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Las encuestas son lo que son

Una herramienta política, eso es en lo que se han constituido las encuestas desde hace unos 15 años a esta parte. Cuando volvió la democracia, las encuestas comenzaron a constituirse en un verdadero pulso popular. Hacer una encuesta era un trabajo revelador y podía descubrir verdades ocultas. Hoy las encuestas fueron reducidas a un trabajo etéreo que se dibuja en una oficina para complacencia de quien las encarga. El resultado tiene que ser óptimo en virtud del candidato y demostrar que se está ganando para torcer la voluntad del electorado expectante y eso termina transmitiéndose a la gente.
La sobredosis de encuestas que vino con el menemismo, luego se multiplicó con los años y la tomaron los candidatos como arma de sugestión de las masas, al punto que desvirtuaron esta herramienta social y le hicieron perder credibilidad. Por ese motivo desde nuestro portal nunca reflejamos las encuestas de uno u otro lado, ya que entendemos que no revisten seriedad. Solo las encuestadoras que abren sus estrategias, que muestran el trabajo de campo y permiten la comprobación de resultados podrán ser creíbles en una comunidad. Actualmente no se conoce ninguna empresa de encuestas de opinión que (ni siquiera) comparta la metodología de trabajo con sus clientes. Este esquema permite que la corrupción también impregne esta herramienta social que en algún momento fue fundamental para evaluar lo que pensaba el elector.
Si uno observa a estas encuestadoras con el diario del lunes, se dará cuenta que han transformado a la encuestología en un negocio muy bien remunerado por gobiernos y candidatos. Solo se vale de la prognosis, el análisis concienzudo de algunos sociólogos, en base a los estímulos diarios que perciben y de allí componen determinados cuadros posibles de escenarios, que en la mayoría de los casos, suelen revelarse como dispares, inexactos y hasta contrarios a las premoniciones electorales, convirtiendo a las “encuestadoras” en viles panfletos de campaña, sin seriedad profesional ni rigor científico.
Los sociólogos, hábiles lectores de las variables sociales y las tendencias, en los distintos estadíos de una campaña, con determinados y puntuales datos de la realidad social y política de una ciudad o una provincia, puede componer un cuadro de probabilidades, en muchos casos cercano a la verdad. Sin embargo la falta de rigor científico en la realización de las muestras, que deben cumplir un protocolo muy riguroso y costoso, para tener valor en las proyecciones, son simplificadas por estas “consultoras” a meros cuadros especulativos que, en cierta manera, constituyen una prognosis con “tolerancias” que en la mayor cantidad de casos fluctúan en los 8 o 10 puntos (y más) de error (cuando el admisible es más/menos un punto), lo que virtualmente desdibuja a la encuesta como un elemento serio de medición causa-efecto. Sobre lo dicho huelgan los ejemplos, tanto en Santa Cruz como a nivel nacional.

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2 COMENTARIOS

  1. Es totalmente cierto. Se hacen en una mesa de dibujo… en vez de computadora usan lapiz negro Faber Nº 2, el de dibujo. SON UNOS MENTIROSOS SACA PLATA y los politicos unos boludos a cuerda

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