10/09 – 10:00 – Usó su cuenta personal para trabajar y enviar información sensible cuando era secretaria de Estado. “Fue un error”, dijo.
Por: Paula Lugones
Cuando el agua llega al cuello hay que cambiar la estrategia: después de haber intentado minimizar el tema, Hillary Clinton, hoy golpeada por las encuestas, tuvo que salir a pedir disculpas por el escándalo que se disparó porque usó un correo electrónico privado para trabajar, e incluso enviar información sensible, cuando era secretaria de Estado.
“Fue un error. Siento que ocurriese. Admito toda la responsabilidad. Lo que hice estaba permitido, estaba sobre la mesa. Pero mirándolo en retrospectiva, como hago ahora, aunque estaba permitido, debía haber usado dos cuentas. Una para lo personal y otra para lo laboral”, dijo Hillary, precandidata demócrata a la Casa Blanca, en una entrevista en la cadena ABC.
El escándalo se desató en mayo, cuando se descubrió que la ex funcionaria de Barack Obama había usado su cuenta de correo privada para asuntos de interés nacional. Ante esa situación, la oposición republicana le exigió que se hicieran públicos los mails de ese servidor porque sospechaban que podría atentar contra la seguridad del país. Hillary, que en ese entonces había lanzado su campaña electoral y marchaba con una abrumadora mayoría en las encuestas, se hizo la distraída con el caso, casi no habló del tema aunque después fue sometida a una investigación federal y a otra del Congreso.
El tema no es menor ya que una cuenta privada no es sometida al estricto chequeo de seguridad de las oficiales y son mucho más susceptibles de ser hackeadas. Además, los mails de las casillas de los funcionarios quedan registradas para los archivos oficiales, lo que formaría parte de la historia de EE.UU.
Hillary enseguida aceptó entregar todos los mails para su supervisión (son cerca de 10.000), aunque dijo que había borrados algunos de carácter exclusivamente personal. Pero luego se supo que al menos 300 mails de los que habían entregado contenían información considerada “confidencial” por su sensibilidad, como por ejemplo asuntos sobre el ataque a Bengazi, en 2012 en Libia, donde murió el embajador estadounidense y otros tres ciudadanos.
El caso de los correos tuvo un fuerte impacto en la popularidad de Clinton, que bajó drásticamente en las encuestas, que le asignan un 41% de popularidad (las más bajas desde 1992), según el último sondeo realizado por la consultora Gallup el viernes pasado, frente al 51% que tenía anteriormente. Además, un 56% la considera una “mentirosa” por el escándalo de los mails.
En las últimas semanas, Hillary ha visto crecer a su rival en la interna, el senador Bernie Sanders, que se le acerca con un discurso de izquierda. También al más polémico contrincante de la vereda opositora, el multimillonario Donald Trump, que no solo es favorito en la interna republicana sino que ya le pisa a ella los talones a 6 puntos de distancia. Algo impensado un par de meses atrás.
Pero Hillary dice que es capaz de enfrentar la tormenta: “Puedo sobrevivir a esto, porque creo que me estoy postulando a la presidencia para hacer lo que el país necesita que se haga”. Pero el asunto está lejos de terminar porque el Departamento de Estado va publicando de a poco los mails y el asunto está siempre en la tapa de los diarios. Y quizás Hillary tenga que lidiar con esta pesadilla hasta las elecciones presidenciales de 2016. (La Nación)