11:00 – La mandataria bonaerense pide esperar hasta febrero para una definición de calendario pero asegura que hará “lo que sea funcional a la reelección de Macri”.
Por: Pablo de León
María Eugenia Vidal salió de sus oficinas de la AvenidaLibertador, en el barrio de Retiro, y se hizo tiempo para ir a comprar regalos para los hijos de unos amigos.
Fue hasta un shopping cercano y se metió en una juguetería donde compró unos muñequitos para el varón y unas conejitas para la niña. Y al salir de la juguetería (donde ya no compra presentes para sus hijas de 16 y18), se metió en un local de de artículos de surf y compró una remera para su hija mayor. Luego de abonar, un joven se le acercó y le dijo: “‘Me puedo sacar una foto para un familiar que te ama?”. Vidal aceptó sonriente pero luego de la selfie, se quedó de una pieza: “¿Y te puedo pedir otra para un amigo que es contra de ustedes?”, le solicitó ante la sorpresa de la mandataria deCambiemos.
Esa anécdota la cuenta Vidal ante los suyos para resumir lo que imagina para el 2019, año electoral que define nuevo Presidente y también, el próximo gobernador de la provincia de Buenos Aires. La mandataria imagina la profundización de la grieta, no como producto de una imposición buscada desde el oficialismo, sino como producto de una sociedad dividida.
“Será una campaña difícil, áspera”, se sinceró delante de su equipo más cercano, donde el tema del posible desdoblamiento o adelantamiento de los comicios bonaerenses es materia de discusión de todos los días. Incluso con dirigentes opositores como Sergio Massa o Martín Insaurralde, con quienes habló en los últimos días.
Pero ante eso, Vidal insiste en que no tiene su propia grieta ni con el Presidente ni con el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña.
“No quiero ser gobernadora de Cristina, quiero ser gobernadora de Mauricio”, repitió varias veces esta semana, dejando claro que“voy a hacer lo que sea funcional a la reelección presidencial de Macri”.
Por eso, la gobernadora dice que “hay que esperar” sobre habrá adelanto o no y asegura estar en eso en línea con Marcos Peña. Y conHoracio Rodríguez Larreta, su amigo y compañero de ruta política de hace muchos años y quien irá por la reelección porteña en la misma fecha de la elección nacional.
Peña es quien se opone a que la elección de gobernador bonaerense -como la de intendentes- vaya escindida de la votación dePresidente. Pero de todos modos, abrió un impasse hasta febrero (hoy dice que”todavía hay tiempo para analizar”) y allí, se tomará la definición al respecto. En esa mesa decisoria estarán Macri, Peña, Vidal (junto a su jefe de Gabinete Federico Salvai) y Larreta, junto a su vicejefe Diego Santilli.
“En marzo de este año ya se hablaba de pensar en 2023, en septiembre algunos planteaban hasta una Asamblea Legislativa y ahora, volvemos a hablar de la posibilidad de reelección del Presidente, no hay que apurarse”,insiste Vidal en línea con Peña y pide esperar hasta después de las vacaciones.
Sí tuvo rebote en esos actores de Cambiemos la reunión deCristina Kirchner con intendentes (que publicó Clarín) donde la ex Presidenta rechazó la idea de desdoblar comicios en la Provincia: “No le gusta la idea aCristina, mirá vos…”, le dijo a la gobernadora uno de sus principales asesores.
María Eugenia Vidal cierra su año recorriendo, por tercera vez, los 135 municipios bonaerenses (la primera fue en la campaña 2015) y asistiendo a la Fiesta del Trigo en Carlos Casares, donde todas serán loas por la situación actual del campo, sector que vuelven a cobrar bríos para la economía argentina.
Luego, se tomará 10 días en Mar del Plata con sus tres hijos y a su regreso, volverá a repasar los números de la economía donde imagina que la recuperación irá de a poco: primero el turismo, luego el consumo, después el campo y más tarde, la energía. Pero la gobernadora tiene claro que el último lugar donde llegará algún tipo de recuperación económica para 2019 (si sucede)será en el Conurbano.
Allí, donde se librará la batalla política mayor entre el macrismo y el cristinismo. (Clarín)
