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Santa Cruz con algunos municipios en llamas


14:40 – La situación salarial, las malas administraciones, la superpoblación de empleados, la excesiva carga de ñoquis, las promesas incumplidas, la innecesaria cantidad de cargos políticos, asesores y proveedores, las deudas previsionales con la CPS, las deudas con la Caja de Servicios Sociales, la falta de gestión de los intendentes y un sinnúmero de problemas que están atravesando los municipios de la provincia, hace que muchos de ellos tengan conflictos permanentes, no se haya resuelto a lo largo del tiempo y prometa profundizarse en lo que resta del año.

Cuando las municipalidades eran de un solo color político (FPV/PJ) y a nivel provincial había un gobierno compatible y en nación gobernaba el kirchnerismo, padre y tutor del modelo “metamos todo adentro del Estado y gastemos que la plata no es de nadie”, las comunas de la provincia andaban mal pero estaba todo “mas o menos controlado” con la asistencia económica apropiada, cuando se desmadraba la crisis, como fue el caso de Río Gallegos con Raúl Cantín. Pero la relación de fuerzas ha cambiado. A nivel nacional hay un partido de la oposición K, en la provincia sigue el kirchnerismo y algunas localidades del interior han elegido intendentes de Cambiemos.

Éstos, recibieron una pesada herencia, pero lejos de meter mano y despejar las dudas, las deudas y los ñoquis, prosiguieron en la misma línea, agregaron más gente, no mejoraron la recaudación, siguieron con el festival de gastos, levantaron banderas de honestidad y gestión, pero tampoco cumplieron con el pago de los aportes previsionales ni a la CSS, hicieron uso y abuso de los fondos provenientes de nación, que como antes hacía el kirchnerismo, ayuda directamente a los intendentes “del palo” y en definitiva, todo sigue igual pero la crisis se ha profundizado a niveles de agotamiento. Hoy los intendentes no pueden dar respuestas salariales, no reciben señales claras desde arriba y las que les llegan son de recorte.

Recortar en un presupuesto que ni siquiera alcanza para pagar salarios es difícil y mucho más lo es cuando el gremio (SOEM-SOEMCO) piden paritarias salariales y un aumento de salarios rondan entre un 25 a un 50% con amenazas de no volver a la actividad si no se acuerda, algo realmente impensable en virtud de los tiempos que corren. Sería más honesto de parte de los sindicatos, decir que no quieren volver a trabajar, que pedir un 50% de aumento salarial, cuando saben de antemano la crisis financiera que atraviesa a todo el Estado y que aún queriendo pagarlo, es imposible para cualquier municipio hacer frente a un incremento salarial en blanco de esas características.

En Río Gallegos, el conflicto es prácticamente permanente. El Intendente Roberto Giubetich (UCR-Cambiemos) dice que no tiene de dónde sacar fondos para hacer frente a cualquier recomposición salarial e inclusive se le complica pagar los sueldos y aguinaldos de manera normal. El gremio (SOEM) mantiene un conflicto con protestas callejeras, paro y suspensión de la recolección de residuos, lo cual tiene inmersa a la ciudad en un serio problema de higiene y seguridad en la salud pública.

El sindicato mantiene cortadas varias arterias de la ciudad y realiza piquetes sorpresivos, generando caos y mucha bronca entre la gente. Se encuentran instalados cortado el tránsito en el acceso a Río Gallegos, sobre la autovía, pero realizan manifestaciones y piquetes en el playón de SIPEM, frente al teatro municipal, el edificio comunal y en el corralón municipal que se encuentra en cercanías de la rotonda “Barck”.

Para matizar la falta de acuerdo y hacernos ver a los ciudadanos que la solución está cada vez más lejos, Pedro Mansilla, Secretario General del gremio, dijo públicamente que si el Intendente no tiene nada para ofrecer, que no salga de su casa y amenazó con “profundizar las medidas”.

Puerto Deseado vive un largo conflicto iniciado hace alrededor de 3 meses ante la falta de pago de haberes y desacuerdo en paritarias sobre algún tiempo de aumento salarial. Esto generó paros y protestas, sin embargo, todo se agravó cuando el gremio FESOEM observó que hace 26 meses el Intendente Gustavo González (FPV) les está liquidando mal el último aumento y ha contraído una deuda con el personal municipal de 180 millones de pesos. El conflicto trepó a niveles tan importante, que hoy se está pidiendo la intervención del municipio y tiene en contra casi 900 empleados de su extensa nómina municipal.

En Río Turbio, por su parte, el personal municipal está solicitando una recomposición salarial del 50%. El conflicto, en estas circunstancias es prácticamente de nula resolución. No existe un municipio en la provincia que pueda dar aumentos de este tipo. La estrategia, indican las fuentes, es pedir 50 para pactar por 25%, sin embargo, hoy las condiciones financieras y económicas de la mayoría de las comunas son deplorables, con lo cual, plantear una exigencia de este tipo es abogar por un conflicto permanente.

Caleta Olivia es otro de los municipios con un conflicto casi permanente, derivados de la falta de pago de haberes y/o por la falta de respuesta del ejecutivo municipal, a los pedidos de actualización salarial que ha cursado el SOEMCO.

En este caso, los municipales le reclaman al intendente Facundo Prades (UCR-Cambiemos) la deuda de un aumento que no fue abonado desde el año 2015 y exigen un aumento salarial del 42%. La comuna caletense tiene mensualmente problemas para abonar salarios. El intendente ha prometido buscar las alternativas necesarias para cumplir con la deuda, pero hasta el momento todo se inscribe en el discurso. La realidad es que Prades depende de la provincia y la nación para hacer frente a la masa salarial de una comuna excesivamente sobrepoblada, con gastos excesivos y presupuesto exiguo. Esto, claro está, genera malestar, conflicto y amenazas de paros y piquetes de manera permanente en Caleta Olivia.

Otros municipios como Las Heras, Piedra Buena, etc se mantienen en una zona gris, con amenazas serias de la aplicación de medidas de fuerza, especialmente por no acordar recomposición de salarios, algo extremadamente delicado en el contexto económico-financiero que se vive actualmente, porque en general los gremios solicitar una recomposición del salario de bolsillo que compense el desequilibrio que produce la inflación y el aumento de los impuestos, los servicios y en general el costo de vida, sin embargo, los intendentes tienen una consigna clara que repetir: no hay presupuesto, no hay plata para aumento salarial y no hay fecha probable para acordar una paritaria salarial que compense, con un acuerdo de aumento por encima del 20%, el costo de vida en la provincia.

Si en los próximos meses desde la provincia no se ejecutan las ayudas necesarias para responder a la exigencia gremial, se prevé un panorama complicado en varias localidades donde, por el momento, los trabajadores están sustentados por promesas de los intendentes, las cuales, de no concretarse, llevará a cada localidad a vivir su propio conflicto municipal que finalmente termina afectando a toda la comunidad y genera reacciones muy negativas hacia la representación política de cada comuna. (Agencia OPI Santa Cruz)

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