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La Justicia apunta a un nexo clave entre Cristóbal López y la familia Kirchner

El hotel Los Sauces mientras era ampliado en agosto del 2008 - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
14/03 – 10:10 – Se trata de Alberto Oscar Leiva, ex empleado del empresario; controlaba el pago de alquileres a la sociedad Los Sauces

Por: Hugo Alconada Mon
Se llama Alberto Oscar Leiva y su rostro es un misterio. Pero la Justicia lo tiene en la mira. Ya lo citó a indagatoria en la causa Los Sauces . Sospecha que tuvo un rol clave en el flujo de dinero que, por medio de múltiples alquileres, fue de las arcas del Grupo Indalo, del empresario Cristóbal López , al patrimonio de la familia Kirchner, según reconstruyó LA NACION durante las últimas semanas.

En Tribunales, Leiva se negó a declarar a fines de febrero pasado. Muy lejos de los tiempos en que, según recuerdan ex empleados del Grupo Indalo, se ufanaba de su rol y se presentaba como “el gerente de cosas no importantes” de la constructora CPC, de López y de su socio Fabián de Sousa. ¿Por qué se presentaba así? Porque, solía añadir, se encargaba de “cosas que no te importan”. Entre otros, los alquileres que López le abonaba a la sociedad Los Sauces, de los Kirchner.

Para eso, Leiva se posicionó de ambos lados del mostrador. Así, comenzó a trabajar para CPC en 2013, según surge de los registros laborales que cotejó LA NACION, mientras que al mismo tiempo presidía el directorio de Hotesur, la sociedad con que la entonces familia presidencial controla el hotel Alto Calafate.

Leiva presidió Hotesur, además, hasta marzo de 2014. Es decir, hasta pocos meses después de que salió a la luz que ocho empresas de Lázaro Báez alquilaban cientos de habitaciones del Alto Calafate. Entonces lo reemplazó Romina Mercado, la hija de Alicia Kirchner y sobrina de la entonces presidenta Cristina Fernández.

Ésa no es la única superposición laboral de Leiva, quien se encuentra próximo a cumplir 50 años. Desde agosto de 2015, Leiva aparece con empleos simultáneos en relación de dependencia: en CPC y en Agosto SA, una empresa de Osvaldo Sanfelice -su cuñado y socio de Máximo Kirchner-, que la Justicia investiga por presuntas maniobras de lavado de activos mediante alquileres a tres empresas de López: la propia CPC, Alcalis de la Patagonia y la petrolera Oil M&S.

Echado

Consultados por LA NACION, desde el Grupo Indalo afirmaron que Leiva ya no trabaja más en CPC. Indicaron que fue “echado”. ¿Por qué? “Porque cuando Fabián [De Sousa] se peleó con su hermano Osvaldo, que también trabajaba para el grupo, Leiva «apostó» por Osvaldo. Y perdió. Lo echaron a Osvaldo y lo echaron a él.”

Por algún motivo, sin embargo, en los registros laborales de la Anses, Leiva continuaba hasta febrero de este año en la constructora CPC. Y así lo ratificó ante la Justicia, en uno de los pocos datos que consignó durante su indagatoria antes de negarse a declarar.

Ante la consulta de LA NACION, cerca de Leiva minimizaron su rol en el Grupo Indalo y, en particular, en CPC. Lo calificaron como un “mero empleado”, para luego ir más allá. “Si quiere, un cuatro de copas.”

Desde CPC coincidieron con esa visión. Calificaron a Leiva como “un pichi” y de ningún modo como un “gerente”, para luego precisar que su función en la constructora era “controlar el estado de parte de las máquinas de CPC”. Pero las constancias de los alquileres de la sociedad Los Sauces muestran a Leiva en otro rol. Así, por ejemplo, en la “orden de pago” que emitió Alcalis de la Patagonia en enero de 2015 para el proveedor Los Sauces SA aparece Leiva como contacto de la operación, con su mail de CPC.

Cuñado de Sanfelice -que además de socio de Máximo Kirchner en una inmobiliaria de Río Gallegos lo fue también de Cristóbal López en el proyecto Talares de Posadas y su empleado en Alcalis de la Patagonia-, Leiva está casado con Elena Trnka, empleada en la Cámara de Diputados desde 1993. Allí se desempeña en el bloque del FPV, pero no consta que integre el despacho de ningún diputado en particular.

La relación entre Leiva, Sanfelice y los dueños del Grupo Indalo también genera contradicciones. Así, junto con López y De Sousa indicaron a LA NACION que Leiva ingresó a CPC “porque fue compañero de Fabián en la escuela industrial. Leiva lo llamó a Fabián porque no tenía trabajo y le consiguieron un lugar”. No sólo eso. Precisaron: “Sólo después nos enteramos de que era cuñado del «Bochi»”, por Sanfelice, quien ingresó a Alcalis por pedido de Néstor Kirchner en junio de 2006, según rememoró López más de una vez.

Ante la consulta, sin embargo, junto con Leiva también dan otra versión. Remarcan que su cuñado Sanfelice fue clave para su vida laboral: “Entró al Grupo [Indalo] por «Bochi»”.

Aunque con varios domicilios previos en La Plata, Leiva consignó ante la Justicia que ahora vive en el edificio de la calle Uruguay 1306 de la ciudad de Buenos Aires. Es decir, un piso más abajo del departamento de la familia Kirchner en el que se instala la ex presidenta cada vez que regresa de Santa Cruz.

Aunque en la Justicia se negó a declarar, Leiva mostraba una actitud muy distinta ante otros empleados del Grupo Indalo. En tiempos del kirchnerismo en el poder, y ante preguntas molestas sobre su función dentro de CPC, solía responder: “Si quieren saber, hablen con Fabián [de Sousa] o con Máximo”. (La Nación)

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