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El Gobierno cambió de postura y despejó un violento piquete

El Gobierno cambió de postura y despejó un violento piquete
29/06 – 10:00 – Agrupaciones filokirchneristas, con palos y capuchas, cortaron la avenida 9 de Julio y generaron caos; pero, a diferencia del día anterior, esta vez las fuerzas de seguridad actuaron y arrestaron a siete manifestantes

Por: Marcelo Silva de Sousa, Agustina López
Un triple cordón policial vestido íntegramente de negro con cascos, escudos y armas largas mira expectante al otro lado de la avenida. En la calle de enfrente, unos doscientos manifestantes llevan su propio uniforme: pañuelos y capuchas cubriéndoles las caras y palos a la vista. En el instante en que la Policía de la Ciudad avanza, los camiones hidrantes que los flanquean disparan los primeros chorros de agua. Así exhiben un cambio de política del gobierno porteño, que mutó de la pasividad a una acción decidida, como nunca había ocurrido antes.

El enfrentamiento se desata: mientras la primera línea de piqueteros lanza cascotes, las filas de atrás se desarman a las corridas. El gas pimienta no tarda en llegar y varias motos comienzan la persecución y arrestan a siete personas. Pocos minutos después, la avenida 9 de Julio queda en silencio, mojada y cubierta de palos y neumáticos fundidos sobre el asfalto.

Ayer, después del mediodía, el Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala -compuesto por organizaciones como Tupac Amaru, Resistencia Popular y Quebracho- montó un acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social, cortando así la avenida. Reclamaban más programas de asistencia social y que se declare la “emergencia alimentaria y tarifaria”.

Según los manifestantes, el choque con las fuerzas de seguridad se desató mientras estaban negociando con las autoridades, luego de más de tres horas de bloqueo. Incluso, dicen, habían apagado el fuego de los neumáticos como gesto de buena voluntad. “Con estas maniobras siguen estigmatizando al frente. Hay una clara discriminación hacia nosotros”, señaló a LA NACION un dirigente de Quebracho.

Las versiones entre los manifestantes y el Gobierno son contrapuestas. En el Ministerio de Desarrollo Social aseguraron a LA NACION que “se recibió a las organizaciones, como cada vez que protestan frente al ministerio”. Y apuntaron directamente a agrupaciones residuales kirchneristas “conformadas por ex funcionarios del gobierno anterior”.

Fuentes oficiales puntualizaron que entre los manifestantes se encontraban el referente de la Tupac Amaru Alejandro “Coco” Garfagnini (ex empleado de Desarrollo Social), Juan Pablo Odezaile (ex subsecretario de Capacitación Popular) y Eduardo Montes, integrante de la cooperativa gráfica Patricios (ex empleado del Ministerio de Trabajo). Además, en algunas imágenes captadas por cámaras de televisión pudo verse manifestantes con camperas de la Municipalidad de La Matanza. “En varios de esos grupos hay gente que trabajaba en el ministerio y que estaba liderando la protesta. Vinieron sin ningún pedido concreto ni puntual, a generar conflicto”, aseguró una fuente de la cartera que conduce Carolina Stanley. Cerca de la ministra resaltaron que la protesta “surge en medio del clima electoral”.

El Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala está conformado por agrupaciones que quedaron fuera del Consejo de la Economía Popular, el órgano de discusión de políticas sociales creado a partir de la sanción de la ley de emergencia social. Allí sólo tiene asiento el triunvirato piquetero compuesto por la CTEP, Barrios de Pie y la CCC. El año pasado, estas agrupaciones montaron las protestas más masivas contra el Gobierno, pero luego, encauzados institucionalmente, dejaron de ser una preocupación constante para el Ejecutivo.

La supuesta “exclusión” es motivo de reclamo constante por parte de los grupos que ayer se enfrentaron con la policía. En los despachos oficiales, a la izquierda trotskista y los grupos minoritarios ligados al kirchnerismo se los cataloga como “duros” y son motivo de preocupación por su combatividad.

Contrariamente al procedimiento habitual en la ciudad, los efectivos despejaron la calle por la fuerza. Sin embargo, anteayer las fuerzas de seguridad no habían actuado ante un acampe de 24 horas frente al Ministerio de Trabajo. En el Gobierno explicaron la diferencia en la acción en que eran grupos más agresivos y a la vez menos numerosos.

Los uniformados intervinieron ante la orden del juez federal Sergio Torres y detuvieron a siete personas -entre ellas dos menores de edad-, que fueron puestas a disposición del magistrado bajo el cargo de “resistencia a la autoridad, daños y lesiones”. Otras tres personas terminaron en el hospital Finocchietto con heridas de bala de goma. (La Nación)

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