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El chavismo saca los fueros a siete diputados en un duelo de poderes

09:00 – Los acusa de “traición a la patria” por la sublevación; Guaidó volvió a presidir la Asamblea Nacional

Por: Daniel Lozano

La partida por el poder en la Venezuela revolucionaria es múltiple, se juega en varios escenarios a la vez y lo hace sin pausa. En un intento de maniatar al Parlamento democrático, el chavismo redobló el cerco que mantiene desde 2016, superando sus cotas más altas con la retirada de inmunidad a seis diputados con un sola sentencia teledirigida que dictó el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el martillo de la revolución.

Una posición de fuerza que a la vez descubre sus debilidades: el líder opositor, Juan Guaidó, que llamó a los diputados y al pueblo a apoyar la rebelión fallida de la semana pasada, presidió ayer en libertad el primer pleno tras el 30-A, otra señal de que la fragilidad de Nicolás Maduro lo mantiene alejado de los zarpazos chavistas.

En otro movimiento de largo alcance, Estados Unidos hizo público su “perdón” a quien fue director del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), pieza clave en la asonada fallida. El vicepresidente Mike Pence retiró las sanciones al general Cristopher Figuera, considerado siempre un militar cercano a Maduro, por su comportamiento de los últimos días: “Así será a quienes ayuden a rescatar la democracia”. Un nuevo guiño a los militares descontentos con el Palacio de Miraflores en medio de la mayor crisis histórica del país.

“Persiguen porque ya no tiene mando. Que cuente Venezuela con que vamos a seguir dando la cara. El cambio está cerca, Maduro está derrotado”, clamó el presidente encargado, que defendió con fuerza a su vicepresidente, Edgar Zambrano, acusado previamente por el TSJ de cometer siete delitos (traición a la patria, conspiración, rebelión civil y odio continuado, entre otros) y a los seis diputados también sumados ayer por el TSJ: Henry Ramos Allup, líder de la socialdemócrata AD; Mariela Magallanes y Américo de Grazia (La Causa R); Simón Calzadilla (Movimiento Progresista); Richard Blanco (Fracción 16 de Julio) y Luis Florido (independiente).

“A nosotros no nos allana nadie sino nuestra propia cámara (Parlamento). Esta cámara seguirá sesionando y haciendo resistencia. El grupo hamponil de Miraflores tendrá que entregar el poder”, respondió Ramos Allup.

La votación entre los magistrados tuvo un voto en contra, el de Danilo Mojica, “por violentar antejuicio de mérito constitucional”, dando así la razón a los diputados opositores. La Constitución solo permite juzgar a un diputado si previamente así lo decide el propio Parlamento.

Al frente de las deliberaciones del alto tribunal estuvo su presidente, Maikel Moreno, a quien Washington acusó de incumplir los acuerdos previos al levantamiento del 30 de abril, lo que habría permitido a Maduro mantenerse en el poder.

La iniciativa del TSJ fue refrendada horas más tarde por la Asamblea Constituyente. Incluso Diosdado Cabello, su presidente, adelantó que otros tres diputados serán procesados en breve. “Se presentaron en el lugar de los hechos con una sonrisa reluciente, diciendo ‘se va el tirano'”, ironizó el número dos de la revolución.

Estos siete parlamentarios no son los únicos atacados por el gobierno. El diputado Gilber Caro volvió a caer en las garras del chavismo, pese a tratarse de uno de los presos políticos liberados tras las elecciones presidenciales del año pasado. “El caso de Caro constituye una de las violaciones más graves de los derechos humanos ocurridas en Venezuela, ya que no solo se viola su inmunidad parlamentaria, sino que se constituye en una desaparición forzada al cumplirse hoy [por ayer] 11 días sin que sus abogados ni su familia sepan de él”, dijo a LA NACION la diputada Adriana Pichardo.

Agentes del Sebin y militares tomaron ayer a la mañana las instalaciones de los aeropuertos privados de Caracas, por orden de Maduro. Horas antes había huido, camino a Trinidad, uno de los asistentes de Leopoldo López.

El pleno de ayer no contó con la presencia de periodistas porque un contingente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) impidió su acceso, excepto para un par de estrellas de la televisión chavista. Como es habitual, contaron con el apoyo de chavistas radicalizados, los mismos que desde enero de 2016 golpean, insultan, roban y persiguen a comunicadores y a los propios diputados. La gran paradoja es que parte de la unidad de la GNB que permanecía en el Palacio Legislativo hasta la semana pasada formó parte de la sublevación. Para redondear la censura informativa, el gobierno ordenó el bloqueo de YouTube y Google Drive. (La Nación)

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