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Tras el anuncio por la deuda: Cristina buscó bajar el tono al conflicto con los empresarios

Tras el anuncio por la deuda: Cristina buscó bajar el tono al conflicto con los empresarios
21/08 – 09:10 – En la Bolsa de Comercio, la Presidenta defendió el proyecto para reabrir el canje. Intentó calmar a los mercados, que habían recibido mal el anuncio. Pidió que las empresas atraigan inversiones.

Por: Guido Braslavsky
A casi veinticuatro horas de haber anunciado la intención de reabrir el canje y pagarle a los bonistas en el país, la presidenta Cristina Kirchner habló anoche en el aniversario de la Bolsa de Comercio, con un discurso en el que sin dejar de ratificar sus decisiones, buscó bajarle el tono a la confrontación con los empresarios. Así buscó transmitir calma a los mercados en una jornada en que el dólar blue se disparó 35 centavos y llegó a $ 13,55 (Ver página 8), y sectores de la oposición anticiparon que no acompañarán el proyecto oficial para el canje doméstico de la deuda.

La Presidenta llegó hacia las siete de la tarde a la sede de la Bolsa, donde la esperaban, además de su titular, Adelmo Gabbi, representantes empresarios que fueron duramente críticos del proyecto oficial de Ley de Abastecimiento. Desde el atril, la Presidenta les reiteró que el debate en el Congreso estaba abierto a modificaciones: que “nos digan cuáles son los artículos, cuáles son las normas, para poder cambiarlas”, sostuvo. Pero defendió el proyecto oficial: “No asustemos a la gente con que leyes de usuarios y consumidores van a perjuidicar a las empresas”. Miró hacia los empresarios que estaban en primera fila y con una sonrisa les aseguró que no estaba “enojada para nada” por sus cuestionamientos. Allí estaban -algunos también sonrientes ante la alusión- el titular de Fiat, Cristiano Ratazzi, el de la UIA, Héctor Méndez, y el de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss.

La presencia de la Presidenta en el 160° festejo de la Bolsa se anticipaba mucho más movido porque Gabbi, su titular, se despachó con críticas que Cristina Kichner suele no tolerar, y no está acostumbrada a oír. Aunque sigue siendo cercano al kirchnerismo, Gabbi habló de la inflación y reclamó que “es un buen momento para que tengamos la realidad de los balances (de las empresas)”. La Presidenta y su ministro Axel Kicillof, en el estrado, ensayaron sonrisas de circunstancias.

Gabbi también se permitió dudar de “hasta qué punto estamos comprometiendo el financiamiento presente y futuro de la Nación” con el proyecto de pago local de la deuda; y reclamó “recuperar condiciones para que el país sea destino elegible de inversiones”. Tras recordar su “amistad” con Néstor Kirchner, asestó: “Que la Argentina ofrezca reglas claras, tangibles, ciertas” para invertir. Todo esto, pese a que miembros de la Bolsa confiaron que el discurso de Gabbi debió ser previamente enviado para ser revisado en la Casa Rosada.

Luego fue el turno de la Presidenta, que aprovechó lo de Gabbi para el contrapunto. Cristina le retrucó al titular de la Bolsa que “generar confianza de los ahorristas en sus empresas es responsabilidad de los empresarios” y dijo además que eso ayudará a “que el inversor no se vaya a la moneda extranjera”, en una alusión tácita a la trepada del dólar paralelo. Cristina dijo eso en un tono suave, si bien firme en sus posiciones habituales.

Volteada por el fallo en firme del juez Thomas Griesa la intención del Gobierno de volver a financiarse en los mercados internacionales, Cristina volvió ayer a la fórmula del ‘vivir con lo nuestro’. “Estamos ante una oportunidad histórica de generar un mercado de capitales propio en la Argentina”, derrochó optimismo. “Eso nos permitiría estar afuera de los vaivenes” exteriores para generar inversiones, justificó.

También ratificó la marcha atrás con su anuncio de aplicarle la Ley Antiterrorista a la imprenta estadounidense Donnelley. Evitó referirse a su encendido discurso del jueves pasado, en el que trazó la idea de una conspiración -fondos buitres incluidos- en el cierre de la empresa y adelantó específicamente que el Gobierno aplicaría “por primera vez” la Ley Antiterrorista en el caso de la imprenta. Ayer aseguró que “no tienen nada que ver” las leyes llamadas antiterroristas con el conflicto de Donnelley, y las defendió: “Nos va a permitir como miembros integrantes del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), salir de la lista de observaciones”, y criticó a la oposición que quiere derogarlas con lo que, aseguró, “impactaría de lleno en el mercado de capitales y en toda la economía”.

Casi una hora duró el discurso, que estuvo acompañado de láminas con datos macroeconómicos favorables, y el escenario de cómo estarían las cosas si hubiera autoabastecimiento energético (perdido en la década kirchnerista) y no la enorme cuenta de importaciones de energía. Omitiendo el rol que tuvo Néstor Kirchner en los ‘90 en la privatización de YPF (el actual secretario de la Presidencia Oscar Parrilli fue el diputado “informante” encargado de defender la privatización), la Presidenta aseguró que “YPF nunca debió dejar de ser una empresa nacional”. (Clarín)

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