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Influida por las tarifas, la inflación de junio fue del 3,1%

Amparos y firmas para no pagar el aumento en la tarifa del gas
14/07 – 09:20 – Prepagas y expensas también sumaron en el alza; los analistas prevén que bajará en unos meses

Por: Francisco Jueguen
La información oficial sobre la evolución de los precios de la economía volvió a sembrar incertidumbre sobre la efectividad de las medidas del Gobierno para reducir la inflación en el mediano plazo.

El Indec publicó ayer el índice de precios al consumidor de junio, que tuvo un alza del 3,1%, impulsado por el arrastre de las subas de tarifas en los servicios públicos e incrementos en las expensas y las prepagas. El segundo IPC que difundió este año el organismo fue inferior al de mayo pasado, cuando arrojó 4,2%. Sin embargo, la inflación núcleo -que elimina la incidencia de los precios regulados y de la estacionalidad- reflejó una aceleración de tres décimas durante el mes pasado en relación con mayo.

Se trata del número que generalmente observa el Gobierno para proyectar la tendencia de los precios. Pese al mal trago, analistas consultados por LA NACION estimaron que el proceso de “desinflación” es lento y ratificaron que se dará recién en los próximos meses.

Los números publicados ayer coincidieron con la decisión del Banco Central, conocida un día antes, de cortar la reducción de tasas luego de diez rondas de bajas consecutivas. De acuerdo con algunos especialistas, la tasa en 30,25% es sincrónica con una inflación mensual proyectada de alrededor del 2,2 por ciento. En ese sentido, según los expertos, la mesa chica del organismo que dirige Federico Sturzenegger apuesta a una convergencia a esas variaciones de precios en los próximos meses, aunque también está atenta a las actuales señales.

Según el Indec, seis de los nueve capítulos mostraron una desaceleración en los precios. Gracias a esta situación, el nivel general se redujo en casi un punto (nueve décimas). Los que se aceleraron con relación al mes pasado fueron Vivienda y servicios básicos (7,1%), equipamientos y mantenimiento del hogar (4,7%) y atención médica y gastos para la salud (7%). Los alimentos y bebidas mostraron una freno del 3,7% al 3,2%, aunque se mantuvo en niveles de aumento elevados. Sin embargo, la carne y la leche mostraron subas de precios por abajo del promedio del capítulo y del nivel general, según el Indec. Las mayores alzas en los alimentos se concentraron en los aceites (producto fuertemente afectado por la caída de la molienda tras las fuertes inundaciones de abril pasado).

No obstante, muchos analistas pusieron el foco en la llamada inflación núcleo, que reflejó una aceleración de 2,7 a 3 por ciento. Este indicador elimina los productos energéticos y los alimentos sin elaborar para reducir los ruidos o fluctuaciones y poder medir mejor la tendencia en el mediano plazo.

LA NACION buscó la opinión del Ministerio de Hacienda y Finanzas, pero allí no quisieron hacer comentarios sobre el dato del Indec.

“Bajar la inflación desde un 4% o un 5% mensual es un proceso trabajoso y lento”, advirtió a LA NACION Daniel Heymann, economista y profesor de las universidades de Buenos Aires y San Andrés. “Si se mantiene el tipo de cambio y no hay más cambios en tarifas, la inflación va a bajar, lo cual no significa que esa caída sea permanente. Todo este aumento de precios tiene que ver con los giros en los precios relativos de los últimos meses”, explicó uno de los mayores expertos en inflación del país.

“Hoy estamos mirando la inflación mensual, si es un puntito más alta o más baja que el mes pasado, pero hay que empezar a verla en perspectiva y no sólo por la tasa de inflación, sino también los precios relativos. El arte de la desinflación es un trabajo de sincronización y coordinación, y eso todavía está por verse”, agregó.

“Este es un proceso de transición que tiene sus zigzagueos”, describió Martín Polo, economista jefe de Analytica. “Estamos en la histeria de seguir el semana a semana. Pero nuestro escenario a fin de año sigue siendo de una desaceleración en torno al 2% o 1,5% mensual”, pronosticó. “La inflación está bajando y esa es una buena noticia a nivel macro. La core [núcleo] se aceleró sí, pero no me preocupa. La inflación en el segundo semestre va a bajar”, analizó.

En Ecolatina esperaban una baja de cinco décimas de la inflación núcleo. “Esta inflación está siendo persistentemente alta. Promedió casi 3% mensual en el primer semestre”, señaló Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de esa consultora privada. ¿Las causas? La inercia inflacionaria “difícil de desarticular vía política monetaria” y los traslados a precios del tarifazo y el primer tramo de las paritarias cerradas.

“Dejo una reflexión sobre la suba y baja de tasas del BCRA”, pensó en voz alta el economista jefe de Ecolatina y se preguntó: “Si la inflación subyacente o núcleo se mantuvo relativamente estable en torno al 3% mensual en el primer semestre, es decir, si no se observó un claro proceso de desaceleración de la inflación núcleo, ¿a qué respondió la suba y baja de tasas del BCRA?” (La Nación)

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