EL DÍA MENOS PENSADO

14:00 (Por Rubén Lasagno) – Cuando los tránsfugas de la década pasada usurpaban el poder en este país para organizar el mayor latrocinio en el marco de la democracia argentina y desde esta provincia éramos los únicos en gritar al mundo la calaña que eran y lo que habían gestado, no pensamos que este día llegaría: mañana se inicia el primer juicio a Lázaro Báez, su familia y sus coautores, todos testaferros y cómplices de la familia Kirchner, en lo que ha sido el más grande saqueo a la Nación, a través de la obra pública, principalmente.

Mañana es el día menos pensado y si el juez Sebastián Casanello no le estuviera haciendo precio a la jefa de la banda, tendríamos a la viuda sentada allí, en el mismo banquillo de sus cómplices, junto a ellos, teniendo que enfrentar y confrontar sus mentiras con las declaraciones de quienes ya sin vuelta y sintiendo estar en absoluta soledad, contarán todo con detalles para, al menos no ir solo al fondo del pozo, mientras ella y sus hijos, disfrutan del sacrificio y la cárcel que otros sufren por no acusarla.

De acuerdo a la información difundida por los medios nacionales, unas 70 personas estarán presentes en la sala entre abogados, acusados, acusadores, etc a lo que hay que sumar el público y el periodismo. 91 testigos pasarán por allí y se calcula en 8 meses la duración del juicio oral en TOF 4, en el cual Lázaro Baéz y sus cuatro hijos estarán sentados en primera fila como la de un teatro, escuchando por horas todo lo que hicieron para estafar al país, vivir sin trabajar, robar sin ruborizarse y creer que este día nunca llegaría.

Mañana a las 09:30 en Comodoro Py se inicia un nuevo capítulo de esta serie ininterrumpida de esa gran cuota de justicia que nos debían los Tribunales y la política a los argentinos. Veinticinco acusados podrán decir lo suyo en su tiempo y podrán escuchar lo que hicieron; lo cual si bien lo saben y no necesitan que se lo cuenten, les servirá para arrastrar su vergüenza públicamente (si es que la tienen) y sufrir en carne propia que ventilen sus vidas, sus miserias y sus delitos, tal vez ante sus hijos más pequeños o sus familiares que hasta tal vez ni sospechaban que convivían con un ladrón de guantes blancos.

Tal como describe Infobae junto con Báez serán juzgados sus cuatro hijos -Martín, Leandro, Luciana y Melina-, el arrepentido Leonardo Fariña, el abogado Jorge Chueco, el contador Daniel Pérez Gadín, su hijo Sebastián Pérez Gadín, el financista Federico Elaskar, el empresario Juan Carlos Molinari, el presidente de Austral Construcciones -la empresa insignia de Báez-, Julio Mendoza, y Fabián Rossi, el ex marido de la vedette Iliana Calabró, entre otros acusados.

Báez, Chueco y Pérez Gadín están presos en la cárcel de Ezeiza y el tribunal ya le pidió al Servicio Penitenciario Federal su traslado para mañana. Estarán sentados en la primera fila frente a los jueces. Fariña está bajo el programa de protección de testigos e imputados y su custodia también ya fue notificada que debe estar mañana.

Sin duda la espada más fuerte que habrá en el recinto será Fariña, el hombre que con pasmosa claridad detalló minuciosamente la ruta del dinero K y abrió a la opinión pública a través del programa de Jorge Lanata (luego ratificada y ampliada ante la justicia), la ingeniería financiera del mayor acto de corrupción en la Argentina, con la apertura de empresas, financieras truchas, viajes al exterior, depósitos en cuentas off shore, traslado de bolsos de plata y la triangulación bancaria de depósitos y empresas, para lavar dinero robado al Estado nacional.

Todos los acusados tienen la obligación de estar presentes el martes. El inicio del juicio, con la lectura de la acusación, es una de las etapas que la ley establece que los acusados tienen que estar si o si. Lo mismo que en las indagatorias, cuando tengan la posibilidad de declarar, indica Infobae y aclara que existe la posibilidad para que Báez y los otros detenidos, luego puedan hacerlos por videoconferencia desde la cárcel si lo piden, algo que no les debería corresponder como presos que son. Un delincuente no debería poder declarar aislado desde una celda, sino enfrentando las caras, los improperios, al vergüenza y la tensión que se genera en una sala, cuando se juzgan a delitos de esta magnitud.

En el juicio se juzgará “el haber conformado una estructura jurídica, societaria y bancaria en la Argentina y en el extranjero, con el fin de canalizar, convertir, transferir, administrar, vender, disimular y/o poner en circulación en el mercado fondos de procedencia ilícita” para “convertirlos e integrarlos al circuito económico formal bajo apariencia de licitud, al menos durante el período comprendido entre los años 2010 y 2013“. Concretamente, la acusación es por haber lavado dinero proveniente de fondos de la obra pública que Báez recibió de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, lo que se juzgará en otro proceso, indica Infobae, en una suerte de reseña muy apretada para indicar que allí estarán algunos de los que integraron esta maquinaria de vaciamiento del país, los cuales debieran ser castigados con el máximo que permita la ley, aunque sin embargo en este punto hay mucho escepticismo y preocupación de la ciudadanía, ya que estamos en un país donde muchos jueces juegan a la justicia hasta que deben emitir sus fallos y proponer las condenas de acuerdo al delito y no a la cara de los delincuentes.

Sin embargo, en esta historia falta una pieza, la fundamental: la jefa de Báez, la que daba las órdenes, la que sostenía el andamiaje financiero, la que a través de Julio de Vido bajaba los fondos para que los delincuentes de menor monta pero no menos importantes, los distribuyeran en bolsos por todo Buenos Aires, Santa Cruz y el país, generando un vaciamiento financiero fenomenal y nunca visto en la historia de nuestro país. La viuda de Kirchner está siendo prolijamente blindada bajo un paraguas de excusas por el juez de la causa Sebastián Casanello quien se ha negado a incluirla e inclusive, convengamos, llega a este juicio luego de dos “recomendaciones” del Tribunal para abrir la instancia del juicio oral. Verdad o consecuencia, en pocos meses más no daremos cuenta si Casanello fue un juez meticuloso, cuidadoso y un ajedrecista quien hizo sus movimientos para dar jaque a la reina o si es un eslabón de la impunidad que dilató los tiempos para buscar alguna recompensa por venir o tal vez, alguna que ya llegó cuando fue nombrado en el cargo. (Agencia OPI Santa Cruz)