26/02 – 09:00 – Libertad de expresión (cero):María José Lubertino es una radical K que ni siquiera reconocen como propia los radicales K: imprevisible, grandilocuente, siempre anhelante de protagonismo excesivo y, en ocasiones, hasta de sobreactuaciones peligrosas. Su proyecto de enviar un proyecto de ley para llevar a la cárcel a quien ponga en duda la tragedia armenia, el Holocausto judío (¿y por qué no el de los gitanos y el de los Testigos de Jehová, con quienes también se entrometieron los nazis) y la represión durante el llamado Proceso (¿y por qué no la que ocurrió durante el inconcluso gobierno justicialista de 1973?), es una acabada demostración del razonamiento de Lubertino.. Por Graciela Fernández
Queremos especialmente reproducir este artículo del sitio Urgente 24, cuya autora es Graciela Fernández, no solo porque está perfectamente presentado el problema y resuelta la cuestión de fondo que le preocupa a cualquiera que esté en un medio de comunicación, sino porque, además, nos sentimos plenamente identificados con el claro concepto y la opinión de la columnista, que aborda con total simpleza y conocimiento un tema que corroe la democracia de la que tanto se ufana este gobierno defender.
“No podríamos haberlo dicho mejor”; esta es la frase que se nos antoja para resumir la total identificación que tenemos con las palabras de la autora de la nota en relación a la increíble propuesta que lleva adelante la titular del INADI, una Radical convertida, borocotizada y sometida a las calenturientas ideas del kirchnerismo por adopción, que les hace perder el norte del sano criterio, a quienes lo practican a rajatabla y, como en este caso, logra sacar del interior de cada uno de ellos el enano fascista que tan bien oculto mantenían hasta hoy.
(Urgente24). Una de las virtudes de la democracia occidental es la capacidad de tolerar debates, proponer polémicas y aceptar cuestionamientos de la más diversa índole, sin restringir la libertad de expresión, un valor fundamental.
La democracia es creíble en la medida que pone a prueba la libertad que propone, y no sucumbe en ese compromiso; eso la diferencia de los regímenes autoritarios o totalitarios, que encorsetan las libertades o las clasifican entre libertades posibles e imposibles o prohibidas.
Esa libertad tiene su idea fundacional en una frase de François Marie Arouet (Voltaire): “Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo”.
Lo curioso es que una funcionaria que proviene de la Unión Cívica Radical descrea de la libertad de expresión e intente limitarla (acaba demostración que carece de mérito recibirse de abogado con medalla de oro en la Pontificia Universidad Católica Argentina…).
María José Lubertino -de ella se trata- explicó que, a partir del escrache al empresario judío ortodoxo, Eduardo Elsztain (IRSA, Cresud, Banco Hipotecario), y de la expulsión del país del obispo católica Richard Williamson, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), propone un borrador de proyecto de ley que prevé la aplicación de prisión (de 1 mes a 2 años) a quien difundiera la negación o justificación de la Shoá (el Holocausto judío), la tragedia armenia o el terrorismo de Estado en la Argentina.
Se ignora si ese proyecto se limitaría a estos acontecimientos o incluiría las muchísimas otras matanzas colectivas ocurridas en la historia de la Humanidad, todas igualmente repudiables: desde el genocidio belga en el Congo hasta las recientes ‘limpiezas étnicas’ en la ex Yugoeslavia, en la penísula de los Balcanes, pasando por las depuraciones estalinistas en Siberia. ¿Por qué algunos genocidios y otros no?
Por supuesto que los descendientes de los indígenas, como pueblo nativo, podrían aportar lo suyo; y los afroamericanos estadounidenses otro tanto. De pronto la superpoblación carcelaria que existe en la Argentina tendría una demanda adicional considerable, de prosperar la ridícula iniciativa de Lubertino.
Entonces, un Gobierno que no cree en la ‘mano dura’ para reprimir el delito, resulta que sí cree en la ‘mano dura’ para reprimir la conciencia de determinadas personas (por cierto que una minoría a quienes basta con aplicarle más democracia).
Por supuesto que el de Lubertino es un planteo peligroso: un Gobierno que promueve la despenalización del consumo de estupefacientes para consumo personal, resulta que a la vez reclama penalizar las opiniones (¡las opiniones!) de quienes discrepan con la historia convencional, como si el propio peso de la evidencia histórica no fuese suficiente para aislar a esas personas.
La represión del llamado Proceso de Reorganización Nacional fue nefasta precisamente por aplicar conceptos similares: resulta que había que caer en la ilegalidad para defender la vigencia de las leyes y la Constitución Nacional. Un absurdo.
Está muy bien que María José Lubertino proponga un debate: “Queremos abrir un debate a partir de los hechos ocurridos en los últimos días donde se escrachó a un empresario judío, Eduardo Elsztain, y se expulsó del país al obispo Richard Williamson por trivializar el genocidio judío realizado por los nazis”, dijo Lubertino al tratar de instalar una discusión sobre la penalización del tema.
Pero está muy mal cerrar ‘de facto’ el debate que se está proponiendo abrir: el Inadi elaboró un borrador, que podría convertirse en el artículo 3 bis de la Ley 23.592, que prevé la aplicación de prisión de 1 mes a 2 años a quien difundiera por cualquier medio de ideas o doctrinas la negación o justificación del Holocausto judío, la tragedia armenia o el terrorismo de Estado en la Argentina.
Por supuesto que, por ejemplo, todo aquel (la mayoría de los argentinos) que adhiere a la Teoría de los 2 Demonios para explicar lo ocurrido entre 1973 y 1982, y no a la hipótesis gubernamental de que todos los reprimidos eran buenos y todos los represores eran malos, es un candidato a ir a prisión por obra y gracia de Lubertino. Inadmisible.
La cuestión de fondo es precisamente esa: ya que el kirchnerismo se encuentra en baja, se intenta imponer, con el argumento del antisemitismo y otras aberraciones, una visión histórica sobre la ‘guerra sucia’, la tragedia argentina contemporánea.
Esa es la cuestión de fondo y entonces los organismos de ‘derechos humanos’ que supuestamente defienden a quienes afirman haber sido reprimidos en su búsqueda de una sociedad diferente (?) resulta que estarían imitando, en el fondo, a sus represores, al limitar el derecho a disentir.
Una Lubertinada. Peligrosa pero apropiada para días en los que hay que distraer con frivolidades.(Urgente 24/OPI Santa Cruz)
Se puede negar o discutir la existencia de Cristo, el genocidio Palestino, o cualquier cosa que pueda ocurrir,
lo que no se puede ni siquiera pensar es en disentir con la “historia oficial”de un holocausto que no puede verificarse en las cifras poblacionales siquiera , en un diario de una señorita escrito por su padre con una “birome” que aun no se habia inventado cuando cuando dicen que fue escrito.
Ojala hubiera muchos Obispos Williamson que nos permitan otra vision que pudieramos investigar si la historia oficial es cierta sin el riesgo de ir presos en el intento.
Lo que propone el gobierno a traves de Lubertino es un atroz atropello a la libertad de pensamiento , que lamentablemente algunos paises estan aplicando.
Coincido con Opi , urgente 24 y todos aquellos que pretendemos vivir en libertad.
OJO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ya ni dueños de nuestros pensamientos somos, peor aún tengamos cuidado por que si hablamos en sueños nos pueden meter en cana. Parece que nos van a meter en la cabeza de que es lo que debemos decir, hacer, pensar, olvidar, sentir, etc, etc…….
NO SERÁ UNA NUEVA RELIGION LO QUE NOS QUIEREN ENCHUFAR ESTOS TILINGAS?????????
Ustedes y Urgente 24 parecen dos agencias fascistas.
Hacia rato que me daba vuelta en la cabeza y ya lo puse en palabras… ahora si, no los leo nunca mas.
En una plazoleta de una ciudad (no puedo decir dónde por temor a que me estigmaticen) se está por levantar un monumento a tres personas desaparecidas en tiempos del godierno de facto último y muchos vecinos de esa ciudad saben que 2 de ellos ciertamente han sido victimas del estado que imperaba, pero uno fue abatido en el momento de participar en la toma de un regimiento en el norte del país en el que mataron a varios soldados conscriptos (se acuerdan del servicio militar obligatorio). Que eran jóvenes de 18 años inocentes que cumplian con la ley. Al acto seguramente obligaran a concurrir a las escuelas y colegios, los alumnos escucharan entre orador y orador un sin número de anecdotas de las personas homenajeadas, PERO ESE DÍA Y LOS QUE VENGAN VAN A INCLUIR EN EL INCONCIENTE COLECTIVO UNA VERDAD A MEDIAS, QUE ES DIN MÁS NI MENOS UNA MENTIRA.
NADIE QUIERE DECIR LO QUE ESTOY ESCRIBIENDO, MENOS AHORA QUE SE PONDRIA EN PELIGRO LA LIBERTAD DE LOS QUE SABEN LA VERDAD.