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Anunciaron otra fuerte suba de las retenciones a la soja

Ministro de Economía Martín Losteau
12/03 – 09:15 – La oleaginosa tributará el 44,1%, nueve puntos más; hay leves bajas para el trigo y el maíz.

El ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció ayer un nuevo esquema de retenciones a las exportaciones de granos, que a partir de ahora serán móviles y acompañarán la oscilación de los precios. En lo inmediato, el cambio significa un fortísimo aumento de esos impuestos para la soja y el girasol, que ya habían sido incrementados en noviembre último. Desde hoy, estas commodities pagarán derechos de exportación del 44,1% y el 39,1%, respectivamente.

El premio consuelo para el agro, que ya expresó sus quejas por la medida, es que las alícuotas para el maíz y el trigo se reducirán casi un punto, aunque serán igualmente altas, del 24,2% y del 27,1%, respectivamente. “Es la primera vez en mucho tiempo en que está subiendo el precio de estas commodities en que hay una rebaja en los derechos de exportación de algunos de estos granos”, afirmó el ministro en la Casa Rosada al hacer el anuncio junto a los secretarios de Agricultura y de Política Económica, Javier de Urquiza y Gastón Rossi, respectivamente.

El saldo de estos cambios será nuevamente favorable al fisco, que considerando los actuales precios internacionales embolsará $ 3900 millones adicionales (0,4% del PBI, según estiman en Economía). Por eso, para los representantes del sector agropecuario se trata de otra medida con inocultable interés fiscal. Si el Gobierno decidiera preservar todos los recursos adicionales que genere el nuevo esquema, se habrá asegurado un superávit fiscal primario (antes del pago de intereses) del 4% del PBI, un objetivo declarado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El nuevo sistema de retenciones contempla distintas alícuotas en función de bandas de precios (ver infografía en la Pág. 2). “¿Qué es lo que hace esto? Que a medida que el precio suba, la retención sea más alta y la traslación al precio doméstico sea más baja también, y a medida que el precio baje internacionalmente, la retención sea más baja, con lo cual el incentivo al productor sigue estando”, explicó Lousteau, y prometió que el nuevo esquema de retenciones regirá los próximos cuatro años.

Pero ésa no fue la única promesa de Lousteau al campo. El funcionario también anunció que habrá incentivos específicos para la producción de cereales, carne y leche y medidas para estimular la generación de valor agregado y alentar un mayor uso de fertilizantes.

El ministro también enfatizó que la mayor alícuota para la soja equivale a retrotraer los precios de la oleaginosa a los registrados en diciembre pasado. “Si se hubiera utilizado el mismo esquema de análisis para trigo y maíz, hubiéramos tenido que aumentar las retenciones en cinco puntos. Lo que hemos hecho es, precisamente, bajarlas para incentivar la producción de estos dos granos, que son un insumo muy importante en nuestra dieta”, se justificó Lousteau, que no explicó cuáles serán las alícuotas para los productos industriales derivados de los granos, como aceites y harinas.

Es que para los productores la baja de las retenciones a los cereales tiene gusto a poco si se la compara con la fuerte suba para las oleaginosas. Y algunos dirigentes ruralistas que venían protestando por los precios máximos para la hacienda y la depresión del precio local del trigo ya hablan de un nuevo lock out contra la política oficial.

Animos caldeados

Las principales entidades del agro no han sido recibidas aún por ningún funcionario de alto nivel del Gobierno, y en las mesas de entrada de la Casa Rosada, de la Jefatura de Gabinete y del Palacio de Hacienda esperan respuesta sendos pedidos de audiencia. Por eso, los ánimos entre agricultores y ganaderos están caldeados (de lo que se informa en la Pág. 2).

En los últimos cinco meses, los impuestos a la soja y el girasol aumentaron 16,6 y 15,6 puntos porcentuales, respectivamente. Esos incrementos significan subas del 60,3% para la soja y del 66% para el girasol. En el mismo período, los precios de exportación de esos granos tuvieron un comportamiento dispar: la tonelada de girasol cotizaba en noviembre a $ 1350 y esta semana lo hizo a 1260 (6,6% menos); en tanto, la soja pasó de 829 el año pasado a 1054 en 2008 (27% más) .

Para Lousteau, “con estas medidas se pretende un mayor equilibrio hacia el interior de la actividad agropecuaria, un mayor desacople de los valores internacionales con los precios domésticos y todo esto en pos de una mayor producción que permita que como país aumentemos los saldos exportables y proveamos al mundo lo que el mundo está necesitando, al mismo tiempo de garantizar productos a precios razonables para las familias argentinas”.

Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION
Con la colaboración de Rafael Mathus Ruiz

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