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En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

15:30 – Esta nota no contiene prejuicios ni pretende constituirse en una revelación de la verdad, pero si pretende consagrarse a la forma en que hacemos periodismo dentro de nuestro humilde alcance, construyendo información en base a fuentes seguras, documentadas y profesionales que como en este caso y otros de nuestra producción diaria, se sustentan con el aporte de especialistas serios e investigadores que siguen cabalmente el principio de trabajar para el conocimiento público y no a favor de sectores políticos o del poder.

Dentro de esta línea de publicaciones de calidad, rescatamos el informe realizado por Javier Walter Sofía publicado por nuestra Agencia el 19 de marzo de 2018, cuando bajo el título “¿Puesta en escena?, a 4 meses la tecnología de superficie no es eficaz para localizar al ARA San Juan”, el autor situaba exactamente el área a explorar y desgranaba su análisis en ocho puntos, fundamentales hoy para comprender lo que en tres informes sucesivos, el autor detalló con total claridad en extensas explicaciones técnicas y científicas. Es más, en la segunda entrega titulada “El Juzgado de Caleta Olivia no tiene medios, capacidad, formación ni jurisdicción para actuar en el incidente del S-42 ARA San Juan”, Javier W Sofía expresaba el 15 de febrero de 2018:

Además la ley que crea al juzgado federal de Caleta Olivia habla de “millas”, no de “millas náuticas (o marinas)”, esto podría someter la jurisdicción territorial del mismo mucho más hacia la costa y más lejos del área de búsqueda del submarino si consideramos que “1 milla” equivale a “1,60 kilómetros” pero “1 milla náutica” equivale a “1,85 kilómetros”. 

El tema de la jurisdicción territorial no es un asunto menor, existe copiosa jurisprudencia nacional e internacional que ha sentado precedente a este respecto, y que en muchos casos ha invalidado procesos judiciales por el solo hecho de implementarse fuera de la jurisdicción territorial asignada.

Pero en nuestra nota del 19 de marzo de 2019, rescatamos cinco de aquellos 8 puntos, que a continuación vamos a reproducir textualmente, como en aquel momento fue publicado:

3) Los gráficos e imágenes usados por la prensa para representar la profundidad del mar en el área donde se perdió el submarino son falaces y deforman la perspectiva del público en relación a la conformación física del fondo marino. 

En uno de los más usados (Ver Fig. 3) las proporciones muestran profundidades superiores a los 700 Km, pendientes verticales inexistentes y perfiles de imagen exagerados en exceso. 

En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

Incluso el mapa 3D confeccionado por la Comisión de Límites para la Plataforma Continental (Ver Fig. 4) posee algoritmos aumentados aunque en mucha menor escala; si bien esto es para permitir una perspectiva visual acorde a una visión panorámica, las proporciones no representan con fidelidad la realidad. 

En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

En otros se muestran gráficos escalares con pendientes tan pronunciadas que para el ojo desatento la distancia es igual a la profundidad (Ver Fig. 5 y 6) en cientos de kilómetros. 

En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

El tema es que la profundidad de la Z.E.E.A. va de unos pocos metros, en muchos lugares la distancia comparada al ancho de una casa promedio unos 10 metros, hasta profundidades que rondan los 6200 metros y más, por ejemplo para Río Gallegos desde la ría hasta el aeroclub (Ver Fig. 7) y para Ciudad de Buenos Aires desde el Riachuelo hasta el Obelisco (Ver Fig. 8). 

Por otro lado, el área donde desapareció el submarino ronda los 700 metros de profundidad (Ver Fig. 9), por ejemplo para Río Gallegos desde la entrada de la ruta hasta el estacionamiento del aeropuerto (Ver Fig. 10) y para Ciudad de Buenos Aires el contorno de la Plaza de Mayo (Ver Fig. 11).

En contexto esta profundidad es menor que la altura del edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa en Dubái con 828 metros en el que las fuerzas estructurales en juego son similares a las altas presiones en el fondo del mar; y no olvidemos que los primeros hábitat submarinos son de hace medio siglo, y que hoy existe tecnología segura para acceder en submarinos tripulados hasta los puntos más profundos del océano; lo que quiero decir con esto es que con la actual tecnología es totalmente factible emprender una exploración exitosa del fondo marino en busca del submarino si es que se quiere hacer (Ver Fig. 12). 

En marzo de 2018 OPI publicó el área exacta donde estaba en ARA San Juan que nadie pudo encontrar (o silenciaron) en un año

Así, la relación de distancia (700 kilómetros, ó 700.000 metros, desde la costa en Comodoro Rivadavia) y la profundidad (700 metros) del área donde se perdió el submarino es de 1000 a 1, representar esto no es difícil salvo que se busquen imágenes de coyuntura, deformadas innecesariamente como las que mencioné. 

4) Esto que digo no es una novedad aunque sí vale aclararlo pues con fecha 10/12/2017 la Armada Argentina informó que “la complejidad de la zona deriva no sólo de su pendiente sino de un sistema de cañones submarinos llamado Almirante Brown, que son muy abruptos, muy irregulares y con numerosos tributarios”, agregó que “en esa zona hay siete de estos cañones con sus respectivos tributarios” y además que “estos cañadones hacen que las sondas multihaz empleadas tengan rebotes, falsos ecos e, incluso, dependiendo de la dirección del relevamiento, que algunas cosas puedan verse en una pasada y que al hacerlo en otro sentido queden enmascaradas”. (Ver Fig. 13, 14, 15, 16 y 17). 

El contenido de ese “parte oficial” fue de importancia sin igual para el entendimiento de la búsqueda del submarino pero su contenido fue “olvidado” casi inmediatamente por los grandes medios. 

La pregunta es: ¿si esto ya se sabía hace cuatro meses por qué no se contrató equipamiento adecuado para la búsqueda?, y ¿por qué, considerando la enorme complejidad de búsqueda en el área, la recompensa ofrecida es tan escasa que puede no resultar atractiva para los pocos que disponen de tal tecnología?. 

Esperar que alguien, cualquiera, pueda decidir mañana mismo o tal vez nunca arriesgar suerte en una búsqueda de alto costo por menos de u$s 5 millones mientras los familiares de la tripulación están solicitando el aporte público para contratar una búsqueda por su cuenta, es indigno de un país como el nuestro con la enorme riqueza que posee. 

5) En el mismo “parte oficial” la Armada Argentina expresó que en “la erosión del suelo también se pueden ver objetos con los sensores que pueden tener las características de lo que se busca pero que al inspeccionarlos resultan ser afloramientos rocosos”.

Esto parece indicar que se busca al submarino en una pieza y se espera que los sensores entreguen información comparativa a perfiles, volúmenes y formas razonablemente similares a las de la nave íntegra.

Con la profusión de rastreos realizados hasta hoy la pregunta es: ¿no habría que dejar de presuponer que el submarino está “entero” y que puede localizarse desde superficie?, y ¿no es hora de cambiar la estrategia de rastreo por sensores y hacerse de equipos que sin importar el costo pueden ponerse en operación en días y que serán una inversión tecnológica para nuestro país? (Ver Fig. 18).

6) El área donde se perdió el submarino ha sido estudiada cientos de veces desde hace casi un siglo; estos estudios han tenido y tienen que ver con la investigación del entorno oceánico y el fondo marino, por distintos medios y para diferentes fines.

Actualmente las áreas pesqueras argentinas están saturadas de sensores que desde los buques pesqueros y las embarcaciones de alta velocidad que le sirven de asistencia, buscan las concentraciones de especies marinas. 

Pero no cabe duda que la empresa que más ha invertido en el relevamiento del fondo marino fuera Y.P.F., en 60 años desde 1930 (Ver Fig. 19) hasta su privatización la empresa invirtió un promedio anual de u$s 250 millones que arroja una cifra en bruto de u$s 15.000 millones para, entre otras, las cuencas Austral, del Colorado y del Golfo San Jorge hasta más allá del área donde se perdió el S-42. 

La producción de cientos de miles de documentos técnicos con datos preciosos de yacimientos, topografía submarina, composición del fondo marino, flujos sedimentarios y curvas batimétricas de los cañones submarinos entre muchas otras cosas fue el botín de guerra de su privatización, estos datos en la década de 1990 se vendían al mejor postor en el extranjero (Ver Fig. 20). 

Incluso el enorme proceso de datos del fondo marino realizado por la Comisión de Límites para la Plataforma Continental (Ver Fig. 21, 22, 23, 24, 25 y 26) queda pequeño frente a los relevamientos internacionales de los que Argentina no ha participado desde 2016 para atrás fuera de las 200 MN, ni participa hoy fuera de las 350 MN y en las zonas de exclusión y litigio internacional insulares del Atlántico Sur.

Casualmente estos últimos estudios del fondo marino se dispararon en todas direcciones exponencialmente a partir del año 2008 cuando fuera reactivada la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos que había permanecido inactiva durante 58 años (Ver Fig. 27).

Esta reactivación se debió a los cambios de escenario geopolítico, polarización de aliados históricos (donde no estamos incluidos) y la expansión táctica hacia el hemisferio sur de naciones como Rusia y China entre otras cosas (Ver Fig. 28 y 29); asuntos de los que la Argentina parece ni haberse enterado en la última década (8+2 años) más que para el dispendio de nuestros recursos naturales, decisiones insólitas y obras inciertas. 

8) Pero entonces ¿cómo es concretamente el fondo marino en el área donde se perdió el submarino?, es un laberinto sumergido de cañones, hondonadas, planicies, cumbres y abismos barridos por poderosas corrientes y sometidos a colosales presiones y gélidas temperaturas. 

Posee nichos entre los cañones de aguas “calmas” por debajo del nivel general del fondo marino y angostos desfiladeros vinculados a una compleja red de canales tributarios menores.

Pero el fondo marino en el sitio de la desaparición del S-42 también es un paraíso submarino donde la vida prospera y donde aún existen especies que no se conocen y mecanismos naturales que no se han estudiado; también las planicies abisales inexploradas esconden los secretos de la circulación oceánica global, el clima planetario y sus incidencias sobre la vida sobre la Tierra pues son un área de circulación y concentración de las aguas polares gélidas y en extremo salobres. 

Falló la Armada el 10/12/2017 al describir “en estos cañones la profundidad puede aumentar desde una decena de metros hasta 200 metros, en una profundidad de 1000 metros podríamos entrar a uno de estos cañones y llegar a los 1200 metros”, pues existen casos en los cuales en un entorno de fondo marino de 1400 metros o menos, el cañón submarino llega a los 2150 metros como ocurre con uno de estos cañones (o “cañadones”) en la Terraza Perito Moreno en 44º44’ S y 59º14’ W Ver Fig. 38, 39 y 40). 

También falló en explicar que la zona donde se perdió el submarino comprende dos grandes sistemas de cañones submarinos, el Ameghino (no mencionado) y el Almirante Brown cuyas secciones longitudinales están dispuestas en sentido Noroeste/Sudeste y se superponen entre los 44º S y los 45º S con el área de búsqueda (Ver Fig. 41) . 

Fue llamativo en la exposición de la Armada sobre los cañones submarinos la última imagen mostrada el 10/12/2017, donde muestra una zona con forma de “martillo” (Ver Fig. 42) localizada entre los 45º20’ S y 45º60’ S, la misma se ve “en blanco”; esta zona sumergida que forma parte de la plataforma continental (antes de ingresar al talud) y que se encuentra a profundidades cercanas a los 200 metros, figura en muchos de los estudios de fondo marino como “sin datos” (Ver Fig. 43 y 44).

La pregunta es, viendo la posición de ese “vacío” justo al frente del Golfo San Jorge, ¿por qué la Argentina no posee datos de una zona donde los recursos pesqueros y de hidrocarburos son enormes?; ese solo espacio en blanco desnuda la falta de contracción de Argentina al conocimiento completo de su espacio territorial. 

No quiero hacer una apología de la incompetencia, pero pareciera que si no vienen de otros países científicos con tecnología y el desarrollo de proyectos, aquí no se piensa en tomar la iniciativa; digo esto porque la tarea nacional independiente es mínima y acaso siempre hay alguien que “viene de afuera” y “hace punta” como si fuéramos niños pequeños en eterno aprendizaje. 

De hecho esto le pone gravedad a la falta de tecnología existente en Argentina para estos asuntos, que se suma a la falta de inversión e indudablemente a la falta de interés; esto a pesar que nuestra calidad en recursos humanos es altísima pero lamentablemente se encuentra empantanada en los celos, la eterna falta de presupuestos y a las decisiones políticas con una visión similar a los cuentos de hadas.

Esta clase de estudios del fondo marino posee diferentes clasificaciones, habitualmente los reportes militares, industriales, mineros y otros suelen ser confidenciales aún realizados en territorio extranjero, pero otros suelen publicarse para satisfacción curricular de los profesionales.

Dentro de las muchas investigaciones públicas del fondo marino en el área donde se perdió el S-42 se encuentran “Geología de la plataforma continental argentina y margen de estudio aeromagnético” (EE.UU., Argentina) ; “Hacia un enfoque nuevo e integrado para la investigación de cañones submarinos” ( Inglaterra); “Geomorfología y estructura poco profunda de un segmento de la Patagonia Atlántica” (España, EE.UU.); “Estilos de sedimentación del margen continental” (Alemania); “Un primer enfoque para evaluar el impacto del fondo, Pesca de arrastre sobre ecosistemas marinos vulnerables en el los mares altos del Atlántico suroccidental” (España); y “Sedimentación marina profunda en el margen continental argentino: revisión y estado de conocimiento” (Argentina). 

La enorme cantidad de documentos podrían llenar varias bibliotecas, pero de todos ellos dos en particular se destacan si queremos entender la topografía submarina en el área donde se perdió el ARA San Juan.

Uno es del año 2010 y se titula “Formación y evolución de cañones submarinos en el margen continental argentino entre 44°30′ S y 48° S” (España) y fue realizado por la “Univ. Barcelona, el Inst. Español de Oceanografía y la Sec. Gral. del Mar”. 

Es excelente allí la presentación digital de los relevamientos y por coincidencia muestran el fondo marino justamente en el área donde se perdió el submarino (Ver como ejemplo Fig. 45, 46, 47 y 48), de tal forma que se puede tener una gran aproximación a cómo es en realidad el área de búsqueda.

Estas imágenes hablan por sí mismas de la complejidad del fondo marino, y en cuatro meses no se ha mostrado nada parecido por medio alguno al país, ¿Por qué?.

Y el otro del año 2016 titulado “Minería submarina. Depósitos de acumulación asociados al complejo alóctono Patagonia” (Argentina et al.), estudio iniciado en 2014 por “Q & S.I.T. Labs.” que utilizó para el relevamiento del fondo y subsuelo marino (principalmente al interior del lecho de los cañones submarinos) dispositivos UUV-AUV (acrónimos en ingles de “vehículo subacuático no tripulado” y “vehículo subacuático autónomo”). 

La entrega por etapas de datos mostró entre varios detalles hasta ese momento desconocidos que: primero el entorno y morfología de los cañones submarinos es cambiantes y sobre ellos indicen varios factores como la circulación de sedimentos, movimientos sísmicos, procesos volcánicos y cambios estacionales de los flujos oceánicos.

Segundo, que existen zonas donde dentro de un mismo sistema las presiones y temperaturas varían en función del método de medición.

Tercero, que existen dentro de los cañones submarinos fracturas y cavidades horizontales estables, con enorme complejidad para el trazado de su morfología. 

Y cuarto entre otros, que dentro de los cañones submarinos el desplazamiento de los flujos oceánicos es estable en diferentes rangos de profundidad, pero que en su relación con la dinámica de las corrientes marinas se forman flujos de inserción y turbulencias transversales cuya incidencia llega incluso hasta la superficie redistribuyendo las nutrientes y dando diseño a la congregación de especies en la pesquería del Mar Argentino.

En algunos sitios directamente arriba de los cañones submarinos estas turbulencias ganan velocidades cinco veces superiores (e incluso mayores, similares a la del viento golpeando un rascacielos) que la Corriente de las Malvinas cuyo promedio de desplazamiento es de 1,9 Km/h (Ver Fig. 49).

La operación de búsqueda del submarino debe basarse en estudios del fondo marino desde profundidad y no solo desde superficie.

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El lector podrá leer aquí de manera completa, las tres notas publicadas por OPI sobre el tema del hundimiento y búsqueda del ARA San Juan:

 

El Juzgado de Caleta Olivia no tiene medios, capacidad, formación ni jurisdicción para actuar en el incidente del S-42 ARA San Juan

¿Puesta en escena?, a 4 meses la tecnología de superficie no es eficaz para localizar al ARA San Juan

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4 COMENTARIOS

  1. Después de la actividad troll que afectó la página por largas horas una no puede más que destacar los contenidos, pueden resultar antipáticos para muchos pero la verdad siempre lo es para quienes tienen la cola sucia.
    Leía hace un rato algunos operadores en las redes sociales pidiendo hagan virales las críticas a estas notas de OPI y destacando que “si tanto saben que hagan la presentación judicial” y con sorpresa leí que uno de sus propios “asociados”, un funcionario del propio palo, les paró el carro en seco al listarle los temas que el autor había ya aportado a la justicia.
    Entre estos temas escritos a la Jueza está el de la anomalía hidroacústica, la ubicación física a través de las comunicaciones del submarino y entre otros uno que me llamó la atención y del cual hasta ahora nadie ha dicho una sola palabra en los medios, incluido éste, que se refiere a que al parecer el submarino no tenía tubos lanzatorpedos, es decir, era solo un sumergible sin armamento.
    Hay muchas cosas raras sobre el ARA San Juan, y la más rara de todas es el Presidente en medio de un Duelo Nacional de 3 días bailando alegremente a son de la música de Tini Stoessel el mismo día 17/11.

  2. El que sabe, sabe; está claro que hubo mucha mentira con esto y que al gob. no le importa nada.
    No entendí la última parte que está en el recuadro de scridb.

  3. Opi, FELICITACIONES, extensivo al Sr. Sofia, uno de los intelectuales mas destacados, siendo hijo de Rio Gallegos, debe resguardarselo para que no lo “golpeen” tratando de ensuciarlo.

  4. Una demostración de las intenciones generales sobre el submarino y su incidente que terminó en tragedia son las declaraciones en “LN Entrevista” de !A24 el 20/11/18 cuando se denosta innecesariamente a las familias de la tripulación y ni el presentador ni el canal dijeron o hicieron algo para llamarle la atención al entrevistado; la otra fue el bailecito del comandante en jefe de las fuerzas armadas, durante el duelo el mismo día que se encontró al submarino.
    Todos tenemos lo que nos merecemos, bueno o malo, en esta vida y eso viene de nuestras acciones.

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