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La idea de una candidatura de Temer calienta el clima político en Brasil


10:00 La intervención militar de Río desató una ola de especulaciones sobre si busca ser reelegido; revelan que planea una agenda de campaña con actos y viajes para mejorar su imagen

Por: Alberto Armendáriz
¿Michel Temer candidato a la reelección? El planteo parece absurdo si se considera que se trata del presidente brasileño con peor valoración en las encuestas de opinión desde el regreso de la democracia. Pero la idea de una eventual candidatura del mandatario para las elecciones de octubre se instaló con fuerza en el debate político esta semana, con el comienzo de la intervención militar en la seguridad del estado de Río de Janeiro, que -algunos creen- podría servirle de plataforma para resucitar su deteriorada imagen pública.

“Temer es una opción del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) para ser candidato a presidente de la república si así lo entiende él. El partido defiende una candidatura propia; tenemos varias opciones y vamos a trabajar en ese sentido. El presidente definirá en el momento apropiado si él podrá o no ser candidato”, señaló el recién reelegido presidente del PMDB, el senador Romero Jucá, aunque el propio Palacio del Planalto había intentado anteayer poner freno a las especulaciones electorales de la intervención militar en Río de Janeiro.

Todo comenzó cuando el publicista Elsinho Mouco, que asesora al gobierno en el área de marketing, declaró a la prensa que con el despliegue de las fuerzas armadas en Río para combatir la ola de criminalidad y violencia Temer podrá aumentar su popularidad.

“Él ya es candidato. La vela está siendo extendida y ahora comenzó a soplar un vientito. Daremos vuelta la agenda. En este momento, el presidente necesita rescatar su biografía. La elección es solo en octubre, aún está muy lejos”, dijo Mouco en un exceso de confianza.

De acuerdo con el último sondeo de Ibope, en diciembre, solo el 6% de los brasileños creen que Temer ha hecho un buen trabajo. El 74% lo rechaza abiertamente, pese a que desde que asumió el poder, a mediados de 2016 -tras el polémico impeachment a Dilma Rousseff-, su administración logró la recuperación económica luego de dos años de profunda recesión. Al frente del Planalto, Temer batió todos los récords de impopularidad: llegó a tener un máximo de 14% de aprobación poco después de tomar las riendas del país y luego se desplomó hasta un 3%, en medio de denuncias de corrupción en su contra que surgieron en el marco de la operación Lava Jato, el año pasado.

A través del vocero presidencial, el Palacio del Planalto negó que la intervención militar en Río vaya a ser utilizada con motivos electorales. A puertas cerradas, sin embargo, ya se trabaja para apuntalar la imagen de Temer en la población con una serie de actos públicos y viajes por todo el país. Se pretende además lanzar una campaña publicitaria que dirá que “el gobierno que está sacando al país de la mayor recesión de su historia ahora sacará a Río de Janeiro de las manos de la violencia”.

Los movimientos del Planalto inquietan incluso a los dos principales candidatos para los comicios de octubre: el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, favorito a pesar de la ratificación de su condena por corrupción que podría llevarlo a la cárcel pronto y sacarlo de la contienda, y el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, quien ha hecho de la mano dura en materia de seguridad una de sus banderas.

“Temer está encontrando una forma de ser candidato presidencial. Y él cree que la inseguridad es algo que puede sacarle electores a Bolsonaro. Está haciendo una apuesta”, comentó en una entrevista radial Lula, con un 36% de las intenciones de voto.

Por su parte, Bolsonaro, que tiene un 16% de respaldo en las encuestas electorales, reaccionó indignado: “Temer ya robó demasiadas cosas, ¡no me va a robar mi discurso!”.

Para los analistas, más que buscar lanzarse como candidato él, Temer quiere robustecerse para garantizarse su legado una vez que termine su mandato, el 31 de diciembre. La coalición que lo sostiene está cada vez más dividida y los aliados del PMDB cuentan con sus candidatos propios.

“Temer no está jugando el juego electoral, está jugando para la historia”, señaló a la nacion Paulo Calmon, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia. “Hay un grupo político muy cercano al presidente que quiere tener un candidato que defienda a Temer y las medidas que tomó su gobierno. Un Temer fortalecido le permitirá actuar como kingmaker, elegir a su delfín”, explicó.

Y ayer mismo el ministro de Economía, Henrique Meirelles, ratificó su intención de ser candidato. “Creo que la etapa como ministro de Economía es una etapa cumplida. Ahora estamos contemplando esa nueva etapa de una posible candidatura a la presidencia”, reveló tras meses de rumores.

Ya a nivel estatal, en Río de Janeiro, el oficialismo esperaba impulsar la candidatura a gobernador del exalcalde de Río, Eduardo Paes. Pero ayer la Justicia le asestó un duro golpe: una corte de apelaciones ratificó la condena contra Paes por abuso de poder político y económico en los comicios de 2016, en los que esperaba que fuera elegido su vice, y lo volvió inelegible para cualquier cargo público por los próximos ocho años. (La Nación)

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