26/03 – 10:00 – Fue una reunión con intendentes para relanzar la campaña. Duró cinco horas. Pases de facturas y arenga guerrillera.
Por: Eduardo Paladini
Juran que no corrió vino. Aun cuando los fetuccini con salsa austro-italiana lo ameritaban, dicen que cada uno de los intendentes llegó a la cita en Pilar manejando en su auto y ese limitó el menú. Pero, incluso con alcohol cero, hubo ánimos exaltados, pases de factura, y, aseguran cerca del jefe, una arenga en común: relanzar la campaña del líder del espacio para presidente en el distrito más importante del país y hacer de esto, la búsqueda de la Casa Rosada, el objetivo primordial del Frente Renovador. El anfitrión, Humberto Zúccaro, lo habría resumido con palabras de guerra: “Massa o muerte”.
La reunión de anoche en el norte del GBA, cinco horas de intercambio entre Sergio Massa y más de 20 intendentes de la provincia de Buenos Aires, resultó una suerte de catarsis en, quizás, el momento más complicado de la campaña renovadora. Clarín contó en su edición de hoy la intención del ex jefe de Gabinete de acotar la cantidad de precandidatos bonaerenses para la gobernación. Anoche, Massa insistió con el tema: “Tiene que haber dos o a lo sumo tres fórmulas”.
Los confirmados son Darío Giustozzi y Francisco de Narváez. Ayer, Massa pidió hacerle un lugar a Felipe Solá, otro de los anotados. Como tercer contendiente o integrado a alguna fórmula. ¿Una reacción ante el durísimo tuit de anoche del ex gobernador, donde recordó al kirchnerismo: “Alberto Fernández me presionó dos veces para que no volviera a ser Gobernador. En 2006, por orden de Kirchner, y ahora, de Darío Giustozzi”.
No hubo gesto anoche, en cambio, para Mónica López, la cuarta en carrera y una de las más enojadas por la discriminación. Sí sobrevoló el nombre del quinto postulante, el intendente de Malvinas, Jesús Cariglino. Se les pidió Zúccaro y al jefe comunal de Hurglingham, Luis Acuña, que lo contengan en el espacio. El malvinense viene amagando con saltar al macrismo. Estos tres intendentes, más el de Escobar, Sandro Guzmán, formaban un cuarteto. Guzmán ya volvió al kirchnerismo. Quieren evitar nuevas bajas.
Acaso por el rol que le dio Massa, Acuña, veterano jefe comunal y quien buscará renovar mandato local en una elección complicada (frente al secretario administrativo de Amado Boudou en el Senado, “Juanchi” Zavaleta), habría sido otro de los que arengó, aseguran cerca del líder del FR: “Es Massa y no hay ‘plan B’. Ni loco me subo a una aventura que termina como en 2001, con la gorda Carrió, Nosiglia y Macri de empleado”. Se sabe: los barones del conurbano no suelen reparar en ciertas recomendaciones del Inadi.
El intendente de Junín, el radical Mario Meoni, sumó también jerga de combate. Pidió crear el “Comando bonaerense Massa Presidente”.
La mayoría de los pases de facturas habrían sido para los precandidatos a gobernador. Como ya hizo (y se ocupó de que trascendiera) el propio Massa, se los acusó de sólo visitar distritos amigos y “no caminar por municipios chicos del interior”. Se citó un “ejemplo” de Giustozzi: “Fue cinco veces a Mercedes y no vino a localidades de la sexta, nuestra región”, se habría quejado el intendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua.
Massa, en tanto, pidió alinearse con los ejes de la renovada campaña nacional, tras el traspié por la decisión de la convención radical de aliarse con el PRO. Mucho contacto con la gente, mucha calle, y consignas claras contra la inseguridad (en particular), el desempleo y la falta de vivienda.
El viernes habrá un nuevo intercambio, esta vez en San Fernando. Y el sábado, en San Martín, donde hace de local uno de los intendentes más cercanos al líder del FR, Gabriel Katopodis (miembro de la mesa chica, junto con Joaquín de la Torre, de San Miguel; y José Eseverri, de Olavarría), la gran cumbre de definiciones. Allí estarán todos, incluidos los precandidatos a gobernador y la militancia. Promete ser caliente. Y con heridos. (Clarín)
