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Tras la debacle electoral, Maduro contraataca y amenaza a la oposición

Tras la debacle electoral, Maduro contraataca y amenaza a la oposición
10/12 – 10:30 – Lejos de iniciar un diálogo político, prometió vetar la amnistía a los presos políticos que impulsará la nueva Asamblea controlada por la oposición.

Por: Daniel Lozano
Ni diálogo ni paz. El chavismo se ha lanzado a un contraataque, en fondo y forma, tras el histórico triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias. Pese a que las palabras que abren esta crónica se repiten una y otra vez en las discursos de sus dirigentes, como si fueran dogma de una fe que pierde adeptos, la revolución ha emprendido una carrera para blindar a su presidente. Y lo ha hecho pasando por encima incluso de sus antiguos héroes.

“La guerra inclemente hizo estragos. Yo entiendo ese voto, pero fue un error. Fue un voto contra ustedes mismos”, clamó Nicolás Maduro desde el Cuartel de la Montaña, donde descansan los restos de Hugo Chávez.

Rodeado de militares, posando sus manos encima del féretro como si se tratara de una ceremonia mágica, el presidente inició un alegato en el que una y otra vez recordó que “ganaron los malos”.

El enojo es de tal calibre que Maduro reprochó a sus antiguos seguidores que en los nuevos edificios de las Misión Vivienda “estaban bailando la victoria” de la oposición. “Les pedí el apoyo y no me lo dieron… Lo que más me duele son las viviendas, las pensiones. Hoy están en la picota todos los planes sociales”, dijo.

Un exhorto continuo a las fuerzas revolucionarias que realmente esconde la construcción de un blindaje contra la nueva mayoría.

Transcurridas sólo 48 horas y de un tirón, Maduro adelantó que vetará la Ley de Amnistía, que entregará el canal de la Asamblea (ANTV) a los trabajadores (como si fuera una cooperativa socialista), que decretará la inamovilidad laboral para que no despidan a los trabajadores de ANTV o de la propia Asamblea “así te arda en tu fascismo, Ramos Allup” y que entregará por Ley Habilitante el Cuartel de la Montaña a la Fundación Hugo Chávez (pese a que nadie en su sano juicio haya declarado nada al respecto).

“Los asesinos de un pueblo tienen que pagar, por sus graves delitos de lesa humanidad indescriptible”, resumió el “hijo de Chávez” para oponerse al proyecto que la nueva mayoría parlamentaria prepara para el 5 de enero.

La iniciativa, a cargo de la diputada electa Delsa Solórzano, pretende la libertad de los 70 presos políticos, entre ellos Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular, y el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, que permanece en arresto domiciliario.

El proyecto está siendo redactado por un grupo de “prestigiosos constitucionalistas” tras el acuerdo de todos los grupos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Varios dirigentes opositores se lanzaron a desmentir a Maduro, “porque no tiene forma de trancar la ley de amnistía”, dijo el gobernador Henrique Capriles. Según explicó, Maduro puede devolver las leyes con observaciones, pero si se niega a promulgarlas el Parlamento tiene la potestad de decretarlas. En la misma línea insistió Lilian Tintori, cuyo marido, Leopoldo López, aguarda su libertad en una celda de la prisión militar de Ramo Verde: “No hay nada inconstitucional en la ley”.

Ante las advertencias que lanzó Maduro en su discurso de anteanoche, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, recogió el guante y dijo ayer que en Venezuela “o hay cambios en el gobierno o habrá cambio de gobierno”.

Maduro aprovechó el momento para anunciar que había pedido el cese a todos sus ministros para formar un nuevo gobierno.

Las remodelaciones son constantes en el llamado tren ministerial, pero esta vez hay varias incógnitas por resolver.

Se esperan caras nuevas que no estén pintadas por la derrota y se cuestiona la continuidad del general Vladimir Padrino, tras el tira y afloja mantenido el domingo electoral con Diosdado Cabello, según fuentes militares. Y, sobre todo, si el jefe del ala militar de la revolución volverá al gabinete como en tiempos de Chávez.

Precisamente el todavía presidente de la Asamblea, presente en el acto, adelantó que antes de fin de año juramentará a los 12 magistrados del Tribunal Supremo y al nuevo defensor público.

El chavismo proyecta convertir al máximo órgano judicial en el principal dique de contención contra la Asamblea legislativa. Ayer mismo se hizo pública la lista de los postulantes.

“La actual Asamblea viola la Constitución al pretender designar los nuevos magistrados”, denunció el profesor de Derecho José Ignacio Hernández.

La deriva de la revolución también golpeó ayer a uno de sus viejos héroes: Jorge Giordani, ex vicepresidente, gurú económico de Chávez y uno de sus mejores amigos. Escoltado por Héctor Navarro, otro ex ministro del “comandante supremo”, compareció ante la prensa. “Dejemos de ser autistas y escuchemos la voz del pueblo. Donde mandaba Chávez ahora no manda nadie”, reclamó.

Pero lo que se escucharon fueron gritos e insultos proferidos por un grupo radical que irrumpió gritando consignas a favor de Maduro. Boicotearon el acto y obligaron a ambos a salir de allí a toda velocidad. Ya en la calle, Giordani, principal cerebro de la economía revolucionaria, solicitó ayuda a un guardia nacional, con la ingenuidad de un profesor idealista: “Fui ministro del comandante Chávez, he sido agredido, quiero protección de usted”.

El militar miró a otro lado y salió caminando del lugar. (La Nación)

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