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La salida de Sanz complica el armado del gabinete de Macri

Macri, Sanz y Carrió ya avanzan en el diseño de una estrategia común
24/11 – 09:50 – El senador adujo razones personales; en la UCR temen perder lugares en el equipo de Cambiemos.

Por: Lucrecia Bullrich
Ernesto Sanz decidió no integrar el próximo gabinete, y se lo dijo a Mauricio Macri hace poco más de dos semanas. Acordaron guardar el secreto hasta después de la segunda vuelta de las elecciones.

Terminó de escribir la carta del anuncio anteayer, ya terminados los festejos en el búnker de Cambiemos, y la publicó en Facebook ayer, minutos después de que Macri diera su primera conferencia de prensa como presidente electo.

“No voy a ocupar ningún lugar ni en el gobierno ni en mi partido”, escribió atrás de una larga descripción del proceso que terminó con la alianza entre la UCR y Pro en marzo pasado. Unos párrafos antes había vinculado su salida con motivos personales. “He decidido recuperar el espacio de hombre, el espacio de mis amores, de mi lugar en el mundo, de sueños de vida que fui postergando demasiado y que ha llegado la hora de concretar”, enumeró.

Pese al paso al costado, que incluye no intentar la reelección como jefe de la UCR -no puede hacerlo porque ya no es delegado de su provincia-, Sanz seguirá a cargo del diálogo con Macri hasta el 10 de diciembre.

Según pudo saber LA NACIÓN, tomarán la posta los jefes de los bloques parlamentarios: Mario Negri por Diputados y Ángel Rozas, que gana apoyos para reemplazar a Gerardo Morales, por el Senado. Se les sumará el nuevo presidente de la UCR, que se elegirá el 4 de diciembre. Por ahora, los candidatos escasean. Un sector impulsa a Julio Cobos, pero es consciente de la resistencia que el mendocino sigue generando en buena parte del partido. El desafío será entonces evitar que el coro de voces derive en mensajes cruzados y complique la interacción con Pro.

Igual que Macri y que Elisa Carrió, varios radicales ya estaban al tanto de la decisión de Sanz. El viernes pasado, después del cierre de campaña de Macri en Humahuaca, el mendocino reunió a sus correligionarios que habían viajado para el acto y les comunicó su retiro de la política.

Ayer, tres hombres que conocen muy bien a Sanz, y que fueron de los primeros en enterarse, rechazaron de plano que la determinación tuviera más motivaciones que las “estrictamente personales”, aunque admitieron que la movida es difícil de entender “desde la lógica del poder”.

“Ernesto entendió que terminó de cumplir su misión ayer [por anteayer] con el resultado [de la elección] y que ahora la interlocución con Macri pueden asumirla otros”, dijo a LA NACIÓN uno de ellos. Aclararon que no hay cuestiones de salud de por medio.

Más allá de los intentos de aplacar los ánimos, incluso los radicales más fieles a Sanz saben que su decisión irrumpe en el momento no sólo menos pensado, sino también, menos indicado.

El gabinete de Macri terminará de definirse en las próximas dos semanas. Ya sin chances en Justicia, los radicales aspiran a ocupar otros lugares. Insisten en que el tucumano José Cano podría ir a Salud y quieren ubicar al riojano Julio Martínez en Defensa. También postularon a hombres del partido para Ciencia y Tecnología. La apuesta de máxima es el Ministerio del Interior, para el que hablan de un “tapado”, aunque reconocen que es difícil que Macri les ceda ese espacio.

Pero además de especulaciones en torno al gabinete, ayer había dudas sobre el futuro y se analizaba el impacto de la decisión de Sanz en la construcción de la coalición de gobierno (como les gusta definir el tipo de vínculo que imaginan con Pro). “El contexto es muy distinto y Macri no es De la Rúa”, se despachó un radical del interior cuando LA NACIÓN preguntó por el fantasma de la Alianza y sus errores letales. “Somos un partido orgánico que tomó una decisión institucional y la vamos a sostener. La UCR está absolutamente comprometida con el gobierno de Macri”, sumó otro dirigente experimentado. La intención es clara: encapsular la salida de Sanz para que cuanto antes quede claro que es una decisión individual que no afecta la relación del partido con Macri.

La lectura no es tan lineal ni sencilla para otros radicales, sobre todo para los que resistieron el pacto con Macri, aunque terminaron acatándolo. “Sanz era el interlocutor. Esto sin duda traba la discusión con Macri. Habrá que redefinir cómo se reencamina el diálogo”, advirtió uno de ellos. (La Nación)

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