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La carta de Osvaldo Bayer a Jorge Cépernic

El cineasta e investigador Osvaldo Bayer - Foto: Web
02/08 – 09:00 – Bajo el título “Lo que algunos no dicen, Jorge”, el cineasta e investigador Osvaldo Bayer escribió desde Alemania una carta en homenaje a don Jorge Cépernic, ex Gobernador de Santa Cruz que falleciera el 19 de julio último en Río Gallegos. En la nota Bayer rescata no solo la historia personal que lo unió al hombre de la política santacruceña, sino detalles de sus incursiones en la Patagonia para hacer sus producciones en medio de prohibiciones y censuras, que pudo sortear de la mano de su amigo que tenía “una estanzuela” cercana a El Calafate, remarca el autor.

LO QUE ALGUNOS NO DICEN Jorge
Por Osvaldo Bayer (Desde Bonn, Alemania)

Se nos murió don Jorge. Ya han pasado dos semanas. Quise dejar pasar todos estos días antes de escribir esto. Leer todo lo que en estos días se escribió sobre él. Y entonces, sí, dedicarle estas páginas a quien lo mereció. Don Jorge Cepernic, gobernador de Santa Cruz en aquellos años cruciales donde se iba a definir el futuro de los que buscábamos otra Argentina. Don Jorge Cepernic, gobernador de Santa Cruz elegido por su pueblo. Pero gobernador por pocos meses. Una historia argentina.

Fue en el año 1970 que lo conocí. Viajé a Santa Cruz para iniciar la investigación de las huelgas rurales de los años 1920-22. Los fusilamientos de los peones de campo por parte del Ejército argentino durante la presidencia de Yrigoyen eran un tema del cual no se hablaba. “De eso no se habla”, era la respuesta casi obligada ante la pregunta: “¿Qué pasó en estas tierras en aquellos años?”. A don Jorge me lo presentó el doctor Paradelo, hijo de quien había sido gobernador santacruceño en el año ’58. Me dijo: “Don Jorge Cepernic, santacruceño hasta la médula de los huesos, hombre del campo y la ciudad, él te va a relatar toda la verdad”.

Y fue así. Me recibió como a alguien que hubiera esperado muchos años. Se maravilló de que a uno de Buenos Aires le interesara revisar la historia patagónica. Y se puso a mi disposición. “Le voy a presentar a todos los que viven todavía de esa época”, me dijo. Y, con tiempo, me preparó un programa de viajes por el interior de la provincia. El mismo me iba a llevar en su autito Fiat 600. Y lo hizo. Anduvimos kilómetros y kilómetros en ese ratoncito con motor, saltando por esos caminos llovidos de piedras. Pero don Jorge no se inmutaba. Nos deteníamos ante las estancias y me contaba la historia de sus propietarios y cuáles habían sido sus comportamientos durante las huelgas rurales. Entrábamos y me presentaba desde el patrón hasta el último peón. Siempre había alguien que daba datos sobre sobrevivientes de aquellos hechos y dónde vivían.

Mientras viajábamos me relataba que él tenía seis años cuando se iniciaron las huelgas y que su padre –croata que llegó a los 18 años a la Patagonia – tenía un negocio de verduras y frutas, y que siempre ayudó a los perseguidos por la represión del Ejército. Y que él vio cuando trajeron –durante la primera huelga – a los caídos en El Cerrito, en un enfrentamiento con la policía, y los velaron en el local de la Sociedad Obrera. También así conoció a Antonio Soto, el líder del movimiento.

En ese viaje me di cuenta de la amplitud de ese hombre. Cómo comprendía el porqué de las huelgas y que lo que exigían era muy poco. Además, para él, siempre fue inexplicable la orden dada por el presidente Yrigoyen al teniente coronel Varela, con la pena de muerte por “subversión” a quien se resistiera a la orden de volver al trabajo.

“Yo conocí a esas peonadas, gente silenciosa y de trabajo. Aguantadora pero con fuerza para decir basta cuándo la explotación llegaba a no respetar la dignidad humana”, me decía don Jorge mientras guiaba su autito en esas distancias interminables.

A don Jorge lo saludaba todo el mundo. Un hombre de trabajo con su “campito”, como él llamaba a su estanzuela cerca del El Calafate, y su casa sencillamente patagónica de Río Gallegos.

Ese hombre, años después de nuestro encuentro, fue elegido gobernador de Santa Cruz en las elecciones de 1973 –aquellos comicios nacionales en que se consagró presidente a Cámpora – con amplia mayoría. Es que todo el mundo lo conocía a don Jorge: honrado, humilde, hombre de la tierra que siempre había vivido en su provincia, que salió a la protesta cuando vio injusticia en su sociedad y que hablaba de su paisaje, del que me dijo varias veces: “A esto hay que convertirlo en un paraíso real para la gente”. Don Jorge.

Mientras tanto habían salido ya mis dos primeros tomos sobre la huelga patagónica y los cineastas Olivera y Ayala, no bien los leyeron, decidieron filmar la verdad histórica de esa innoble injusticia que había ahogado en sangre la protesta de los desposeídos. Así nacieron los planes del film La Patagonia rebelde. Y aquí se inicia un capítulo que lo dice todo de una sociedad: el miedo de los funcionarios “responsables”, el mirar para otro lado y el ejercicio del poder para prohibir. “Se prohíbe” y se acabó. Como dijo meses después el mayor censor de la historia argentina, Manuel Paulino Tato. Hombre de misa diaria.

Pero vayamos al comienzo del drama. Gobernador, Don Jorge; presidente, Cámpora; interventor de la censura cinematográfica, Getino –el valiente de La hora de los hornos –. No hubo ningún problema. Getino aprobó el guión sin pestañear y viajamos a Santa Cruz para filmar en los lugares históricos.

El gobernador, don Jorge Cepernic, nos recibió con los brazos abiertos. El banco de la provincia nos dio un préstamo y el gobernador dio permiso de filmar en todo el territorio provincial y, justamente, en los lugares históricos. Más todavía, don Jorge nos puso a disposición a los cadetes de la escuela de policía para que hicieran de “extras” en el film representando el papel de los soldados.

Pero nada iba a ser fácil. Cuando miembros del Ejército se enteraron del proyecto, comenzaron a moverse. A través de informantes supieron que el final del film iba a ser la escena donde las prostitutas de San Julián rechazaron a los soldados fusiladores, después de la matanza de peones. Todo menos esa escena iban a permitir los militares.

Ya había renunciado Cámpora. Se había producido la presidencia de Lastiri –quien había procedido a prohibir mi primer libro, Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. El ambiente venía mal. Pero asumió Perón.

En medio de la filmación, en una estancia cercana a Puerto Santa Cruz, un mediodía vemos aparecer un automóvil. De él baja el propio gobernador, don Jorge Cepernic. Me busca a mí, con quien era el único del grupo filmador que tenía amistad. Me lleva aparte y me dice: “Me acaban de llamar de Casa de Gobierno preguntándome quién dio permiso para filmar tu libro en el territorio de esta provincia”. Me miró largo, en silencio. Comprendí. Pero me dio esperanzas. Agregó: “Te pido que les digas a Olivera y a los actores que traten de filmar lo más rápido posible y terminar cuanto antes. Yo, mientras tanto, voy a ganar tiempo haciéndome el que no entiendo”. Don Jorge era así. Arriesgaba su cargo de gobernador por ser fiel a la verdad histórica.

No voy a olvidar más a ese gobernador caminando de nuevo hasta su auto para regresar a Río Gallegos, y me dije: “Un gobernador recorre kilómetros para avisar a un amigo de los peligros que hay. No me vino a decir: ‘Acábenla ya mismo con eso’. No, me dijo sólo que nos apuráramos”. La actitud de un verdadero Hijo del Pueblo.

La escena se iba a repetir. Cuando filmábamos, dos semanas después, cerca de Lago Argentino, en la estancia La Primavera , las últimas tomas de exteriores, el gobernador Cepernic se tomó el avión para venir y volver a decirnos que el problema se había agravado y que había mucha indignación entre los oficiales del Ejército. Pero en ningún momento nos pidió o exigió que nos fuéramos ya y que no lo comprometiéramos más.

Sí, el film pudo estrenarse con un éxito increíble, a salas llenas, después de meses enteros de no permitirse la exhibición. En ese ínterin muere Perón y el mismo día nuestro film obtiene el Oso de Plata del Festival de Berlín. Este último factor ayudó para que el film no fuera prohibido de inmediato. Comienza uno de los períodos más nefastos de nuestra vida política: el régimen de López Rega y sus Tres A. El gobierno de Jorge Cepernic es intervenido por la presidenta Isabel Perón y con la aprobación del Congreso de la Nación , y reemplazado por el funcionario Augusto Saffores, en el mismo momento en que Cepernic se proponía expropiar uno de los más grandes latifundios de esa provincia, de capitales británicos. Es que Cepernic nunca podía olvidar que Roca, justamente el genocida de los pueblos originarios, durante su segunda presidencia había otorgado – por la concesión Grünbein – 2.500.000 hectáreas de Santa Cruz a 137 estancieros ingleses.

A don Jorge se le quitó la gobernación. Una de las medidas más injustas de nuestra historia política. Esa decisión se tomó también contra los gobernadores de otras cuatro provincias que se proponían cumplir con lo prometido en las elecciones.

Después, su fidelidad a sus ideales iba a ser pagada cara por don Jorge. La dictadura de la desaparición de personas lo hará detener y pasará más de cinco años de prisión en la cárcel militar de Magdalena. La humillación más absoluta. Cuando le preguntó al coronel jefe de la prisión por qué lo tenían tanto tiempo preso, le contestó el uniformado: “Porque usted permitió la filmación de La Patagonia rebelde en su provincia”. Pecado mortal. Denunciar la verdad de nuestra historia, en nuestro país, era ser subversivo contra el orden establecido.

Luego de casi seis años de cárcel, debió cumplir prisión domiciliaria en su casa de La Josefina ”, su “campito”, como lo llamaba él. Allí continuó la humillación ya que allí convivían, para vigilarlo, cuatro policías por turno a los cuales la esposa de don Jorge –la inolvidable y eterna compañera de él, Sofía Vicic – debía cocinarles y servirles la comida. Hasta que don Jorge, en esos actos siempre frescos e insurgentes de él, se escapó por una ventana, fue a la comisaría más cercana y dijo: “Aquí me quedo, ni mi mujer ni mis hijos tienen que sufrir esta humillación en mi casa con esa guardia permanente”.

Cuando hace pocos meses filmamos mi regreso a los lugares donde cuarenta años antes había hecho la investigación de las huelgas patagónicas, grabamos mi última entrevista con don Jorge. Siempre el mismo. Con ganas de poder alguna vez cumplir con sus ideales de justicia social en su querida tierra patagónica. La nostalgia de todo lo vivido nos cubrió de emoción. Me despedí con el abrazo reconocido que se da a los hombres honrados, a los hombres de la generosidad.

La calle de Río Gallegos donde vivieron mis padres y nació mi hermano mayor se llama Roca, el nombre del genocida. Ojalá que alguna vez se llame Jorge Cepernic: un santacruceño de ley que sufrió todas las humillaciones y que quería hacer de toda esa tierra un ejemplo para un país justo, sin niños con hambre, sin villas miseria, sin violencias. Ojalá existan en el futuro hombres como él con el coraje civil de hacerlo. Se lo merece. Fue, lo repito, un verdadero Hijo del Pueblo. (Agencia OPI Santa Cruz)

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18 COMENTARIOS

  1. Osvaldo Bayer no solo es un talentoso del relato sino que ademàs tiene la autoridad que se requiere para hablar de temas tan sensibles politicamente. Por estos días -que OPI no estuvo- miré muchos comentarios sobre don Jorge Cepernic….¿Saben adonde? … en FACEBOOK….! adonde muchos lupineros se blanquean por ejemplo…homenajeando a “Don Jorge” o reivindicando al “Turco” German Abdala, aquel tenaz luchador de ATE. Da mucha indignación leer a estos “nuevos militantes virtuales de Facebook” acompañar “los grandes procesos sociales de Santa Cruz” cuando jamàs se los vió alzar una voz en contra de uno de los regímenes mas avasalladores de los derechos sociales como fuè y sigue siendolo, el del FRENTE PARA LA VICTORIA. Jamas se los vió a estos aguerridos militantes FACEBOOK en la calle en el 2007 o en cualquier manifestación en contra de la injusticia. Gracias a Bayer.. y Saludos OPI por la vuelta.

  2. que raro que nadie comente esta nota¡¡¡… o tal vez será mejor decir: no es raro que nadie comente ésta nota, ya que hay tanta gente en nuestra querida ciudad que solamente viene a buscar un trabajo, y no le importa nada de nuestra historia, y hay tanta, pero tanta gente que siendo de acá y quiza hijos de esos pioneros que vinieron a pelearla, y pasaron esa epoca terrible, se olvidaron o solamente y tristemente ni siquiera le importa recordar.
    Muy buena la nota¡¡ grande el reconocimiento… pensar que alguna vez tuvimos gente, GRANDE, que desde su lugar hizo cosas importantes, en silencio, sin querer sacar ningún redito politico ni personal, éste, al igual que su señora, doña Sofia, es un claro ejemplo.
    Que lastima que no haya más gente que los imite¡¡ que lástima que tantos santacruceños se han corrompido con el tiempo¡¡¡¡ que pena

  3. un grande despidiendo a otro grande
    ambos contribuyeron a que la historia santacruceña sea conocida y no oculta como lo era ( por las huelgas del 20 y 22)

  4. Emotivo todo lo que se ha dicho sobre Don Jorge Cepernic. Y con respecto a Osvaldo Bayer me preguntaba, que opino Don Jorge cuando este señor propuso en 1995 -desde un reportaje concedido a su querido “Pagina 12” (unos de los medios nacionales mas favorecidos por la gestion K)- “que la Patagonia Argentina debia unirse a la Chilena”. Me quedo dando vuelta este interrogante al leer la carta de Bayer… Gracias

  5. Querido Nestor “k” y Sra, al ver que nada han aprendido de lo que Don Jorge dejó como enseñanza solo les pido que dejen de vanagloriase con su legado moral y cívico, ustedes ni remotamente lograran tener una pizca de la grandeza que nos transmitió este hombre,ni de la integridad del mismo, ya lo definió Osvaldo Bayer..”un verdadero hombre de pueblo”…pueblo al que ustedes han sometido a represiones, humillaciones, vejaciones y finalmente la desesperanza,porque eso es lo que impera hoy en mi amada provincia natal…DESESPERANZA, ustedes han transformado un movimiento popular y genuino en una banda de ladrones de asociación ilicita…que la historia les reserve el lugar que se merecen, el de los hipócritas cobardes corruptos que destrozaron esta tierra, asi lo deseo Yo, en memoria de Don Jorge, en honor a mi padre “un Peronista de Ley” y a los cientos que dejaron su sangre en este suelo para forjar el futuro de esta Tierra, triste es saber en vida que ni los gusanos comeran tu carne porque les parecerá apestosa…cuando alguno de los “suyos” comenzaron a irse al otro mundo me alegré, pero la “buena” racha no dura para siempre…

  6. Efectivamente Bayer presentó un proyecto para unir ambos lados de la Patagonia como un primer paso hacia un Mercado Común Latinoamericano. Ahí nomás le saltaron al cuello los que se dicen Nac&Pop, quienes con su habitual pereza mental sólo leyeron el título. Y con eso interpretaron que el ciudadano argentino Bayer proponía entregar la Patagonia al gobierno chileno. Es más, el Honorable Senado de la Nación lo declaró persona no grata por ello. Si pensamos que en ese entonces el senado estaba controlado por el menemismo esta declaración equivale a un premio para Bayer. A propósito… ¿alguien recuerda de qué partido eran los senadores que respondían a Menem?

  7. Querido Funes: hay un canto de sirena llamado izquierda dolarizada, que no es otra cosa que la consumacion de aquel graffitti del Mayo Frances: el corazon a la izquierda y la cartera a la derecha… Leiste bien el reportaje en cuestion? Y ese sueño de un “mercado comun” lo termino impulsando justamente el menemismo, otrora aliado de los que hoy detentan el poder y se dicen “progres”, je, je. Parece muy ironico hacer un planteo como el de Bayer y estar viviendo comodamente en Alemania (en el ’95 ya estaba alla). Aunque esa “mania” de invitar al “compromiso” y no comprometerse es una peste que nos acompaña de los tragicos ’70.

  8. FELICITO POR LAS OPINIONES TANTO A FAVOR COMO EN CONTRA,PARECEN MUY MADURAS Y ACERTADAS, CREO QUE ESTA ES UNA NOTA SERIA….OPINO QUE TANTO LA PATAGONIA REBELDE DE BAYER, COMO LA PATAGONIA TRAGICA DEL PERIODISTA ESPAÑOL JOSE MARIA BORRERO, SON DOCUMENTOS HISTORICOS VALIOSISIMOS…AMBOS DEBERIAN SER DE LECTURA OBLIGATORIA EN LOS SECUNDARIOS DEL PAIS…..COINCIDO TAMBIEN QUE NO DEBERIA EXISTIR NINGUNA CALLE QUE LLEVE EL NOMBRE DEL ENTREGADOR ROCA…. …Y DE YRYGOYEN ?.UNSALUDO OPI…

  9. EXCELENTE IDEA CAMBIAR DE NOMBRES A LAS AVENIDAS CON NOMBRES DE ASESINOS COMO ROCA.
    OPI COMIENCEN UNA ENCUESTA ROCA O BAYER ROCA O SOTO O ALGO POR EL ESTILO
    HISTORIADORES SERIOS APORTANDO IDEAS POR FABOR
    GRACIAS

  10. Estimado Renegau: nos estamos yendo de tema, pero no puedo dejar de responderle que es peligroso clasificar a la gente por su lugar de residencia. Si la militancia y el compromiso de Bayer quedan automáticamenta anulados porque vive 6 meses al año en Alemania, estamos a un paso de admirar a los Kirchner ya que tienen su residencia en la tan nacional y popular ciudad de El Calafate. Peor aún, la gente debería rendirme pleitesía a mí, ya que no he nacido aquí por accidente: vivo en Río Gallegos por elección.
    Y no, no leí el reportaje que usted menciona, aunque sí el proyecto de ley para unificar la Patagonia. En él se proponía eliminar toda barrera arancelaria y permitir la libre circulación de las personas al sur del Bío Bío y del Rio Colorado, respectivamente, tomando como modelo el Benelux que tan buen resultado les dio a los europeos. Lamento no tener el texto original para que lo compruebe por usted mismo y sólo me queda pedirle que confíe en mi escasa memoria; pero no recuerdo haber leído la palabra “entrega” en todo el articulado. Era una humorada con lenguaje parlamentario, en la que Bayer se burlaba del pseudoliberalismo que permitía la libre circulación de mercaderías pero no de las personas; se sabía de antemano que nunca iba a pasar de la mesa de entradas.
    Sin embargo, la mayoría de los 48 senadores de entonces (eran dos por provincia, recién en diciembre de 1995 asumieron los terceros senadores) no mostraron el más mínimo sentido del humor y declararon a Bayer persona no grata. De ellos, 28 pertenecían al PJ y el autor del proyecto de repudio fue un tal Felipe Ludueña, senador por Santa Cruz. No recuerdo a los que se abstuvieron (nadie recuerda a los tibios); me parece que el radical Solari Yrigoyen y algún otro votaron en contra.
    Lo que sí pude encontrar fue la respuesta de Bayer al senador Ludueña. Salió en Página/12, que en ese entonces no era aún un apéndice del Boletín Oficial. Si lo desea, puede leerla en http://members.fortunecity.es/veaylea1/bayer/colores17-6-95.html
    Lo saludo atentamente, y sepa disculpar mis dudosas afirmaciones. A mi edad, la memoria flaquea.

  11. Yo solo pido una cosa ya opine sobre don jorge y no voy a reiterar mi opinión. Lo unico que pretendo es que se comience a juntar firmas para cambiar de nombre la Av. Julio argentino Roca por la de Gobernador Cepernic, creo que es el mejor homenaje que le podemos hacer a don Jorge. Lo demas es puro bla bla. A ver señores consejales quien es el primero que se atreve a romper con el stablisment. O sera que son todos unos tibio y no se atreven. Hagan algo por su ciudad. A ver si damos este debate y reivindicamos a don Jorge que se atrevio a enfreentar al Brujo Lopez Rega, eso le costó la gobernación. Los viejos como yo se acuerdan muy bien.

  12. Y si en vez de cambiar nombres de calles cambiamos nuestro modo de pensar, dejamos de echarle la culpa a los que ya pasaron y comenzamos a construir una sociedad sin tantas hipocresias y contradicciones… Tambien se hace historia yendo hacia adelante… Algun dia deberiamos intentarlo.

  13. Bravo Juan Carlos sabia que habia todavia ciudadanos de Gallegos que si tienen claro como queremos vivir, no podia ser de otra forma un hombre que siempre trabajo para la comunidad como vos tenia que dar el puntapié inicial. Me adhiero con las do manos y vos la primera piedra segui tu ruta no entendes nada. Ir pa delante es mirar pa atras, y no podemos aceptar que todos llos dias nombremos una persona que tanto mal le hizo a la Patagonia, indudablemente debes ser un paracaidista que opina sin saber.

  14. A Josè Otero: para tu informacion soy nacido en Santa Cruz y no un domestico chilote que se cree nativo, je, je. Y te tiro una idea: y si nos juntamos en la Avda. Roca, hacemos una pira y quemamos billetes de $.100,00? Gracias a borregos como vos la Mafia K llegò al poder…

  15. Ah, me olvidaba Jose Otero, que me haga llamar primera “piedra” no significa que sea pariente de “Roca” ehh… Vale aclararlo, porque con brutos como vos que viven anulando la opinion ajena como en los `70 hay que tomar ciertos recaudos… Saludos a los muchachos del geriatrico, je, je…

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