09:30 La Justicia condenó ayer, por primera vez, al exministro de Planificación Federal Julio De Vido, uno de los hombres más poderosos del kirchnerismo. Le impuso una pena de cinco años y ocho meses de prisión por estafa, un delito de corrupción, en el marco del juicio por la tragedia de Once.
Por: Paz Rodríguez Niell
Para el Tribunal Oral Federal 4, De Vido fue “partícipe necesario” de una defraudación al Estado cuyos autores fueron empresarios del transporte a los que él, como ministro, debía controlar. Los jueces lo absolvieron, en cambio, por “estrago culposo”, delito que también le habían imputado la fiscalía y la Oficina Anticorrupción (OA), que habían pedido penas de nueve y diez años contra él, respectivamente. El estrago culposo castiga a quien causare un “descarrilamiento, naufragio u otro accidente” por imprudencia, negligencia o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas.
El tribunal entendió entonces que De Vido no fue culpable de las 51 muertes ni de las heridas que sufrieron más de 700 personas como consecuencia del choque, el 2 de febrero de 2012, del tren 3772, que impactó contra la plataforma 2 de la estación de Once.
Para los jueces Pablo Bertuzzi, Guillermo Costabel y Gabriela López Iñíguez, la estafa y el estrago son dos hechos independientes, y no está acreditado penalmente que la defraudación de la que participó De Vido haya sido uno de los factores que generó la tragedia.
El exministro quedó así en una situación mejor que sus exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, que sí fueron considerados responsables del choque y sus consecuencias por el tribunal que llevó adelante el primero de los juicios por este caso.
En paralelo con la pena de prisión, los jueces ordenaron la inhabilitación de por vida de De Vido que, de quedar firme la sanción, no podrá volver a ejercer cargos públicos. También pidieron su desafuero en relación con esta causa. Hoy cumple prisión preventiva, pero no en este caso. Su encarcelamiento se ordenó en octubre de 2017 en el expediente que lo investiga por el manejo de la central de Río Turbio.
Desde Marcos Paz, conectado por videoconferencia, De Vido siguió ayer al desenlace del juicio en su contra. Mientras tanto, en los tribunales de Comodoro Py, un grupo de familiares de víctimas de la tragedia esperaban también el anuncio del tribunal. Se fueron conformes con la condena, aunque algunos anunciaron que esperan que la Cámara de Casación revierta la absolución en cuanto al estrago.
El tribunal leyó su veredicto a las 14.30. Por la mañana, De Vido había pronunciado sus “últimas palabras”. Se definió como un perseguido, culpó a Mauricio Macri de haberlo sentado en el banquillo y se comparó con Jesús y su injusto proceso ante el tribunal de Sanedrín.
De Vido denunció una “persecución política, mediática y judicial”, y dijo que acusarlo de esta tragedia fue una decisión de Macri, explicitada en la apertura legislativa de 2016, decisión que tuvo el apoyo de Elisa Carrió y del ministro de Justicia, Germán Garavano. “Que parece haber cambiado de opinión”, afirmó De Vido, aprovechando la grieta entre Carrió y el ministro después de que Garavano sostuvo que nunca era bueno que se pidiera la detención de un expresidente.
De Vido citó como “sus grandes maestros” a Juan Domingo Perón y a Néstor Kirchner, se refirió a Amado Boudou como “otro preso político” y dijo que el rol de la OA en este juicio había sido “miserable”. Anunció, desde que apareció en escena, que no haría una defensa jurídica, que eso lo habían hecho ya sus abogados.
Además de sus referencias políticas, dijo que se había apoyado en su “fe” para obtener paz y leyó fragmentos de los evangelios de San Juan y San Mateo sobre el juicio de Jesús. “Las víctimas de la tragedia de Once necesitan que nadie se lave las manos. Sin justicia no habrá paz para las víctimas y si ellos no tienen paz, ninguno de los que estamos acá la tendremos. Alabado sea su nombre y que sea justicia”, cerró De Vido su alegato.
En la misma sentencia que ayer condenó al exministro, los jueces absolvieron a Gustavo Simeonoff, extitular de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), el otro acusado que fue juzgado en este proceso, conocido como Once II.
Por Once I cumplen penas de prisión, desde la semana pasada, el motorman Marcos Córdoba, que conducía el tren que se estrelló en la estación de Once el 2 de febrero de 2012; el empresario Sergio Claudio Cirigliano, expresidente de TBA; Schiavi, y los otros 16 condenados por la sentencia de diciembre de 2015. Fue en ese juicio que se dispuso abrir este nuevo proceso para investigar el rol de De Vido.
Ayer, el tribunal oral leyó solo su veredicto. Los fundamentos de la decisión serán dados a conocer el 10 de diciembre próximo. (La Nación)