30/03 – 09:00 – Es una de las advertencias de un reporte oficial cajoneado por el Gobierno y filtrado a los medios. El ministro Bergman aportó una versión más “light” al expediente. El estudio incluye una larga lista de críticas a la minera.
Por: Juan Pablo Parrilla
Nunca se va a saber la verdad. Pero hay certeza de que no fueron un millón de litros, como informó Barrick Gold. El derrame de solución cianurada desde la mina Veladero al río Potrerillos, en San Juan, sería mucho mayor, según el borrador de una lapidaria evaluación encargada por la Subsecretaria de Control y Fiscalización Ambiental. El reporte fue ocultado, hasta que lo filtraron sus empleados. Una vez hecho público, el actual ministro de Ambiente, Sergio Bergman, lo presentó en la Justicia, pero le quitó las partes más contundentes. El estudio asegura, entre otras cosas, que la empresa deliberadamente brindó datos que tenía sobre el probable vertido de metales pesados y manipuló las mediciones de cianuro. También cuestiona el sistema de seguridad del yacimiento.
Entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre del año pasado, dos semanas después del derrame, una comitiva oficial integrada por varios expertos de distintas dependencias de la Secretaría de Ambiente, hoy elevado al rango de Ministerio, viajó a Veladero para analizar in situ la información brindada por Minera Argentina Gold SA (Barrick Gold). El informe que elaboraron estuvo cajoneado, hasta que fue filtrado a los medios. Al otro día, Bergman aseguró que no sabía que existía ese documento -pese a que fue fechado al 29 de febrero de este año, durante su gestión- y se comprometió a acercarlo al expediente que tramita ante la Justicia Federal. Pero confirmó a Infobae una fuente judicial, el ministro presentó un reporte más “light”, sin algunas afirmaciones de peso del trabajo original.
“El informe original es más contundente, mientras que el que presentaron en el expediente es más benévolo con Barrick Gold, ya que sólo incluye sugerencias y no es determinante”, indicó la fuente.
Desde el entorno de Bergman rechazaron esa afirmación. “El único informe oficial es el que figura en el expediente. Lo otro es un borrador que se modificó en el proceso de evaluación interna”, explicaron fuentes del Ministerio de Ambiente a Infobae. “Si es más o menos fuerte, es subjetivo. Creemos que lo que presentamos es contundente”, agregó.
Aunque el listado de críticas del estudio original es extenso, lo más importante que pusieron en duda los profesionales enviados por la cartera de Ambiente es la forma que usó Barrick Gold para calcular el volumen derramado de solución lixiviante, que es el líquido con cianuro que se usa para separar la roca del mineral. Oficialmente, fueron 1.027.600 litros. Pero la cifra se quedó corta.
El informe derriba una “corrección a la lectura del aforador”, que es el instrumento que se usa para medir la cantidad de agua que circula por un río o canal. En concreto, el aforador que está cerca a la desembocadura del río Potrerillos en el río Las Taguas arrojó que a las 21 horas del 12 de septiembre la profundidad del curso era de 49,7 centímetros, pero Barrick Gold calculó el famoso millón de litros derramados en base a una profundidad de 9,7 centímetros.
¿Qué ocurrió? Siempre según Barrick Gold, el 18 de septiembre la empresa detectó que en la base del aforador había “una capa importante de sedimentos y roca”. Entonces, decidió corregir la cifra que brindaba el instrumento quitándole 40 centímetros. Esto, según el informe, “daría lugar a un error significativo en los valores presentados”.
La empresa no dio explicaciones sobre la presencia de sedimentos y roca en la base del aforador. Esto no es menor, ya que los expertos advirtieron, por un lado, que la propia Barrick Gold supuestamente ya había removido ese material con cianuro del cauce del río Potrerillos y, por otro, que el mismo derrame podría haber arrastrado los sedimentos.
“La metodología y el factor de corrección (40 cm) con el cual se calcularon los caudales del derrame son poco confiables. Esto podría hacer inferir que si el sedimento presente se acumuló a posteriori del incidente y pudiera atribuirse a las prácticas realizadas para mitigar sus efectos, en tal caso, el volumen derramado sería mucho mayor que el informado por la empresa”, recalca el borrador del reporte al que accedió este medio.
Ese no es el único error que advirtieron los técnicos. También desaprobaron un cálculo de Barrick Gold sobre la cantidad de solución que podría haber permanecido en la quebrada de Potrerillos sin ser registrada por el aforador y que la minera computó como 93 mil litros. “Es estimativo, y no presenta ninguna justificación”, analizaron.
Frente a tanta incertidumbre, el informe concluyó en cuanto al volumen derramado: “La forma correcta hubiera sido informar valores máximos y mínimos calculados, o bien, se debería haber presentado un valor final con un error o una incertidumbre asociada”.
Uno de los abogados que representan a la querella en la Justicia Federal porteña, Enrique Viale, pidió el cierre de Veladero. “No sólo se confirmó que hubo otros tres derrames, sino que Barrick Gold manipuló los cálculos de cuánto derramó”, protestó. Y añadió: “Las autoridades públicas, tanto nacionales como provinciales, se preocupan más por ocultar los desastres de Barrick que por cuidar el ambiente y la salud de la población”.
¿Qué se fugó?
Pese de que el monitoreo mensual de aguas superficiales que hace Barrick Gold en 13 puntos de la zona incluye a una treintena de sustancias, el reporte advierte que “con posterioridad al incidente, sólo se analizaron cianuro (total y libre) y mercurio”. En otras palabras, se dejan afuera a los metales pesados, como cobre, cobalto, aluminio, hierro, níquel, manganeso, arsénico, plomo, boro y zinc, entre otros.
Los asambleístas creen que en ese ocultamiento hay una intencionalidad de disimular la magnitud del daño. “Sólo publican los resultados del cianuro, porque los metales pesados no se diluyen y el cianuro, en cambio, se diluye echando cal y agua. Y ellos reconocen que lavaron el río”, explicó a Infobae el abogado Diego Seguí, que representa a Saúl Zeballos, denunciante y vecino de la vecina ciudad de Jáchal.
Pero incluso sobre el valor de cianuro reportado hay dudas, ya que Barrick Gold usó, otra vez, una cifra distinta a la que arrojaron las mediciones. La empresa SGS, que realiza el monitoreo externo de Veladero, precisó que a las 13.30 horas del 13 de septiembre en el río Potrerillos había un valor de 550,5 mg/l de cianuro total, pero la minera informó a las autoridades que el número fue corregido por SGS, arrojando un valor final de 55,05 mg/l. Sin embargo, la notificación de esa corrección no fue aportada, por lo que no hay prueba de la misma. Dicho de otra forma, la minera no justificó por qué disminuyó la cifra diez veces.
Esto se tradujo en una inconsistencia. El borrador del informe señala que la concentración de cianuro en el mismo punto del río Potrerillos era de 55,05 mg/l y en el río Las Taguas, que está más abajo, era mayor, de 133 mg/l. “Si bien tanto la corriente del derrame como el caudal de los ríos fue variable a lo largo del día, en Potrerillos sería esperable una concentración varias veces superior debido al efecto de dilución”, evaluaron los técnicos.
Aún así, la ley 24.585 que regula la actividad minera establece como límites para la protección de la vida acuática un máximo de 0,005 mg/l de cianuro, por lo que el dato corregido sigue siendo ampliamente mayor al valor permitido.
Lo mismo pasa con el mercurio medido, que superó el límite de 0,001 mg/l que establece esa ley. Por ejemplo, se detectaron valores que alcanzaron hasta 0,0093 mg/l en el Río Potrerillos y 0,008 mg/l en el Río Las Taguas.
Por último, los expertos subrayaron que algunos resultados de pH informados “presentan valores incompatibles con la magnitud medida”. O sea que Barrick Gold no sólo limitó las sustancias sobre las que decidió reportar, sino que los guarsimos que brindó tampoco son confiables.
Ante la consulta de Infobae, desde Barrick Gold dijeron desconocer el reporte, pese a que está en los dos expedientes penales abiertos tras el derrame.
¿La mina más segura del mundo?
De la redacción del informe participaron expertos de las direcciones de Residuos Peligrosos, Prevención y Recomposición Ambiental y Gestión Ambiental de los Recursos Hídricos. En sus notas incluyeron una serie de críticas muy duras al sistema de seguridad Veladero.
Entre otras cosas, marcaron que no hay bateas de contención en lugares críticos o doble camisa en las tuberías. También subrayaron que el canal en el que se produjo la fuga “está excavado en el terreno y se encuentra sin impermiabilizar”, por lo que es posible que se filtre líquido a las napas.
Pero quizás lo más grande es que advierte que el yacimiento considerado por Barrick Gold como el más seguro del mundo “no cuenta con controles automáticos”. Por eso el derrame se detectó indirectamente, cuando el monitoreo que se hace dos veces al día en el río Potrerillos arrojó que había subido el volumen de agua. De ahí en más, se demoró una hora en detectar el origen de la contingencia. Buena parte de la tragedia se podría haber evitado. (Infobae)