Las maniobras de Carambia y Prades, tan obvias como absurdas

12:20 – (Por Rubén Lasagno) – Desde el año pasado vengo diciendo que ni el intendente de Las Heras, José María Carambia, ni el de Caleta Olivia Facundo Prades, ambos de Cambiemos) se pueden escindir de su partido madre por razones de orden económico, pero también territorial. En análisis previos, como ya pasó antes de las elecciones del 2015, el intendente de Caleta Olivia jugó a dividirle la cancha a Eduardo Costa, teniendo en cuenta el respaldo propio que poseía de zona norte. Pero todo aquello era y fue solo una presión mediática para que el tres veces candidato a gobernador y perdedor por la Ley de Lemas, apareciera con la valija  y depositara los fondos necesarios que pedía el radical caletense “para no romper”.

Ahora se conjuga un panorama más o menos parecido, con algunas claras diferencias con el 2015. Los gritos destemplados de ruptura de Carambia y el Movere, se acallaron de golpe y pasó a alinearse con el costismo de manera automática, cuando se dio cuenta que sin la estructura atrás, no podrá ni siquiera ganar la intendencia.

Lo de Prades es parecido a la previa del 2015, pero con una carga negativa para el intendente producto de dos temas fundamentales: la impericia para resolver los problemas históricos de Caleta Olivia y el peso de la mochila con sospechas de corrupción, en una causa que “alguien la tiene pisada” le confiaron a este medio y otros alientan la idea de que, por parte del gobierno provincial (quien maneja la justicia) es una moneda de cambio la cual tiene su contraprestación en la conducta que muestre el intendente y sus dos diputados, con el gobierno de Alicia.

Hace pocos días en un medio de la provincia Prades salió despotricando contra Macri y el diputado Terraz llegó a decir que Eduardo Costa “tendría que dar un paso al costado”, para que Facundo Prades sea candidato a gobernador, argumentando el “salto generacional” que se necesita dentro de la política y en este caso la oposición.

“Que Nación mire a Facundo que es el único que tiene los votos”, dijo el legislador en un espasmo con fiebre alta y claros signos de un grave padecimiento del Delirio de The Truman Show (personas que creían vivir en una ficción en la que el/los únicos personaje real son ellos) y remató “Tenemos que ser una opción seria para la gente; Prades tuvo la capacidad y el coraje de gobernar en tiempos difíciles y en una situación de crisis como la que le tocó a Caleta Olivia” (¿?).

El problema para Terráz, Bucci y Prades, es que por más palabrerío usado para revocar al candidato, los hechos contradicen todo el relato: en las últimas encuestas, Facundo Prades no suma más del 6% de intención de voto y una altísima imagen negativa en zona norte; en el resto de la provincia, no tiene incidencia su imagen al igual que Carambia.

El que dice A, puede decir B

Y a pocos días del relato anterior, apareció en medios de la provincia una nota donde el otro diputado de Prades, Sergio Bucci dijo algo así como “bueno… tal vez con una línea interna vayamos dentro del espacio de Cambiemos”; pero cómo ¿No es que Costa es Belcebú? ¿No es que Macri ha sumido al radicalismo y específicamente a Santa Cruz, soltándole la mano a sus candidatos? ¿O es que Prades y sus diputados ya no puede resistir más y piden a gritos volver a la estructura de Cambiemos, porque de otra manera ya no tienen chances?.

Bucci fue y vino, surfeó en varios mares y claramente queda visualizada la desesperación de una parte del radicalismo/Cambiemos/Unión Para Vivir Mejor, que si no van en conjunto, volverán a perder con el FPV/PJ. Por eso y no por otra cosa el diputado “no descarta” estar en el frente electoral con Eduardo Costa, pero paralelamente le gustaría no estarlo, sin embargo están obligados a ir con el jefe del partido porque solos ni siquiera podrían ganar en la propia ciudad de Caleta Olivia.

Concluyendo: Carambia y Prades, trataron de jugar la personal, sin pensar que sus movimientos son tan obvios como burdos. Amenazan para que les tiren una soga y después terminan abdicando y diciendo exactamente lo contrario. Pero eso no es lo peor, el máximo problema es que si dividen el frente electoral de Cambiemos, no solo perderá Costa, sino, todos ellos, aún cuando el FPV no tenga ningún referentes, pero la Ley de Lemas que nunca tocarán, les asegura un plafón de votos que el radicalismo partido, no logrará.

Colorín colorado, (una vez más) los que gritan como el tero, se han alineado. Nada nuevo bajo los cielos santacruceños. Como en el 2015, siguen gritando en varios lugares, pero terminan poniendo los huevos en una sola canasta. (Agencia OPI Santa Cruz)