18:30 – (Por: Rubén Lasagno) – La falta de credibilidad en el Frente para la Victoria no alcanza a ser descrito con las palabras solamente, sino basta mirar los hechos y la realidad para darnos cuenta de las paradojas, las contradicciones y la mendacidad en la que caen sus cultores, tanto en el orden nacional como provincial.
Estos días, hemos asistido a un feroz ataque en contra del gobierno nacional por la Reforma Previsional y particularmente la afectación de las jubilaciones, cosa que por otro lado es cierto y atendible, pero quienes más se quejan en Plaza de Mayo y en el Congreso, son los mismos que omiten mirar a su provincia: los diputados nacionales por Santa Cruz, quienes, le reclaman a Mauricio Macri “más humanidad” y “menos ajuste” sobre los jubilados y se cuidan de no mencionar la vergonzosa forma en que es tratada la clase pasiva en la provincia gobernada por Alicia Kirchner y por el FPV en los últimos 27 años.
No vamos a sumar nada nuevo diciendo que docentes, judiciales, médicos, municipales y trabajadores de la administración central aún no cobraron noviembre, en algunos casos ni siquiera han cobrado el sueldo completo de octubre y, obviamente, no hay miras de cuándo cobrarán el aguinaldo.
Pero para contextualizar la ridícula película que nos quieren hacer ver los kirchnerista por televisión, debemos contarle al país y a los medios nacionales que nos siguen, una novedad realmente vergonzosa y de una perversidad pocas veces vista desde un gobierno, que trata de tapar sus brutales deficiencias, criticando las deficiencias de otros, en este caso al gobierno nacional, sin la menor autoridad moral para hacerlo.
Tal como lo dejó trascender la Vocal por los pasivos en la Caja de Previsión Social, Susana Ruiz, la titular del ente previsional, Silvia Bande, le comunicó que ante la falta de los fondos necesarios para hacer frente al pago de todas las jubilaciones provinciales, la Caja de Previsión Social decidió abonar una suma de $ 26.600,00 “a cuenta” de los haberes adeudados, es decir, parte de octubre, noviembre completo y la gran entelequia: el aguinaldo.
“Necesitamos ayudarnos para volver a poner a los santacruceños donde corresponde”, dijo Alicia Kirchner ayer, al visitar de manera protocolar las instalaciones del Ministerio de Desarrollo Social en Río Gallegos.
Las palabras de la gobernadora suenan, no solo falsas de contenido, sino con una sutil perversidad subyacente en un discurso improcedente y desubicado, por cuanto ella entiende, que los problemas de esta provincia los acarrea como consecuencia de la falta de apoyo que tiene y no por el desastre administrativo y la falta de gestión en la que incurre.
Después de haber recibido casi 10 mil millones en el año 2016 y otro tanto en lo que va del 2017, Santa Cruz sigue sin pagar los sueldos ni los aguinaldos y la gobernadora desde el atril transforma la realidad en buenos deseos, pero para ello exige que los santacruceños “pongan el hombro”.
Máximo Kirchner, Vázquez y Cia encienden la llama de la defensa irrestricta a los jubilados en contra del ajuste de Macri, pero ni siquiera pisa Santa Cruz, donde los jubilados encienden cubiertas frente a casa de gobierno, tocan las ollas en la vereda de la CPS, acompañan marchas y manifestaciones, hacen denuncias por discriminación y abandono de personas y son ninguneados, maltratados y además, estafados desde el poder.
Alicia Kirchner ha dicho que si no hay ayuda de Nación, la provincia no puede pagar los aguinaldos y ni siquiera los sueldos. Ahora bien, en Buenos Aires la gobernadora estampó su firma frente a Macri para aprobar la Reforma Previsional, mientras tanto sus diputados y senadores, se opusieron a votar afirmativamente esa misma ley. En Santa Cruz, los legisladores provinciales del FPV alborotados por la injusticia de la merma en los haberes jubilatorios dispuestos por Macri, califican de salvaje el ajuste sobre los que menos tienen. Pero no juzgan de la misma manera la situación de los jubilados provinciales que no cobran ni un peso hace casi dos meses, o cobran mal, por goteo o con tope.
No hay coherencia ni sensibilidad; o tal vez debemos decir: son coherentes con lo que siempre hicieron: ser incoherentes, ventajeros, mentirosos y audaces para representar en la ficción, un papel que no puede asumir en la realidad que envuelve a este país y exigir a otros, lo que ellos son incapaces de cumplir. (Agencia OPI Santa Cruz).
