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Nicolás Dujovne: pronóstico de inflación y pase de facturas a un economista opositor

El G20 llama a resolver las tensiones comerciales – Foto: G20

10:30 Aliviado por el acuerdo con el fondo, prevé un 5,5% para octubre. En Hacienda cuestionan los pronósticos opositores.

Por: Eduardo Paladini
Casi a modo de stand up, en la reunión de Gabinete de este jueves Emilio Monzó ofició de relator de la tensa y maratónica sesión por el Presupuesto. Contó, entre otras cosas, cómo el kirchnerismo infiltró en el recinto a Nora Cortiñas para frenar la reunión. En medio de gritos y empujones, el titular de la Cámara baja se topó en un momento con la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo. No la reconoció. “Pase, pase, abuelita, cuidado”, atinó a decirle. La anécdota fue festejada con carcajadas por los ministros. Se respiraba ambiente de relax por la media sanción. Uno de los más aliviados era Nicolás Dujovne, el jefe de Hacienda. En parte por la aprobación de un proyecto que prevé déficit cero para 2019, como se planteó meses atrás, pero también porque este viernes el board del FMI aprobará el nuevo programa para la Argentina.

“Sí, sí, se aprueba mañana (por el viernes). Y en una semana, calculamos, viene el primer desembolso. Hasta fin de año son unos 12.000 millones de dólares”, aseguró a Clarín una alta fuente del ministerio. Otra precisó: “La mitad viene ahora y la otra mitad en diciembre”. Serían unos 6.700 millones cada envío.

Dujovne siguió el debate por el Presupuesto en su despacho. Más allá de los cambios de último momento, en Hacienda creen que se cumplió el objetivo principal, que era “mantener y cuidar los recursos que Nación recuperó hace unos meses, como la eliminación del Fofeso y la suba retenciones al agro. Los compensaciones que hubo para algunas provincias estaban contempladas dentro de un colchón que siempre se deja para negociar”.

Más allá del discurso de austeridad, a uno de los que hubo que convencer por dónde pasar la tijera (y la gorra) fue al Presidente. “Macri es ingeniero. Entonces, quería déficit cero, pero también obra pública y que bajemos impuestos. Terminó entendiendo que era imposible”, agregó una fuente oficial.

¿Por dónde terminará pasando el ajuste tal como quedó el Presupuesto?, preguntó este diario: “Por la obra pública, que será menor y habrá que ver si se compensa con los PPP; aunque la causa de los cuadernos complicó el financiamiento para empresas sospechadas, incluso no sería raro que alguna obra cambiara de manos. También habrá recorte de gasto en la planta pública, pero menor a este año, por la reducción por jubilaciones y por salario. Y menos envíos a las provincias, que están con sus cuentas bien, en general, y tienen capacidad de absorber parte del recorte”.

En el Gobierno transmiten convicción con los cambios (“es el único camino”), pero admiten que seguirán los datos económicos negativos. Incluyen la caída de la actividad que se anuncia este jueves. Y uno muy duro para la sensibilidad del bolsillo argentino: “La inflación se octubre seguirá muy alta, calculamos en 5,5%. Después empezaría a bajar”. De concretarse, sería el tercer peor registro de la era Macri.

También en Hacienda calculan cifras rojas para el empleo y la pobreza para el segundo semestre de 2018. “El consumo, para fin de año, esperamos que empiece a crecer. Por la baja de la inflación y por la reactivación de paritarias. La pérdida salarial podría terminar en 4 o 5 puntos reales”, detallaron en Hacienda.

Bastante más optimistas, claro, son para el año próximo: “Con un tipo de cambio competitivo, las exportaciones van a crecer cerca de un 20%. Y vamos a pasar de un déficit comercial de 3.000 a 4.000 millones de dólares este año, a un superávit de 10.000 a 12.000 millones en 2019. Ya en septiembre se vio algo de esta tendencia y hubo superávit; también, claro, por la baja de las importaciones”.

Dujovne, que con la reducción de ministerios discontinuó las reuniones de Gabinete económico -con quienes más intercambia es con Dante Sica, de Producción; y Rogelio Frigerio, de Interior-, tampoco se muestra alarmado por el “fantasma de la deuda” que agita la oposición. Se quejan en su entorno: “Que un argentino de a pie se asuste, está bien. Pero que como Marco Lavagna, meta miedo con las Leliq… La gran diferencia con las Lebac es que ahora es una deuda con los bancos. Si hay problema, se saca una resolución, se le suben los encajes y listo”. Cuando hablan del economista massista ya no hay carcajadas. (Clarín)

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