellas un bebe, que aún se encuentra internado.

“Vi una explosión, una bola de fuego, y luego nos invadió un olor horrible. Todos salieron a la calle porque había muchísimo humo, gracias a Dios nadie del edificio murió”, dijo al diario Folha de S. Paulo Miriam Martinez, una ama de casa de 69 años que se encontraba en su living cuando la avioneta cayó.

Campos, ex gobernador de Pernambuco, estado en el nordeste de Brasil, estaba en tercer lugar en la carrera por la presidencia, detrás de Dilma y Neves. Tenía un 8% de intención de voto, según el último sondeo de Datafolha.

Silva, candidata a la vicepresidencia por el PSB, estaba con Campos en Río de Janeiro y estaba previsto que embarcara en el avión junto con él. A último momento decidió cambiar de ruta y viajar en un avión comercial con sus colaboradores (ver aparte).

En una conferencia de prensa desde Santos, Silva, muy conmovida, dijo que en estos diez meses de trabajo aprendió a respetar, admirar y confiar en Campos, y que quiere “guardar la imagen de un hombre lleno de alegría y compromisos”.

Dilma también habló en vivo desde Brasilia, ofreció sus condolencias a la familia y destacó que el país perdió a un joven y prometedor líder. Por su parte, el ex presidente Lula da Silva indicó en una nota que está “profundamente entristecido” por la muerte de Campos. El político del PSB había sido ministro de Ciencia y Tecnología durante su mandato.

Campos murió un 13 de agosto, el mismo día que su abuelo Miguel Arraes, que falleció en 2005, a los 88 años. Fue su abuelo, también gobernador de Pernambuco, el que lo lanzó a la política en la década de 1980. Los restos del candidato descansarán junto a los de su abuelo en el cementerio de Santo Amaro, en el centro de Recife, en Pernambuco.

“[Eduardo] murió luchando por sus ideales, por lo que él creía. Deja un legado de lucha, para mejorar y reflexionar, para que Brasil haga una reflexión sobre el destino del país”, afirmó Antonio Campos, único hermano, desde la casa de la familia, en la capital pernambucana.

Campos estaba en Río porque había participado el martes en el noticiero Jornal Nacional, de la TV Globo, uno de los de mayor audiencia de la televisión brasileña. Lo había acompañado su mujer, la economista Renata Campos, y el quinto hijo de ambos, Miguel, nacido a principios de 2014. Campos además tenía otros cuatro hijos con Renata: Maria Eduarda, João Henrique, Pedro Henrique y José Henrique.

Cuando faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales, la muerte de Campos podría alterar el rumbo de los comicios del 5 de octubre. El PSB tiene ahora diez días para elegir a un nuevo candidato y la duda es si Silva asumirá el lugar de Campos.

Según varios analistas, no sería natural que Marina se hiciera cargo de la candidatura a la presidencia, porque era Campos la figura central y el hombre de la conciliación y el diálogo.

Por otro lado, otros indicaron que la candidata a vice podría tomar la posición vacante y modificar así el desenlace de la difícil carrera hacia el Planalto, ya que aquellos que no quería votar ni a Campos ni a Neves lo harían por Marina. En las elecciones de 2010, la ex senadora sacó 20 millones de votos (19% del total), algo que la transformó en una política de gran peso dentro de Brasil. (La Nación)

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