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La suba de remedios superó lo anunciado: llega hasta 9%

Los medicamentos aumentan por sexta vez en el último año
13/11 – 12:00 – La semana pasada el Gobierno autorizó un aumento del 3%. Pero un relevamiento de Clarín detectó que hay medicamentos de uso masivo que se encarecieron el doble y el triple.

Por: Martín Grosz
El 2 de noviembre, hace ya 11 días, el Gobierno nacional autorizó el sexto aumento en 12 meses para los precios de los medicamentos. La suba permitida fue del 3% como máximo para todos los productos, tanto los de venta libre como los de expendio bajo receta. Eso, al menos, fue lo que se informó a la población y replicaron los diarios. Pero en los últimos días, en los mostradores de las farmacias, los pacientes se encontraron una realidad diferente.

La sorpresa fue grande. Y es que, aunque muchos remedios se incrementaron de acuerdo con lo indicado, en una notoria cantidad de casos los saltos fueron del 4, del 5, del 6, del 8 y hasta del 9%. En un relevamiento, Clarín pudo confirmar que varias drogas de uso masivo –y de marcas renombradas– pasaron a venderse al público a valores que superan ampliamente lo anunciado.

Un ejemplo es el Ibupirac de 400 miligramos. El famoso analgésico y antifebril, que estaba a $ 14,59, pasó a $ 15,90: es decir, subió un 9%. Otro caso es la Buscapina Compositum de 20 pastillas, un analgésico y antiespasmódico que se vendía a $ 51,14 y ahora aparece a $ 55,31 (8,1% más), mientras que la versión “N” cambió de $ 33,87 a $ 36,63. El Qura Plus, un antigripal, se encareció 6% al saltar de $ 57,26 a $ 60,70. Y quienes deben mantener a raya el colesterol y los triglicéridos ahora deberán abonar un 5% más por el Zarator, que se disparó de $ 466,15 a $ 489,46 en su versión de 10 miligramos por 60 comprimidos.

Pero también los pacientes respiratorios pagarán recargos inesperados. El Ventolín, muy usado por asmáticos, costaba $ 80,99 y acaban de remarcarlo un 8,2% (se fue a $ 87,60). El Neumoterol 400, otro broncodilatador, tuvo una suba del 6% porque salía $ 411,27 y se actualizó a $ 435,94. Todo, como se ve, muy lejano al 3% indicado.
Por otra parte, los “lápices” de insulina Lantus Solostar pasaron de $ 1.921,45 a $ 1.998,30: un incremento del 4%. En esa proporción también subieron los antiácidos Treg y Stomacine, el ansiolítico Alplax, el antifebril Novacler y el antiartrósico Findol, que antes valía $ 255,02 y ahora se expende por $ 265,21 en su presentación de 30 sobres.

Son sólo algunos ejemplos, tomados de las listas de precios oficiales o manuales que se utilizan en todas las farmacias del país. “Hubo ajustes mayores al 3%. Hemos visto listas con aumentos del 6%, pero no lo hicieron todos los laboratorios ni para todos sus productos”, confirmaron a Clarín en una cadena que opera varias sucursales en Buenos Aires.

La reciente autorización oficial para que los precios subieran 3% había estado precedida por otros permisos del 3% al 4% en agosto, del 3% en julio y del 2% a partir de abril, todas acumulativas. Previo a eso, la Secretaría de Comercio, encabezada por Augusto Costa, había permitido un 3% de suba en febrero y otro 3% en diciembre de 2014. Así, en teoría, los remedios deberían haberse remarcado cerca de un 15% en lo que va del año y un 18,5% en los últimos 12 meses.

De todos modos, si se comparan los valores actuales con los de noviembre pasado, también aparecen subas mayores a ese patrón. Con el cambio reciente, los mencionados Ibupirac y Buscapina acumulan una suba interanual mayor al 25%. Lo mismo que el Valcote, un anticonvulsivo que saltó de $ 225,05 a $ 282,91 en su presentación de 250 miligramos por 50 comprimidos. La caja de Aspirinetas, en tanto, cuesta ahora 24% más y el Ventolín ya está 21,7% más caro que hace un año, tal como sucedió con el antihipertensivo Nalapril, que fue de $ 37,26 a 45,38.

Consultadas por Clarín, en la Cámara de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA) y en la Cámara de Especialidades Medicinales (CAEME), que nuclean a los principales laboratorios, confirmaron que la última suba autorizada por la Secretaría de Comercio fue del 3% y negaron que haya habido una decisión común de desafiar la orden oficial. Dijeron ignorar, en ese sentido, los motivos por los cuales alguna empresa pudo haberlo decidido en forma individual, a sólo un mes del cambio de gobierno.

Lo que siempre destacan es que los medicamentos vienen con sus precios regulados desde 2007 y que las subas autorizadas desde entonces “fueron siempre mucho menores” a las de sus costos.

La última vez que algunos laboratorios habían subido sus precios sin permiso oficial fue en junio del año pasado. En aquella oportunidad, el Gobierno respondió con una dureza inusual: la presidenta Cristina Kirchner los acusó de “cartelización” y los obligó a dar marcha atrás recurriendo a la Ley de Abastecimiento. (Clarín)

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