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Nicolás Dujovne: “Este programa necesita al menos cuatro años más para consolidarse”


11:00 Al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, todavía se le nota el cansancio. Sin embargo, las últimas 48 horas de tranquilidad en los mercados le dieron cierto alivio. “Hay que mirar el contrafáctico: qué estaría ocurriendo en la economía si no hubiéramos tomado las medidas que tomamos”, se defiende.

Por: José Del Rio
En una entrevista en el programa Mesa chica, por LN+, alega que la sequía y el “efecto cuadernos ” son en gran parte responsables de la situación, pero no aventura una fecha de salida de la recesión. “Este programa de reformas -sostiene-necesita al menos otros cuatro años para consolidarse”.

A diferencia de otros años, evita referirse al segundo semestre o a brotes verdes. “Lo que atravesamos es una recesión, no una crisis. Es semántico. Nosotros entramos a este período con un conjunto de reglas y estamos saliendo con el mismo conjunto”, agrega, al término de una jornada en la que volvió a bajar el dólar

-¿Qué significa para la gente estar en recesión?

-Estamos hace unos meses con una baja en el nivel de actividad, que comenzó con la sequía y luego se fue expandiendo a la economía no agrícola de la mano de la depreciación del tipo de cambio, la aceleración de la tasa de inflación y el impacto que tuvo sobre los salarios reales. Estamos aún en medio de esa situación, pero con un programa muy solido para ir transitando este periodo, que llevará un tiempo y terminará, primero, de la mano de las exportaciones, que ya se están recuperando, y con la estabilización de la inflación irán recuperándose los salarios reales. Más adelante, de la mano de la baja de la tasa de interés empezará a funcionar la inversión.

-¿Cuándo será más previsible el escenario cambiario?

-Hoy tenemos un esquema macroeconómico muy ordenado, estamos camino a tener un presupuesto aprobado con equilibrio primario, cosa que no teníamos desde 2009. Hemos decidido adoptar una regla monetaria muy dura, que es la que pensamos que necesitábamos para dar un cambio realmente radical respecto de lo que nos venía ocurriendo en los últimos meses, donde no lográbamos estabilizar las variables nominales de la economía. De esta manera, habrá una fuerte contracción monetaria que fortalecerá el peso. Las tasas de interés se ajustan de manera tal de poder cumplir con nuestro objetivo de que los agregados monetarios no crezcan, y esto sin duda estabilizará el peso.

-La contracara son pymes que están con situaciones financieras muy complejas.

¿Cuánto le preocupa el empleo?

-Como nos preocupa el empleo es que decidimos tomar medidas muy duras para terminar de dar certidumbre sobre la economía. Es cierto que las tasas de interés altas son un obstáculo para el financiamiento de las empresas, no solo de las pymes sino también de las grandes, pero también cuando en una economía se empiezan a perder las anclas nominales, hay mucha incertidumbre sobre la tasa de inflación. Por eso decidimos tomar el toro por las astas y adoptar esta política monetaria, muy dura, que nos permitirá anclar de nuevo las expectativas de inflación.

-¿Era necesaria la salida de Luis Caputo del Banco Central?

-Fue una decisión del Presidente y de Caputo , no tiene que ver con una decisión del Ministerio de Hacienda. Evidentemente, Caputo sentía que había cumplido un ciclo, ya lo había hablado con el Presidente, no fue una sorpresa su salida, y por eso este programa monetario lo fuimos diseñando en las últimas semanas entre Hacienda y los funcionarios del Banco Central, teniendo en cuenta que tiene total independencia operativa. Hoy estamos muy ordenados, muy sólidos, muy coordinados, y esto irá mostrando resultados.

-¿Puede haber más volatilidad en los próximos días?

-Volatilidad puede existir, especialmente si existieran eventos externos, pero hoy la Argentina está en una posición mucho mejor para soportar la volatilidad internacional.

-El presidente del BCRA dijo que “ni loco compraría dólares”. ¿Fue una frase correcta?

-Estaba manifestando su visión acerca de la solidez de la política monetaria y del momento en el cual nos encontramos, en donde el tipo de cambio real de la Argentina está en niveles históricos si uno toma los últimos años.

-¿Cuál es la pregunta más frecuente que le hacen en la calle?

-En la calle noto mucho apoyo y solidaridad. La pregunta es si salimos y cómo vamos a estar. Una pregunta recurrente cuando uno habla con inversores es qué pasará con la política. Evidentemente hay una visión de que este programa de reformas que se inició en diciembre de 2015 necesita prolongarse por lo menos otros cuatro años para consolidarse, para que los resultados sean bien visibles y para que en 2023, cuando se esté discutiendo la política económica del siguiente gobierno, se discuta en un rango mucho más pequeño que el que se suele discutir en la Argentina.

-¿Cuándo se reactivará la economía?

-No tenemos que caer en el error de poner fechas. Tenemos que ser muy enfáticos en contarle a la gente que estamos convencidos de que tomamos las medidas para estabilizar la economía, que sufrió shocks muy profundos. La sequía que tuvo el país este año es la más grande de los últimos 50 años. En 2009, con una sequía más leve que esta, junto con otros factores, la Argentina se contrajo 6%. Tuvimos la crisis de los cuadernos. Cuando Brasil vivió el Lava Jato tuvo dos años de caída de su PBI de 4% anual durante dos años. Por supuesto que había otros factores, más la volatilidad de los mercados emergentes en una economía que todavía no había terminado de corregir sus desequilibrios. Hemos estabilizado la economía con un gran coraje del Presidente, que tomó medidas inéditas.

-¿No hay un riesgo de que no derrame en la economía, que la base de la pirámide no tenga un impacto positivo?

-Hay que mirar siempre el contrafáctico: qué estaría ocurriendo si no hubiéramos tomado las medidas que tomamos.

-¿Qué hubiera ocurrido?

-Sin el apoyo de la comunidad internacional, sin la reducción del déficit, sin duda que hoy el riesgo país sería más alto, que la depreciación del peso sería mayor, que la caída en los salarios reales sería mayor y tendríamos serios problemas de empleo. Estamos convencidos de que hicimos lo que teníamos que hacer para estabilizar la situación.

-¿No estamos en crisis?

– Es una recesión, no es una crisis. Es semántico. Este año, la economía tendrá una caída parecida a 2016. Sin duda estamos en una recesión. Una crisis la asocio más a un gran cambio de esquema y reglas. Nosotros entramos a este periodo tan difícil con un conjunto de reglas y estamos saliendo con el mismo conjunto.

-¿Se subestimó la inflación?

-Uno de los problemas que tuvimos al inicio de la gestión del presidente Macri fue tener muchos objetivos a la vez: teníamos que normalizar el precio de los servicios públicos, se lanzó un programa de infraestructura muy ambicioso, se bajaron impuestos y todo eso a la vez, junto con metas de inflación muy ambiciosas, cuando estábamos corrigiendo todos los precios de la economía, incluido el tipo de cambio.

-Sorprendió el Presidente cuando habló de una suba en la pobreza, cuando en realidad la comparación suele ser interanual…

-Fue un buen gesto del presidente Macri, porque la comparación correcta es la interanual, y esa comparación mostró una baja en el primer semestre. Pero también tenemos que tener en cuenta que en el segundo semestre es muy probable que las cifras de pobreza sean más altas que en el primer semestre de este año. Reconocer el aumento de la pobreza con respecto al segundo semestre del año pasado también es un gesto, porque admite que en los próximos meses vamos a tener cifras no muy positivas. Como los sabemos, estamos tomando medidas para enfrentar eso, estamos aumentando las transferencias vía asignación universal por hijo, estamos dando un bono especial en septiembre y habrá otro en diciembre. Es un gran programa, porque esas transferencias llegan directamente a los que más lo necesitan y eso actuará como un elemento moderador. Pero sin duda la suba en los precios de los alimentos de los últimos meses tendrán un impacto en el segundo semestre sobre las cifras de pobreza.

-¿Hubo picardía o abusos en los aumentos de precios?

-Ahí tiene que actuar Defensa de la Competencia. Tenemos los mismos empresarios que en la década del 90, cuando había deflación. Echarles la culpa a los empresarios de la suba de precios es también una manera de descargar cuestiones que tienen que ver con la macroeconomía. A lo sumo puede haber algunas actitudes irresponsables, que Defensa de la Competencia tendrá que investigar, pero generalmente tiene que ver con cuestiones macroeconómicas.

-¿Cómo cambió la mesa chica del Presidente?

-Hoy nos reunimos casi todos los días el gabinete entero, porque es mucho más pequeño. Eso tiene un impacto directo en cómo nos coordinamos entre nosotros. Son distintas metodologías. Estamos funcionando muy bien. (La Nación)

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