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Los cuchillos son la clave de la estrategia de defensa de Farré

Los cuchillos son la clave de la estrategia de defensa de Farré
25/08 – 08:20 – Su abogado sostiene que nadie lo vio llevarlos de la cocina al vestidor, donde ocurrió el crimen, y él dijo que no recuerda haberlos tomado.

Fernando Farré no recuerda haber tomado los cuchillos con los que asesinó a Claudia Schaefer en el vestidor de su casa del country Martindale, de Pilar. Así lo dejaron entrever allegados a su defensa, que aspira a probar que no hubo premeditación en el empresario cuando atacó a su ex mujer en el vestidor; con la autoría material del crimen fuera de discusión, ese presunto estado de “emoción violenta” es la única posibilidad del detenido para obtener una reducción en el monto de la pena que le espera.

El abogado del empresario, Gustavo Álvarez, dijo en declaraciones a la prensa que nadie vio a Farré tomar los cuchillos y llevarlos al vestidor; dejó entrever, así, que pudo haberlos llevado otra persona, incluso la víctima. E insistió en que el ataque no fue premeditado, sino que “se desató de golpe”, por algo que provocó la reacción irreflexiva del acusado.

Para definir ese punto crucial en el avance de la investigación, la fiscal Carolina Carballido Calatayud, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la Violencia de Género de Pilar, ordenará una batería de peritajes psicológicos y psiquiátricos sobre Farré.

Ayer, tras haber escuchado a los abogados civilistas de Schaefer, que hablaron de los momentos previos al ataque y de qué pudieron ver desde el jardín, a través de una ventana, sobre el instante crucial del homicidio, la fiscal resolvió realizar hoy una inspección ocular de la casa del lote 5 de Martindale. Espera poder visualizar el recorrido de la víctima y su victimario entre la cocina y el vestidor.

La fiscal también dispondrá la revisión de los celulares y computadoras de los protagonistas del crimen y de su círculo más allegado, con el objetivo de reconstruir el pasado reciente de la pareja posterior a su separación de hecho; sobre todo, pruebas de los sostenidos maltratos que Schaefer dijo haber sufrido de parte de Farré, hostigamientos que la llevaron, el 2 de este mes, a denunciar a su ex marido ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte. En esa denuncia, Schaefer dijo haber sido golpeada delante de los tres hijos y de la empleada de la casa cuando amenazó a su ex esposo con grabar la forma hiriente en la que le hablaba; también dijo que sufría de la violencia de su ex esposo desde hacía más de 10 años.

También aspira la fiscal a encontrar en los aparatos electrónicos algún indicio de que Farré haya tenido en mente llevar adelante su empresa homicida. Ayer, LA NACION tomó conocimiento de que pocos días antes del sangriento viernes en Martindale, el estudio del conocido abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten -que representó en el juicio por el triple crimen de General Rodríguez a la familia de Leopoldo Bina, una de las víctimas- recibió un mail desde una dirección de “fantasía” de una persona que quería consultar si lo defenderían, ya que tenía planeado cometer un “homicidio calificado”.

El letrado no pudo identificar quién envió ese mail. Pero sí comprobó que la página oficial de Facebook de su estudio tiene a Fernando Farré como “amigo”. Por ahora, dijeron fuentes de ese estudio, nada certifica que el mail con la premonitoria consulta haya sido enviado por el único acusado por el crimen del country. Un análisis informático podría develar el origen real de aquel correo electrónico.

Mientras tanto, en la causa ya constan los testimonios de dos de los abogados que estuvieron en Martindale el viernes. El abogado del estudio Cárdenas, que representaba a Schaefer, declaró ayer que “se asomó por una ventana que daba al vestidor y confirmó que Farré había atacado a su esposa, por lo que llamó rápidamente al 911”. Dijo no haber advertido que el ataque se había cometido con cuchillos. También prestó testimonio Sandra Schaefer, la hermana de la víctima, que ahora tiene a su cuidado a los tres hijos de la malograda pareja.

La abogada que representó a Farré no declaró porque viajó a Europa el mismo día del hecho. Su jefa, Mariana Gallego, contó ayer: “Él quería quedarse con el departamento y los hijos y alquilarle algo a ella. Y Claudia insistía mucho con retirar las cosas del country. La madre de él fue para ser testigo por si ella lo provocaba. Puedo decir muchas cosas que me di cuenta de este hombre, que tenía dos caras; pero nunca que iba a ser un asesino”. (La Nación)

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