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Aislado, tranquilo y lejos de las noticias: así pasa José López sus días como arrepentido

“Nación-Provincia-Municipio”: López habló y los ex intendentes de Santa Cruz harán fila para declarar

11:00 El ex secretario de Obras Públicas lleva tres semanas como “imputado colaborador” en la causa.

Por: Lucía Salinas
El 22 de agosto José López fue admitido como imputado colaborador, convirtiéndose en el primer empresario de primera línea de la gestión kirchnerista que decidió “arrepentirse” en la causa que investiga el circuito de coimas recaudados por ex integrantes del ministerio de Planificación Federal. Aislado, en una celda más pequeña que la que tenía en el Penal de Ezeiza, para visitarlo hay que viajar más de dos horas. Duerme mejor y aunque está preso y protegido por el grupo Los Lobos, asegura sentirse “liberado” de haber declarado en contra de los Kirchner. Cómo son sus días desde que se sumó a la nutrida lista de “arrepentidos”.

El ex secretario de Obras Públicas ya no comparte espacios con otros presidiarios como lo hacía en el penal de Ezeiza, donde permaneció más de dos años después que fue hallado en el convento de General Rodríguez intentando esconder bolsos con nueve millones de dólares, joyas y relojes marca Rolex.

Al igual que otros presos en causas de corrupción, López integró el IRIC, un programa que se creó para abordar a los acusados en esta clase de delitos. Una vez que eligió confesar en la causa conocida como los cuadernos de la corrupción, su situación carcelaria se modificó.

Aún preso por enriquecimiento ilícito, el ex funcionario K ahora se encuentra alojado en un centro de detención “con una pequeña celda, completamente aislado y custodiado doblemente, por el Servicio Penitenciario y el grupo especial Los Lobos”, contaron a Clarín quienes conocen de cerca la situación de López.

En relación a su condición de alojamiento del Pabellón 6 de Ezeiza, el lugar actual es mucho más reducido respecto a su vieja celda. Sólo recibe la visita de un amigo y una de sus hijas. Con nadie más interactúa durante estos más de veinte días donde su status es de imputado colaborador y cuya confesión tiene el carácter de “confidencial”.

“No mira noticias ni quiere seguir el día a día de la causa”, contaron desde su entorno a Clarín. Con su defensor oficial, Gustavo Kollmann, habla por teléfono al menos dos veces por semana. Son charlas más escuetas, enfocadas a los avances de la investigación.

López se muestra más calmado, habla más pausado y aunque está visiblemente más delgado, reitera cada vez que puede que no se arrepiente de haber confesado en la causa que investiga un circuito de sobornos por más de 200 millones de dólares, en el que él asumió su responsabilidad.

Casi como un juego de palabras, manifestó recientemente que se siente “liberado”, desde su lugar de detención, por haber aportado información a la causa donde indefectiblemente apuntó contra Néstor y Cristina Kirchner, a quienes conoce desde la década de los 80 cuando pisó por primera vez Santa Cruz.

Después de dos horas de viaje, su defensor logró llegar al lugar donde el ex funcionario está detenido. Allí, en una dirección reservada y con doble custodia, mantuvieron varias entrevistas: un vidrio con rejas y un micrófono de por medio.

Algo reitera su defensa, “es una instalación que no está preparada para que López esté allí en forma permanente” por ello están esperando la resolución del juez Claudio Bonadio respecto a la situación procesal, para ver si le mantiene la prisión preventiva o lo excarcela “entendiendo que no hay riesgo de fuga y como es parte del programa de testigos protegidos ya tiene su libertad restringida”, explicaron fuentes judiciales.

Con este telón de fondo, López manifiesta estar bien, aunque quienes mantienen contacto con él lo definen como alguien “poco expresivo” y aún se refieren a él como una persona “atemorizada, aún con miedo” producto de “muchos años de sometimiento”. Así y todo, el ex secretario de Obras Públicas fue un hombre que pisó fuerte al lado de Julio De Vido y admitió ser uno de los encargados de recaudar coimas a empresas de la construcción.

¿Por qué entonces quiso confesar? Sólo manifestó que estaba “esperanzado en reivindicarse con su familia y con su imagen frente a la sociedad”, es un planteo que suele sostener en cada conversación, lo que no lo exime de su responsabilidad y él lo sabe. Eso sí, nunca más volvió a hablar de Néstor y Cristina Kirchner después de su extensa confesión “de ellos no dice nada”, indicaron sus allegados.

Permanece aún con tratamiento psicológico y psiquiátrico, y contó que logra dormir mejor después de semanas con el sueño alterado previo a decidir pedir ser un imputado colaborador. (Clarín)

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