22/12 – 18:00 – En una provincia normal, en un país normal, no duraría ni un minutos en funciones, un sujeto que ostentando el título de Secretario de Derechos Humanos, es visto en un video golpeando increíblemente a policías que, cumpliendo una orden, trataban de impedir que gente no autorizada ingresara a la sala donde el Tribunal juzgaba a Milagros Sala. (Por Rubén Lasagno)
No podemos medir con la misma vara a un funcionario “normal”, de un gobierno “normal” y cuyo comportamiento público o privado podría traerle serias consecuencias para la estabilidad en sus funciones, que a un funcionario del kirchnerismo. Son como el agua y el aceite. El kirchnerismo/La Cámpora/FPV/PJ viene a ser una suerte de resumen del mal de la política y de cómo hacer mal con la política, subvirtiendo valores, enardecidos en un relato mentiroso y vacío y sustentando discursos para la tribuna, pero sin poner en práctica ni un ápice de lo que dicen. Es el relato de la boca para afuera, que encubre la corrupción, la chantada y la mentira más abierta, para lograr que incautos y no tanto, los voten para permanecer.
Horacio Pietragalla, es Secretario de Derechos Humanos de la provincia de Santa Cruz y se lo vio anoche por “Animales Sueltos”, golpeando a puño cerrado a policías que ganan míseros sueldos (no como él, paracaidista “santacruceño” por adopción que roba una buena suma del Estado K) y trataban de impedir que La Cámpora ingresara a la sala donde se llevaba a cabo uno de los 6 juicios a la delincuente común Milagros Sala, en Jujuy.
Lejos de su tierra, donde Pietragalla ni siquiera cumple con sus funciones, ya que jamás se ocupó ni preocupó por los casos donde verdaderamente se vulneran día a día los derechos de las personas en Santa Cruz; donde su gobierno manosea, ningunea y manipula los sueldos de los trabajadores, no paga o paga cuando se le ocurre. Donde la policía mata y tortura a detenidos, donde una jueza maltrata al personal, se excede en sus funciones, hace abuso de autoridad, es denunciada por 11 empleados y el STJ la exime de responsabilidad. Pietragalla ni se ha enterado de los niveles de inseguridad que hay en nuestra provincia, la indefensión de las víctimas, los chorros que salen por la puerta giratoria y del enorme comercio humano que hay en la nocturnidad de ciudades como Río Gallegos y Caleta Olivia o la proliferación del narcotráfico en el ámbito petrolero, la venta al menudeo en localidades pequeñas, los grupos de riesgos sin contención y la falta de protección hacia los jóvenes que día a día caen bajo el consumo de los estupefacientes que proliferan por la impunidad y la complicidad del poder político. Ni hablar de los enfermos que están a la deriva por el corte de servicios de médicos, prestadores de servicios y sanatorios, a la Caja de Servicios Sociales por la falta de pago. Pietragalla muy lejos de todo esto, se fue a Jujuy a golpear a policías en nombre de la “revolución K”, que quiere liberar a Milagros Sala, actuando en defensa propia, pues no sabe dónde puede terminar la causa si su cómplice se cansa de esperar impunidad y habla de más, como arrepentida.
Cualquier gobierno “normal” ya le habría pedido la renuncia a un funcionario que tiene como obligación, representar los “Derechos Humanos” de Santa Cruz. Pero aquí no pasa nada. Por el contrario, ningún diputado osaría repudiar la actitud de este verdadero patotero, que nos hace acordar al marido de la Dra Abbona, al linaje de Esteche, de D´Elía, de Guillermo Moreno y tantos especímenes parecidos, que hacen de la violencia el único idioma que conocen, porque son incapaces de sostener con la dialéctica la defensa de la corrupción de la que son parte, por orden de sus patrones.
Pietragalla cree, como tantos otros y como intenta imponer el krichenrismo desde el relato, que ser hijo de desaparecidos, le da “chapa” para hacer cualquier cosa y que toda mala conducta y violencia en la que incurra, le será condonada socialmente por las vicisitudes vividas por sus padres y esa es una de las grandes falacias montadas por los mentores de esta gran mentira pública que nos colonizó por más de 12 años.
Este sujeto merecería estar detenido por agresión a la autoridad, desplazado de sus funciones y enfrentando una causa por lo grave que representa para la institucionalidad, que un (supuesto) funcionario de los DDHH, ande golpeando gente en otra provincia, alardeando de representar a Santa Cruz, viajando con dinero de todos nosotros y solo a los fines de defender a una delincuente común, a quien el kirchenrismo (especialmente Cristina, Máximo y su flia) le tienen más miedo que respeto, no por lo que pueda hacer, sino por lo que pueda decir.
Pero no pasará nada. Santa Cruz es una isla, un páramo político. No hay conducción, no hay gestión ni hay justicia. Pietragalla lo sabe, por eso está tranquilo y solo se preocupa por curarse los nudillos, luego que sus violentos golpes hacia las caras de los policías, se encontrara en el camino con algún casco tratando de amortiguar su furia descontrolada, de alguien que, por su representatividad, debiera tener como primera premisa contribuir al diálogo, a la paz y la búsqueda de la no violencia. Un dato no menor, que debiera llamar a la reflexión a muchos que lo pusieron allí y al propio Pietragalla, a quien le debiera dar vergüenza ser Secretario de Estado de DDHH en esta provincia. (Agencia OPI Santa Cruz)