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Tráfico de influencias: los vuelos del avión de Báez

El empresario de la construcción Lázaro Báez - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
10/04 – 08:20 – El encargado de fiscalizar las cuentas de Lázaro Báez habría usado el avión del empresario, y fue para cumplir la orden de “emprolijar” el legajo de Hotesur ante la AFIP.

Por: Marcelo Bonelli
Angel Rubén Toninelli, el titular de la DGI que está a cargo de la fiscalización de Lázaro Báez, utilizó para desplazarse el avión del propio empresario involucrado en el escándalo de Hotesur, que salpica a la familia presidencial.

El funcionario kirchnerista viajó por lo menos dos veces en el avión de Báez y siempre lo hizo acompañado por su hijo, el contador Federico Toninelli. Como adelantó Clarín, Carlos Zannini le encomendó a Toninelli la tarea de “emprolijar” el expediente de Hotesur en la AFIP para mejorar la defensa de la familia presidencial en la Justicia. La misión incluye tratar de “ordenar” y “justificar” las contrataciones que Báez hizo del hotel de Cristina.

Para llevar adelante esa tarea, Toninelli ubicó como asesor del empresario kirchnerista a su propio hijo Federico, que tiene un estudio contable.

Ahora se confirmó en sede judicial que ambos –padre e hijo– utilizaron el avión del empresario para trasladarse a Río Gallegos y volver a Buenos Aires. En los viajes estuvo Martín, otro hijo de Lázaro. La denuncia está en poder del fiscal Guillermo Marijuán y se basaría en documentos de la Policía Aeronáutica. En caso de comprobarse, el titular de la DGI quedaría en una situación seriamente incómoda: habría tráfico de influencias y acciones incompatibles con la función pública en favor del empresario kirchnerista y socio de los Kirchner.

Pero la causa de Hotesur es la que más le preocupa a Cristina: están involucrados Máximo y la propia Presidenta. El principal problema de ambos son los documentos sobre operaciones de supuesto lavado de dinero con Báez y con el zar del juego, Cristóbal López. Esos documentos también confirman viajes de Leonardo Fariña para facilitar esas transacciones.

Por eso Cristina instruyó a Zannini para que Toninelli opere sobre los expedientes internos de la AFIP. Toninelli obligó a firmar un dictamen en favor de Hotesur a Exequiel Lebed, quien después renunció como director de la Regional Microcentro.

La información trascendió en los contactos que sostiene la cúpula del Grupo de los 6. Entre los hombres de negocios existe otro dato inquietante: Wado de Pedro y Julián Alvarez mantienen un diálogo insistente con un conjunto de jueces federales para tratar de retrasar la investigación de Claudio Bonadio sobre Hotesur.

El Grupo de los 6 elabora en secreto un documento en el que expondrá su temor por el “Plan Bomba” de tiempo que lleva adelante Axel Kicillof. Como anticipó Clarín, Jorge Brito, Héctor Méndez, Carlos de la Vega, Juan Chediak, Adelmo Gabbi y Luis Echevehere mantuvieron una reunión y acordaron una movida política: expresar su temor por la inacción económica de la Casa Rosada y la decisión de Cristina de dejar una pesada herencia para que le estalle al Presidente que asuma en diciembre.

La redacción del trabajo tendrá un fuerte impacto político: el contenido del “paper” del G-6 será la contracara del relato que Kicillof hace sobre la marcha de la economía argentina. El informe estaría elaborado en una semana y se denominará “Beneficio de Inventario.” En los encuentros para su elaboración, los empresarios lo llaman directamente el “Plan Bomba” de Kicillof.

Jorge Brito explicó: “Kicillof hace la plancha para que le explote todo al próximo gobierno.” Etchevehere, de la Rural, lo dijo así: ”La bomba se la dejan a todos los argentinos.” Y Méndez –autor de la idea– fue más duro: “Los radicales nos dejaron el Plan Primavera y Cristina se va con el Plan Bomba”. Existe mucha preocupación por la herencia y la acumulación de problemas como:

– La inflación récord y la recesión.
– El déficit fiscal creciente.
– El atraso del 30% del tipo de cambio y el de las tarifas.
– La profundización de la crisis del sector externo: mínimas reservas y mayor conflicto con los fondos buitre.

Kicillof está sobreactuando la puja con el Citibank con un objetivo: tratar de colarse en algún binomio presidencial del oficialismo. Su esfuerzo choca contra una realidad: hasta Máximo Kirchner –que lo alienta– sabe que su mala imagen es piantavotos. El despecho también mueve al ministro, porque su frustrada negociación inicial con Gabriel Ribisich lo dejó descolocado en Olivos.

No le perdona a Ribisich una frase que el banquero pronunció cuando se firmó el acuerdo en Manhattan “Con el convenio el Citi deja de ser rehén”.
Por eso está cometiendo una serie de graves errores jurídicos:

– Kicillof avanzó contra Ribisich cuando en realidad debía atacar al Citibank, si la Casa Rosada realmente piensa que el banco no cumplió con la ley argentina. El ataque a Ribisich se hizo para mantener el relato y porque Kicillof teme enfrentarse con la institución Citibank. En el Gobierno habrían recibido advertencias de Washington y se convencieron de que técnicamente no era atacable por el flanco legal el convenio del Citibank con los fondos buitre.

– Ahora, apeló el acuerdo en la Justicia argentina, cuando el convenio Citi-MNL se hizo ante la justicia de los Estados Unidos, sede legal que Néstor y Cristina Kirchner aceptaron para dirimir estos pleitos.

En una reacción tardía, la AmCham de Juan Vaquer salió a defender al banquero. Los empresarios desoyeron las advertencias sobre la ofensiva cristinista contra las “multis” y otra vez actuaron a destiempo.

En Washington estiman que Cristina actúa por despecho contra Barack Obama y existe información de que utilizará la Cumbre Iberoamericana para tomar las banderas que ya dejó Fidel Castro y reemplazar en la confrontación verbal al desgastado Nicolás Maduro. (Clarín)

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