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Preocupado por el paro, el Gobierno se enfrentó con la CGT

Preocupado por el paro, el Gobierno se enfrentó con la CGT
26/08 – 09:20 – Capitanich acusó a los gremios opositores de estar financiados por los fondos buitre; dura respuesta de Barrionuevo y del moyanismo; en el oficialismo admiten la inquietud por el alcance de la huelga.

Por: Nicolás Balinotti
En un intento de neutralizar el alcance que podría tener el paro nacional convocado para pasado mañana por el sindicalismo opositor, el Gobierno cuestionó ayer a sus impulsores y los vinculó directamente con los fondos buitre. A partir de la acusación, que estuvo a cargo del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , se abrió ayer un intenso cruce retórico que nubla de tensión la víspera a la huelga activada por las CGT que encabezan Hugo Moyano y Luis Barrionuevo .

“Queda claro que son instrumentos de los fondos buitre”, criticó Capitanich a los sindicatos opositores y los medios de comunicación. “Están financiados y bancados por los buitres”, amplió, sin exhibir pruebas ni dar precisiones. Y volvió a caminar con pies de plomo sobre los dirigentes gremiales que orquestan la protesta en contra del Gobierno: “No cabe la menor duda de que actúan en consonancia con la estrategia de los fondos buitre. Si les pagan o no, ya es una cuestión de ellos. Porque algunos tienen tamaña vocación de ser extranjerizantes que lo hacen gratis”.

La réplica por parte de la cúpula del sindicalismo opositor fue inmediata . “[Capitanich] Es un pelotudo. Es un recontraalcahuete. ¿Sabés de dónde salen los buitres? De Santa Cruz”, ironizó Barrionuevo, jefe de la CGT Azul y Blanca. Desde el moyanismo tampoco se quedaron callados. “Esa descalificación es propia de una mente afiebrada. Los problemas de los despidos y de las suspensiones no están causados por el tribunal de Nueva York, la parálisis de la economía no es producto del veredicto del juez Griesa, son errores que han cometido los funcionarios del Gobierno”, dijo el portuario Juan Carlos Schmid. Dos días antes del cruce de ayer, Moyano había cuestionado la veracidad de los mensajes que el jefe de Gabinete suele dar a diario en sus conferencias de prensa matinales. “La sociedad no le cree ni cuando sale a decir la verdad. Si sale Capitanich y dice que va a ser un día hermoso, por las dudas hay que salir con un paraguas”, bromeó el jefe de los camioneros.

Detrás del fuego retórico, en el Gobierno admiten preocupación por el paro y por la leve caída que comenzó a percibirse en los indicadores de empleo. Y están en alerta por los índices de inflación que hasta para los gremios afines “son altísimos” y hay riesgo de una “hiperinflación”, como dijo el jefe de los albañiles de la Uocra, Gerardo Martínez.

La cúpula del sindicalismo opositor celebró ayer de alguna manera el ataque verbal de Capitanich. Creen que el episodio minimizó la pulseada que mantiene con el poderoso gremio de los colectiveros de la UTA para lograr que se sume a la medida de fuerza (ver aparte) de pasado mañana. Anoche, Moyano y Barrionuevo estaban preocupados porque sospechaban que el líder colectivero, Roberto Fernández, finalmente no se subirá a la ola de reclamos.

Sin embargo, los referentes gremiales garantizaron que el “paro será muy fuerte”. Ayer, oficializaron su adhesión los bancarios, el gremio de la alimentación y el de entidades deportivas, por lo que la AFA debió suspender los partidos de la 4» fecha programados para pasado mañana.

La protesta, cuyas consignas centrales son “caída del salario, empleo e inflación”, contempla un rosario más amplio de reclamos: eliminación del impuesto a las ganancias, “un aumento justo” a los jubilados, reapertura de paritarias y el impulso de una ley para prohibir despidos y suspensiones por un año.

Adhieren también a estas consignas la CTA disidente, que encabeza Pablo Micheli, y la Coordinadora Sindical Clasista, que reúne a las principales agrupaciones de izquierda. Todos ellos, además, participarán del paro activando piquetes en los accesos a las grandes urbes. Anticiparán mañana la jornada de reclamos con una movilización a la Plaza de Mayo y al Congreso de la Nación.

También desde estos sectores replicaron a Capitanich. “El que banca soberanamente a los buitres es el Gobierno, que paga la deuda y profundiza la entrega. En sus cadenas televisivas Cristina Kirchner nunca habla de los problemas de la gente, de los despidos, las suspensiones, los cierres de fábricas y el impuesto al salario”, dijo Vilma Ripoll.

En medio de las acusaciones, la cúpula del sindicalismo oficialista prefirió el silencio. Los referentes de la CGT de Antonio Caló comulgan con los planteos de Moyano y Barrionuevo, pero rechazan sus métodos. Y dicen que detrás de la medida se esconde una intencionalidad política. (La Nación)

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