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Lula tiró la toalla y el PT designó a Haddad al frente de la fórmula presidencial


09:30 El ex alcalde de San Pablo será el candidato del partido para las elecciones del 7 de octubre luego de fracasar los intentos de levantar la prohibición al líder histórico del movimiento

Por: Alberto Armendáriz
Se disipó el espejismo con el que el Partido de los Trabajadores (PT) mantuvo en vilo a Brasil. Arrinconado por la Justicia y al borde del plazo que le había otorgado el Tribunal Superior Electoral (TSE) al impugnar el nombre del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva , la cúpula petista confirmó ayer que Fernando Haddad, hasta ahora aspirante a vicepresidente, será su candidato para las elecciones del 7 de octubre , las más inciertas en la historia democrática del país.

Delante de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, donde Lula cumple una condena a 12 años de cárcel por corrupción, y frente a cientos de simpatizantes, Haddad aceptó la “misión” que le otorgó el máximo líder petista luego de intensas conversaciones en los últimos dos días.

“Es hora de salir a las calles con la cabeza erguida y ganar esta elección”, arengó a la militancia el exalcalde de San Pablo, acompañado por la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann; la destituida exmandataria Dilma Rousseff, y la joven líder del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) Manuela D’Avila, que será la candidata a vicepresidenta en la fórmula del PT. Detrás de ellos, un gran cartel aseguraba que “Haddad es Lula”, y la muchedumbre coreaba: “¡Brasil, urgente: Haddad presidente!”.

El anuncio llegó luego de numerosos recursos presentados por el equipo de abogados del PT para intentar sostener hasta último momento la postulación del popular exmandatario (2003-2010). Según las encuestas, Lula era el candidato favorito para ganar los comicios, con el 39% de las preferencias, muy por encima del segundo mejor colocado, el controvertido diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), que, luego de ser acuchillado en un atentado la semana pasada, vio crecer sus apoyos hasta el 26%.

Haddad, que antes de comandar la mayor ciudad de América del Sur (2013-2016) fue ministro de Educación durante los gobiernos de Lula y Rousseff (2005-2012), empieza su campaña oficial con un fuerte espaldarazo. Las intenciones de voto por él saltaron del 4% en agosto al 8% según un sondeo de Ibope publicado ayer.
Ese potencial de votos lo ubica en un empate técnico junto al pelotón de otros candidatos en el segundo escalón de preferencias detrás de Bolsonaro: el exgobernador de Ceará y exministro de Integración Nacional de Lula Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (11%); la ecologista y exministra de Medio Ambiente de Lula Marina Silva, de la Red Sustentabilidad (9%), y el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (9%).

En el emotivo acto en Curitiba, uno de los fundadores del partido, Luiz Eduardo Greenhalgh, leyó una “carta testamento” de Lula, en la que el expresidente reforzó la idea de que es un “perseguido político”, atacó a los medios por juzgarlo antes que los tribunales y ungió a Haddad como su heredero.

“Si quieren callar nuestra voz y derrotar nuestro proyecto de país, están muy equivocados. Continuaremos vivos, en el corazón y la memoria del pueblo. Y nuestro nombre ahora es Haddad”, resaltó en el mensaje. “Sé que un día habrá justicia y será reconocida mi inocencia. Y ese día estaré junto a Haddad para llevar adelante el gobierno del pueblo y de la esperanza. Estaremos ahí, juntos, para hacer Brasil feliz de nuevo”, agregó para terminar con un “¡Hasta la victoria!”.

El TSE había decretado la impugnación de Lula el 1º de septiembre y dio al PT diez días para reemplazarlo como candidato (el plazo vencía ayer, a las 19). La legislación electoral -la ya famosa ley de ficha limpia- prohíbe que una persona condenada en segunda instancia por un órgano colegiado compita por un cargo electivo.

Mientras la cúpula petista calificó siempre el proceso contra Lula como un “fraude judicial”, cuyo objetivo era evitar el regreso del PT al poder, sus abogados interpusieron todo tipo de apelaciones y recursos, incluso ante el Supremo Tribunal Federal. Se aferraron a una “recomendación” del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que pedía respetar los derechos políticos de Lula hasta que haya una sentencia firme (de tercera instancia), pero esta fue descartada por el TSE.

Las decisiones de los líderes petistas, que apuntaban a reforzar la victimización de Lula, crearon una fuerte división dentro del partido. Hubo sectores más pragmáticos que criticaron esa estrategia y abogaron por realizar la sustitución de Lula por Haddad lo antes posible, para aprovechar al máximo el horario gratuito de propaganda en radio y televisión. Ahora, la verdadera candidatura del PT se pone en marcha. (La Nación)

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