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LOS ARGENTINOS NOS MERECEMOS LO QUE NOS PASA

Cristina Kirchner junto a su comitiva arriba a Río Gallegos en el T01 – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

12:00 – (Por Rubén Lasagno) – Todo lo que nos ocurre de bueno y malo, social, política y económicamente, los argentinos nos lo merecemos. Somos absolutamente bipolares, estrafalarios, kafkianos, soberbios, individualistas, egoístas, mentirosos, conformistas; nos mostramos tan eufóricos como desencantados y hablamos mucho, hacemos poco y repetimos la historia como frenéticos y absurdos desmemoriados.

El fenómeno Cristina Fernández/kirchnerismo es un ejemplo claro de lo que nos pasa como sociedad. Mauricio Macri es otro de los productos execrables de nuestras sinuoso humor que apuesta al milagro para resurgir como el ave Fénix de la caída y cuando despertamos a la ineptitud de los que nos prometieron navegar en un mar de abundancia, lo quitamos de un manotazo y comenzamos a mirar por el espejo retrovisor buscando entre los muertos que no enterramos, alguno de ellos que nos pueda salvar. Es verdaderamente increíble.

Lo que está pasando en el país no tiene ni siquiera antecedentes en los países más pobres e institucionalmente más débiles del planeta. Somos una vergüenza mundial y no nos damos cuenta. Arrastramos las cadenas más pesadas del contraejemplo político de las sociedades modernas y creemos (aún y a pesar de todo) que alguien de nuestro pasado oscuro, puede reconvertir este cabaret político/institucional en un convento de monjes laboriosos, solidarios, por lo cual Argentina va a ser y se va a desarrollar mediante un diálogo ecuménico y de liderazgo, primero para si misma y luego para Latinoamérica.

Estamos enfermos de egocentrismo, de incapacidad, de charlatanería barata y aún así, insistimos y perseveramos en esa misma línea. No nos importa la historia, solo y como buen existencialista, el argentino medio mira su bolsillo, escudriña su alrededor inmediato y si nada lo saca de su zona de confort opta por no hacer nada para cambiar el estatus quo o arremete a lo Pirro destruyendo todo a su paso, aunque le vaya la vida en ello. La clase política es marginal, becaria y técnicamente inútil. La pregunta sería ¿Por qué debería ser mejor, si es producto de nuestra propia elección de vida?.

El kirchnerismo en su conjunto y CFK en particular, es lo peor de los últimos tiempos que recuerde este país. Lo de Macri va camino a repetir la mala experiencia, sin embargo, el actual presidente desesperado solo por alcanzar las urnas en octubre, agita “el diálogo” como una bandera blanca deshilachada, sucia, semienterrada entre las dudas de un ocaso cercano, un gobierno deprimido y tan devaluado como la moneda y sus pretensiones por sobrevivir. Claro, en Argentina solo bastan actitudes para convencer al votante emocional que en el último minuto de gobierno un presidente puede hacer lo que no hizo en cuatro años. O suplantar en la memoria colectiva para hacerla blanco del voto lábil de nuestro pueblo, la imagen demoledora de una ex presidenta multiprocesada, embargada por miles de millones de pesos, principal partícipe en la danza de los bolsos llenos de dólares, con todo su ex gabinete encarcelado por corrupción y pruebas irrefutables del robo desembozado en el cual sumergió al país por más de una década junto a su marido.

Una excelente frase de autor anónimo dice “Los pueblos que no tienen memoria están condenados a repetir la historia” y la Argentina es un ejemplo práctico de esta sentencia condenatoria, de una enfermedad cíclica de nuestro cuerpo social: no aprendemos más. Somos infieles a la verdad, incorregibles en las malas experiencias, tercos en la insistencia de resultados ostensibles, inoportunos históricos con malformaciones políticas congénitas, es lo único que explica transitar 70 o más años haciendo lo mismo, votando sin elegir, sin optar y cuando lo hacemos ponemos en las urnas los espejitos de colores que compramos de las campañas caras en costos, baratas en calidad de candidatos e inexistentes en capacidad propositiva; ni hablar de la idoneidad de cada uno que se propone a cualquier cargo, desde un intendente, pasando por un gobernador, diputado, senador o presidente.

Hoy asistimos azorados al virtual pedido de socorro de un presidente a quien se lo votó para “cambiar” al país, enroscado en sus propia inutilidad e ineficiencia y en su afán de no tirar la toalla, pide socorro a sus denunciados; a los que nos vaciaron, nos robaron el futuro, a quien le dejó “la pesada herencia” la cual no pudo revertir y profundizó.

Sentarse a la mesa con Cristina Fernández y/o el kirchnerismo en su conjunto, edulcorando esta suerte de bajada al barro mediante el sofisma de la “concertación”, en un país que es un cocoliche moral, ideológico y político, es muy absurdo. Ayuda a bajarle el precio a “Cambiemos” y subirle el nivel a la locura de la jefa de la banda, quien claro está, jamás acudiría a la cita y si lo hace, será para enrostrarle a Macri lo inútil que es y lo acertado de sus políticas populistas, a pesar del llevarse a su casa un PBI, mientras pide que la sigan votando.

O que su hijo, vago e inútil si lo hay, le responda a Macri con sarcasmo desde un micrófono de barricada, porque los Kirchner son incapaces de mantener una discusión abierta y cara a cara, que su madre pide “cuatro ejes”: desayuno, almuerzo, merienda y cena, haciendo una alegoría a la pobreza existencial que profundizó este gobierno, pero faltando a la memoria de que su madre fue la gestora la cual hundió y se robó un país antes de todo esto.

Tal vez los “cuatro ejes” que se le podría devolver elegantemente a Máximo Kirchner serían: levantarse, trabajar, estudiar y sincerarse. Pero claro, el gobierno nacional que encarna Macri y lleva el “dream teem” del siglo, no le es propicio responderle con la verdad a los descuartizadores más recientes del país, antes del propio Macri.

La “concertación”, esa especie de llamado desesperado o de arrepentimiento a destiempo del presidente para convocar a todos y a cualquiera para salvar las pilchas en octubre, sabiendo con suficiente anticipación que es una herramienta ineficaz, extemporánea e inútil para salvar al país de brete donde nos ha metido, solo sirve para el resurgir de oportunistas que solos no miden más de un dígito o exacerbar egos, como los de Cristina Fernández quien ahora juega un papel central, otorgado por un presidente argentino en funciones quien jugó con fuego y ahora se quema las manos. (Agencia OPI Santa Cruz)

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5 COMENTARIOS

  1. Qué más se puede agregar?. Excelente comentario. Quién en su sano juicio puede rebatir las certeras palabras de Lasagno?

  2. Tal cuál, es así, por eso esta vez pueblo vote mirando bien a quien le dan la oportunidad de gobernar, a ver si logramos un poco de justicia y metemos en cana al resto de los corruptos que se nos cagan de risa en la cara, con propiedades del banco residual, tremendos autos, empresarios exitosos, lavando guita afanada al pueblo, calles llenas de camiones, todo mal habido.

  3. Desde que Peron fue presidente nos merecemos lo que nos pasa a los argentinos , no existe mal que dure 100 años , les queda poco para desaparecer de la faz de la tierra .
    Eramos una potencia mundial , el mejor pais de centro y sur de america , hasta que los peronchorros entraron a gobernar , ahora somos ejemplo de corrupcion a nivel mundial , todo un gran logro para los gobernantes.

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