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El ajuste profundiza otra grieta en el PJ: intendentes vs. gobernadores

La nueva liga de gobernadores explora un perfil anti Macri pero no K

11:00 El reclamo de las provincias afecta a los municipios. Choques por Cristina Kirchner y los clanes peronistas.

Por: Pablo Ibáñez
“Hagan cuentas muchachos: acá tenemos más votos que los que se juntan en el CFI”. La sentencia partió del tumulto de intendentes repartidos en la mesa y Agustín Rossi, huésped de la noche, rió con ganas.

El santafesino que preside el bloque de Diputados K tenía motivos para la euforia: la cena en la sede del PJ en calle Matheu reunió a casi 30 alcaldes pero, sobre todo, logró la magia esquiva de juntar a todas las tribus peronistas.
La ironía era política pero también matemática: el caudal electoral del conurbano -Matanza, Lomas, San Martin, Avellaneda, entre otros- más el medio millón que sacó Rossi en Santa Fe en 2017, habilitan ese duelo numérico.

No es un torneo. Lo real es que el diálogo entre los gobernadores y los alcaldes bonaerenses, primos en la familia peronista, es escaso y tortuoso. Hay salvedades como alguna charla con Sergio Uñac o la cercanía de jefes K con Alberto Rodríguez Saá.

La figura de Cristina Kirchner mete ruido. La mayoría de los jefes provinciales toman distancia de la ex presidente casi con la misma vehemencia con que los intendentes se alinean, por simpatía o conveniencia, detrás de ella.

Hay una dificultad logística: en el PJ bonaerense, cuando piensa en la elección de gobernadores, entienden que es riesgoso que haya dos ofertas peronistas, y es justamente esa la alternativa que proponen muchos gobernadores que despegarán las votaciones locales de la presidencial.

Pero hay un asunto más palpable y cercano: en la discusión del presupuesto nacional para el 2019, los gobernadores pelean por sus fondos y reclaman que sea el gobierno de María Eugenia Vidal el que ceda recursos.

El martes, en Ituzaingó, intendentes del PJ pidieron que la gobernadora declare la emergencia social y que reclame por los fondos como lo hacen los demás gobernadores.

“Intendentes peronistas se quejan de los fondos que se llevan de la provincia gobernadores peronistas” toreó, en un mano a mano, Joaquín De la Torre a los alcaldes del PJ con los que tiene empatía, ya que gobernó San Miguel hasta hace algo más de un año.

Las posturas son muy diferentes. El PJ bonaerense tomó como bandera el Fondo Sojero, que le quita unos 600 millones a los distritos, mientras el grueso de los gobernadores se desentendió de ese tema.

Verónica Magario, de Matanza, encabezó desde la FAM una cruzada contra esa medida que visibilizó una fractura: el grueso de los gobernadores, tanto “amigables” como Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, o equilibristas como Uñac, optaron por el silencio.

Pero con aquellos que activaron contra la eliminación de ese fondo, como el tucumano Juan Manzur, la diferencia es política: el ex ministro de Salud milita la tesis de que el ciclo de Cristina terminó mientras los bonaerenses no contemplan ningún armado que excluya al dispositivo K.

La protohistoria de esos chispazos fue cuando Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey, y luego se sumaron los demás, pidieron que el gobierno transfiera a la provincia de Buenos Aires y a Capital, Aysa, EDENOR, EDESUR y los subsidios al transporte.

Los intendentes dicen que Vidal no defiende sus fondos y desde el vidalismo, haciendo equilibrio, cuestionan que la Provincia siempre termina cediendo.

La gobernadora logra, por momentos, lo que logra Cristina: que los tres clanes en que se reparte el peronismo territorial de la provincia se muestren juntos y definan, al menos a grandes rasgos, posturas uniformes.

El martes en Ituzaingó, convocados por Alberto Descalzo, estuvieron los tres sectores al igual que el lunes en la cena con Rossi, a quien la mayoría ve como un potencial plan B en el caso de que Cristina no sea candidata.

Todos, hasta acá, mantienen vínculo fluido con Cristina y Máximo Kirchner, entienden que es la mejor oferta electoral y la que, en caso de ser candidata a presidente, puede “tirar” hacia arriba la candidatura a gobernador de un peronista.

Pero es esa butaca la que genera diferencias y, además, el color de la relación con Vidal. El sector de Martín Insaurralde, que se mueve como postulante para 2019, tiene diálogo aceitado y es visto por Cambiemos como el “nexo” amigable.

Aun con matices, ahí confluyen varios intendentes, entre ellos Fernando Gray (Echeverría), Mariano Cascallares (Brown), Juan Zabaleta (Ituzaingó) y, entre otros, Gabriel Katopodis (San Martín). Con matices, sintonizan en ese grupo, Leo Nardini (Malvinas), Ariel Sujarchuk (Escobar) y Gustavo Menéndez (Merlo).

Otra que juega es Magario, que camina para entrar en la grilla de la gobernación, y cuenta con el esquema Matanza, y relaciones con otros alcaldes. Tarde o temprano, Insaurralde y Magario chocan entre sí.

Más cerca de Matanza que de Lomas aparece el pelotón más K, que comparten Walter Festa (Moreno), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y, entre otros, Francisco Durañona (Areco), que expresan además una postura crítica más abierta con Vidal. (Clarín)

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