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Dilma, ante el Senado “El juicio es una pena de muerte política”

Dilma, ante el Senado “El juicio es una pena de muerte política”
30/08 – 10:00 – Lo dijo en su defensa en el juicio político por el que esa cámara la acusa de maquillar las cuentas públicas. Rousseff denunció que el proceso es “una grave ruptura institucional”.

Por: Eleonora Gosman
“Que revoquen mi mandato en forma definitiva es someterme a una pena de muerte política”. La frase, pronunciada hoy por la presidenta Dilma Rousseff en su defensa ante el Senado, describió mejor que cualquier otro argumento el verdadero drama del impeachment que está en curso. Ante los parlamentarios, convertidos en inquisidores, defendió su inocencia: “Vengo a decirles que no cometí el delito de responsabilidad por el que soy injusta y arbitrariamente acusada” declaró, para alertar que este proceso podrá derivar en “una grave ruptura institucional”.

Notablemente tranquila, la presidenta debió replicar una y otra vez las mismas preguntas que le formulaban los legisladores del nuevo oficialismo. Fue el caso del senador Cássio Cunha Lima, quien en su interrogatorio pretendió colocar el juicio político como resultado de una demanda social, “operada en las calles”. El parlamentario, miembro del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), mencionó el caso de la corrupción en Petrobras, pero de manera tangencial. “Golpe (de Estado) –dijo– es quebrar una empresa como Petrobras”. Calificó las réplicas presidenciales como “un espectáculo político” más que como el ensayo de una defensa.

Dilma también habló de Petrobras, bien que de manera no explícita. Fue cuando dijo que ella había garantizado “la autonomía del Ministerio Público” y que había evitado “cualquier interferencia política en la actuación de la policía federal brasileña”, que tiene a su cargo toda la investigación del esquema de coimas en la petrolera estatal. “Con mi postura contrarié muchos intereses”, reveló. Y, en alusión al juicio que sufre estos días, señaló: “Por mi postura pagué y pago un elevado precio personal”. Y enseguida agregó: “Todos saben que yo no me enriquecí en el ejercicio de cargos públicos”. En un reconocimiento de las dificultades creadas por las revelaciones de los desvíos delictivos de esa empresa pública, que alimentaron las campañas del oficialismo y la oposición –sin excepciones–, Dilma admitió: “Si hubiese sido cómplice con lo que hay de peor en la política brasileña y con la improbidad, no correría el riesgo de ser condenada injustamente”.

En su alegato, la presidenta narró sus inicios políticos. “En la lucha contra la dictadura recibí en mi cuerpo las marcas de la tortura. Y por años sufrí la prisión. Vi compañeros y compañeros violentados y asesinados. Pero nunca traicioné los compromisos que asumí”. Y en otro tramo de su alegato afirmó: “Este es un golpe que, si se consuma, resultará en la elección directa de un gobierno usurpador”.

Uno de los puntos altos de la sesión fue la confrontación entre la Rousseff y el senador Aecio Neves, titular del Partido Socialdemócrata (PSDB). Ambos recordaron sus polémicas durante la campaña electoral de 2014, que terminó en la segunda vuelta con la derrota del “tucano”. Neves abrió el fuego: “Usted habló de inconformismo de quien perdió las elecciones. Pero eso no es ninguna deshonra”; en cambio, sostuvo, es una “estafa electoral” prometer a los ciudadanos un plan que luego no se cumple. “Yo le pregunté, en uno de los debates, que medidas tomaría para controlar la inflación. Y usted me respondió que la inflación estaba próxima a cero. Y que nosotros éramos pregoneros del pesimismo. Lo cierto es que la inflación llegó a 10,6%”. Dilma le replicó con una frase que provocó risas en el Senado: “Nunca imaginé que después de los debates en la campaña electoral nos iríamos a encontrar hoy en este lugar”. Fue entonces que Rousseff denunció: “Lo que dije y reafirmo ahora es que a partir del día siguiente a mi elección, fueron tomadas medidas políticas para desestabilizarme. Desde su partido, pidieron el recuento de votos y la apertura de las urnas. Luego se comprobó que no había irregularidades”.

La jefa de Estado explicó, a continuación, las razones que pudieron explicar la suba inflacionaria. “En 2014, a partir de octubre hubo una gran caída del precio de las commodities, especialmente minerales y petróleo. Y el 29 de octubre, tres días después de mi victoria, Estados Unidos puso fin a la política de expansión fiscal. Se produjo entonces una devaluación general de las monedas mundiales y una retracción de la economía. En el caso de Brasil, eso provocó una inflación por la vía de la devaluación”. A eso, señaló, se le habría de sumar la crisis de energía eléctrica, por la sequía que sufrió el país. “Esto nos obligó a utilizar usinas térmicas, pero eso aumentó el precio de la electricidad”. Rousseff aludió también a la crisis internacional y, luego, a la puesta en escena del impeachment “dos meses después de mi reelección. Esto acentuó la crisis del país”.

Mientras la presidenta Dilma Rousseff pronunciaba su discurso, el presidente interino Michel Temer reveló a los periodistas que no había escuchado la exposición de la jefa de Estado. “No tuve tiempo porque estaba trabajando en mi despacho” indicó. También manifestó su “absoluta tranquilidad” en cuanto a los resultados que tendrá este proceso de impeachment. Sostuvo: “Soy obediente a las instituciones y espero que el Senado tome la decisión. Aguardo los resultados”. La prensa criticó, entre tanto, la violencia con que los custodios del interino intentaban protegerlo de preguntas incómodas. Según el diario Folha de Sao Paulo, “al ser preguntado si creía que Dilma Rousseff conseguiría revetir los votos y evitar la destitución, Temer no respondió. Pero hizo un claro gesto de ironía”. (Clarín)

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