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La población más pobre es la principal víctima de la crisis económica

Sin dar explicaciones, el Indec ocultó ayer los datos de pobreza e indigencia de 2013
11/08 – 09:10 – La clase baja pasó de ser el 13,3% del total, al 16,7%; empleo e inflación, las mayores causas; se frenó la recuperación de la clase media.

Por Alfredo Sainz
El proceso de ascenso social y recuperación de la clase media que caracterizó a la última década se estancó en los últimos dos años. De acuerdo con un estudio privado, entre 2012 y 2014 la participación de la clase baja en la pirámide social se agrandó en tres puntos, es decir que aproximadamente 430.000 hogares (más de 1,7 millones de personas) que hasta hace dos años eran considerados de clase baja superior (D1 en la jerga marketinera) descendieron un escalón y cayeron en el segmento inferior (conocido como D2 o E). Los datos corresponden a la pirámide social que elabora la consultora CCR sobre la base de los aportes de la Asociación Argentina de Marketing (AAM), la Sociedad Argentina de Investigadores de Marketing y Opinión (Saimo) y la Encuesta Permanente de Hogares del Indec (EPH).

A la hora de explicar el proceso de empobrecimiento de la sociedad argentina, en CCR apuntan a la inflación y, principalmente, al efecto que tuvo la precarización del empleo que se registró en el último tiempo.

“El empleo es un factor clave en la composición social, y en la medida en que cae la calificación de un trabajador o directamente pierde su puesto, cae rotundamente de estrato social”, explicó Patricia Sosa, directora de Negocios de CCR, que para elaborar su pirámide toma variables como el nivel de educación, el empleo y jerarquía laboral, la cobertura médica y la cantidad de aportantes por hogar, y las cruza con datos sobre los ingresos a partir de la EPH y de relevamientos propios.

En los últimos años, la clase media había sido la gran beneficiada del modelo económico, y de hecho desde 2004 este segmento había ganado más de ocho puntos de participación hasta representar casi la mitad de la población argentina. Esta tendencia se frenó en los últimos dos años y en 2014 la clase media perdió medio punto de participación, pasando de representar el 48,7 al 48,1 por ciento.

La expansión de la clase media además se había logrado a costa de una reducción de los sectores de más bajos ingresos, que habían pasado del 22 al 13,3 por ciento en 2012, pero en 2014 la base de la pirámide volvió a recuperar más de tres puntos hasta representar el 16,7% de la sociedad.

De acuerdo con la pirámide social de CCR, la clase baja en junio de este año tenía un ingreso promedio de $ 3110 mensuales por grupo familiar (dos adultos y dos menores), mientras que el límite que la separa de la clase baja superior está fijado en 6490 pesos.

Por su parte, para ser considerada clase media, una familia tipo necesita tener ingresos por encima de los 8585 pesos mensuales, una cifra a la que no acceden casi la mitad de los hogares argentinos, mientras que para el segmento superior -la clase media típica o C2- el promedio se ubica en 25.630 pesos. “El dato más fuerte de los últimos dos años es el crecimiento de la clase baja. Y este incremento es acompañado por algunos cambios en los hábitos de consumo en la clase media, que está tomando comportamientos típicos de los sectores más bajos, como la migración a marcas propias de los supermercados y las compras más acotadas en los hipermercados”, precisó Sosa.

Se agranda la brecha

A pesar del crecimiento que tuvo la clase media en la última década, la pirámide social argentina continúa mostrando una polarización muy marcada. El llamado ABC1 representa apenas el 5,4% de los hogares argentinos, pero su ingreso promedio, que alcanza a los 83.795 pesos mensuales, significa casi 27 veces lo que gana una familia de clase baja.

Más allá de las diferencias de ingresos, lo que es homogéneo en toda la sociedad es la contracción del consumo. De acuerdo con el relevamiento que realiza la consultora Kantar Worldpanel, en los primeros cinco meses del año el consumo cayó 2,7% y esta baja atravesó todos los segmentos socioeconómicos. La más golpeada fue la clase baja superior, con una contracción del 4%, pero la crisis también llegó a los hogares más ricos, que redujeron sus compras en un 1 por ciento. (La Nación)

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