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Tras seis días de trabajo frenético, partió el barco con el minisubmarino


10:00 Militares argentinos, norteamericanos y británicos, junto con soldadores voluntarios, lograron acondicionar la nave noruega

Por: Natalia Pecoraro
Fueron seis días de trabajo conjunto entre la Armada Argentina, el Comando de Rescate Submarino de la marina de Estados Unidos, la tripulación original del buque y civiles. Fueron obras a bordo hechas con urgencia y fueron más de 24 horas de esperar a que el viento amainara.

El barco de bandera noruega Sophie Siem finalmente zarpó ayer a la tarde del puerto local rumbo a la zona de búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido desde el pasado 15 de noviembre, con un minisubmarino que podría ser clave en un eventual rescate.

Con una tripulación de 46 personas compuesta en su mayoría por marinos estadounidenses acompañados por submarinistas de la Armada Argentina, el Sophie Siem zarpó a las 14 del muelle de ultramar del puerto de Comodoro Rivadavia. Fue un momento cargado de emotividad: hubo aplausos, llantos, brazos en alto y saludos militares.

Los sentimientos fueron ambivalentes: hubo sonrisas de satisfacción por el trabajo hecho y gestos de seriedad porque este operativo se originó a partir de la desaparición del ARA San Juan. “¡Misión cumplida!”, dijeron unos. “¡Que los encuentren!”, rogaron otros.

“Fue la culminación de un esfuerzo enorme, de miles de personas si tenemos en cuenta a la comunidad, que han estado trabajando codo a codo para lograr que el equipamiento que se montó en el Sophie Siem esté en estado operativo y pudiera zarpar hacia el mar”, aseguró a LA NACION el capitán de navío Claudio Pérez Ortigueira, jefe del Destacamento Naval Comodoro Rivadavia. Coincidió Héctor Alejandro, del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, quien ofició de vocero de los militares estadounidenses por hablar fluidamente castellano. “Es bueno ver lo que hemos trabajado en conjunto, mano a mano, dándonos apoyo unos a otros”, sostuvo.

Esfuerzo conjunto

El esfuerzo que militares -nacionales y extranjeros- y civiles destacaron consistió en organizar, ejecutar y testear modificaciones en la popa del buque Sophie Siem para poder montar un brazo hidráulico de 40 toneladas que permita operar en alta mar el minisubmarino del Comando de Rescate Submarino estadounidense. Pérez Ortigueira detalló que el operativo demandó “el movimiento de aproximadamente 750 toneladas de carga” que llegaron en más de 15 aviones a esta ciudad.

Fue un trabajo conjunto sin antecedentes: trabajaron oficiales de la Armada Argentina, estadounidenses y británicos junto con soldadores y amoladores de la zona que se ofrecieron como voluntarios.

Concluidas las obras de acondicionamiento, los últimos preparativos para que el Sophie Siem pudiera zarpar dependieron del viento: había que cargar a bordo equipos que podían resultar dañados. Además, la gigantesca grúa utilizada para movilizarlos se detenía automáticamente por ráfagas de más de 100 kilómetros por hora.

Anteayer, la velocidad del viento osciló entre los 40 y los 60 kilómetros por hora durante todo el día. Sólo amainó ayer a la madrugada, momento que fue aprovechado para colocar el minisubmarino. Fue un “ahora o nunca”, porque el Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado un domingo con ráfagas de 100 kilómetros por hora, y se cumplió.

El minisubmarino podría ser esencial en el eventual rescate de los 44 tripulantes del ARA San Juan.

Se maneja en forma remota, puede sumergirse hasta los 600 metros de profundidad y está diseñado para poder transportar a 18 personas, 16 rescatados y dos operadores.

El Sophie Siem permanecerá en la zona de búsqueda del ARA San Juan para poder actuar rápidamente apenas se logre localizar al submarino. (La Nación)

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