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Marino negó los cargos por acoso sexual y puso a disposición sus fueros

El radical pampeano Juan Carlos Marino – Foto:

11:00 – Rechazó la denuncia de una ex empleada y habló de una “operación”; las senadoras evitaron referencias directas a su caso

Por: Gustavo Ybarra

Casi una semana después de haber sido denunciado de acoso sexual por una empleada de su despacho, el vicepresidente del Senado, Juan Carlos Marino (UCR-La Pampa), habló de manera pública para rechazar los cargos en su contra y puso sus fueros como legislador a disposición de la Cámara alta.

“De manera enfática niego haber tenido, respecto de la denunciante, una situación como la que se ha denunciado”, aseguró Marino en el tramo más sustancioso del texto que leyó en el recinto y que le había entregado a la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti.

La denunciante es Claudia Guebel, una asesora que trabajaba en el despacho de Marino, con más de 20 años como empleada del Congreso y militante de la UCR, igual que el senador acusado.

Según la denuncia, que investiga el fiscal Federico Delgado, el senador pampeano manoseó a Guebel durante una reunión en su despacho. En su presentación la mujer también acusó de abuso sexual al jefe de asesores del legislador y a un empleado de Diputados.

La intervención de Marino fue seguida por el resto de los senadores en un tenso silencio. El mismo clima espeso e incómodo imperó cuando, tras el descargo, tomaron la palabra las senadoras Norma Durango (PJ-La Pampa) y Gladys González (Pro-Buenos Aires), presidenta y vice de la Comisión Banca de la Mujer, para hacer un alegato contra el machismo en el que, sin embargo, no se mencionó la situación del pampeano.

En ese momento, Marino ya se encontraba fuera del recinto, donde mantuvo un breve contacto con la prensa. Quien sí se explayó más fue su abogado defensor, Claudio Calabressi, que oficiará de vocero del senador mientras dure la investigación judicial.

En su ingreso al recinto Marino recibió el saludo de varios de senadores, destacándose el peronista pampeano Daniel Lovera, que se levantó de su banca para estrecharle la mano.

Ya había tenido oportunidad de hablar con sus compañeros de bancada casi una hora antes, en una reunión del interbloque Cambiemos en la que recibió la solidaridad de las senadoras oficialistas. Según contó uno de los presentes a LA NACION, el pampeano “se quebró” al contar la situación que viven sus dos hijas desde que fue denunciado. “Es una operación o una venganza”, especuló sobre los motivos que motivarían la acusación de Guebel cuando se explayó en la confianza del recinto de reuniones del bloque radical, agregaron las fuentes consultadas.

El escrito que entregó a la presidencia del Senado consta de tres puntos. En el último, Marino pone “a disposición” del Senado sus fueros como senador. Si bien en un principio se había especulado con la posibilidad de que pidiera su desafuero, eso quedó descartado luego de que, tanto oficialistas como opositores, le señalaran el peligroso antecedente que podría significar una medida de ese calibre para la integridad del Senado.

A pesar de no contar con una fórmula precisa, el planteo de Marino fue girado para su tratamiento en la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Cuando todavía no había pasado la conmoción por la aparición pública de Marino, desde la Banca de la Mujer se volvió a instalar la cuestión de la violencia de género y sexual en el recinto.

“Pedimos una justicia justa que investigue y condene con celeridad si son culpables de los hechos que se denuncian”, dijo Durango, presidenta de la comisión. “Ya no nos callamos”, agregó la pampeana. (La Nación)

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