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Las insólitas conversaciones de El Zar del Juego: “Me baño en agua mineral”

Las insólitas conversaciones de El Zar del Juego: “Me baño en agua mineral”

10:00 Se conocieron tres audios de Juan José Gil antes de que lo capturaran en la terminal de Buquebus.

No paraba de repetirlo y repetirlo: “Vos quedate tranquilo que yo me baño en agua mineral”. Mientras Juan José Gil, bautizado El Zar del Juego por los investigadores, le decía esto a otro hombre, la Gendarmería le allanaba todas sus propiedades. Por eso, por las dudas, él ya estaba en la terminal de Buquebus a punto de tomarse el buque. Ahí fue que lo detuvieron, y no fue el único que cayó.

Hace ocho meses estaban detrás de los pasos de este hombre de la zona Sur: tenía una organización de quiniela clandestina que fue desbaratada ayer después de 80 allanamientos y que terminó con 57 detenidos, entre ellos cuatro policías de la Bonaerense. Según fuentes del caso, mientras les pagaba a jubilados y a pequeños comerciantes pequeñas comisiones por levantar apuestas ilegales, se cree que él y sus socios ganaban millones.

Hoy se conocieron las escuchas a Gil previas a su detención. En esos audios, a los que tuvo acceso Clarín, se lo nota nervioso, intolerable pero igual no deja de decir: “Vos quedate tranquilo, que yo me baño en agua mineral… No tengo nada de nada”.

Son tres los audios. Uno es cuando se entera de los allanamientos y le pide ayuda a alguien para que vaya a una dirección, le avisa que está la Gendarmería y que necesita ese favor porque “el nene está solo y está temblando”. Y le advierte: “Andá recontra tranquilo que no hay nada de nada de nada”.

En el otro audio, habla con una mujer, a la que le dice que no puede hablar, que se quede tranquila y que no puede hablar: “Dejame que están en todos lados, están acá, en Marcos Sastre, en Budge…”. Y en el tercer corte, dice que lo nombraron “políticamente” y habla de un tal Castillo, usa la frase del agua mineral y su interlocutor le pide que no se haga ni ver. Entonces, cuenta: “Vos quedate tranquilo que en diez minutos me tomo el Buquebus y me voy”.

Según la investigación, Gil y su mano derecha, Fernando Andrés Lizuaín (64), eran conocidos “quinieleros” en el sur del Conurbano, tenían vínculos con el viejo PJ lomense y contaban con protección policial. Los acusan de asociación ilícita y de juego clandestino.

La organización funcionaba con bunkers que hacían de oficinas administrativas. Allí se cargaban las apuestas en bases de datos y se analizaban las estadísticas de las jugadas. Por debajo de ellos estaban los “pasadores”, encargados de recaudar el dinero y de transmitir los números por los que se apostaba en los barrios. Los “correos” y comerciantes eran la base de la cadena: le cobraban a la gente que quería apostar a un número y los anotaban en precarios cuadernos o papelitos que después pasaban a través de los “correos” o por fax.

Operaba en Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Lanús y Avellaneda. Y para recaudar a través de los pequeños comercios barriales, ubicadas en algunas de las zonas más pobres del GBA, la banda pagaba una “cuota mensual” a distintas comisarías. Por ello, hubo allanamientos en tres comisarías de Lomas de Zamora y en dos de Esteban Echeverría. Así, fueron desafectados de la Fuerza a siete policías. (Clarín)

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