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Cuccioli trazó en la UIA una metáfora de la crisis: la AFIP es el financista Nº 1 del país

El titular de la AFIP, Leandro Cuccioli – Foto:

09:00 – Minutos antes de levantarse de la mesa, Leandro Cuccioli , director de la Administración Federal de Ingresos Públicos ( AFIP ), un técnico que no suele meterse en cuestiones partidarias, agradeció el encuentro y les dejó a sus anfitriones industriales un mensaje proselitista: dijo que todas las críticas eran siempre bienvenidas, que ninguno de ellos se expondría nunca a costo alguno por decir lo que piensa, pero que esas libertades podrían perderse si la Argentina eligiera retroceder hacia el pasado.

Por: Francisco Olivera

Todo el Gobierno está en campaña. Esas conclusiones, que se oyen con frecuencia en las visitas empresariales a la Casa Rosada, son palabras de Mauricio Macri. Cuccioli las repitió ayer en un almuerzo con el comité directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), un ámbito en el que los cuestionamientos a la gestión del Presidente conviven con un pánico creciente al regreso de Cristina Kirchner.

Estaban Miguel Acevedo, presidente de la entidad fabril; los vicepresidentes Alberto Álvarez Saavedra, Daniel Funes de Rioja, Miguel Ángel Rodríguez, Eduardo Nougués y Guillermo Moretti, y directivos como Jorge Sorabilla y José Urtubey, entre otros.

El jefe de la AFIP estaba aprovechando la buena impresión que su manera de exponer -admitió los problemas causados por la recesión y la presión impositiva y recordó los planes de financiación que tenía el organismo para empresas asfixiadas- había causado entre los dueños de casa. “Es la primera vez que estoy con un funcionario que se equivocó de gobierno: tiene sensibilidad, conocimiento y, sobre todo, humildad en un entorno de gente que te quiere siempre llevar puesto”, dijo a LA NACION un empresario que estaba en el almuerzo y que en 2015 respaldó internamente en la UIA la candidatura de Macri.

Lista de problemas

No bien se sentó a la mesa, a las 12.30, Cuccioli escuchó la concatenación de problemas impositivos fabriles que expuso el primer expositor, Carlos Abeledo, presidente del departamento tributario de la entidad, y las dificultades particulares propias de las empresas en tiempos de caída en la actividad. “Yo les compro a las multinacionales a precio dólar, vendo en pesos y cobro a los 90 días”, le comentó el santafesino Moretti, referente de la industria química pyme.

Cuccioli les recordó que su trabajo consistía en aplicar una normativa que se decidía en otras áreas de la administración y agregó lo que también sabe todo propietario industrial: en “una Argentina quebrada”, dijo, la AFIP se ha convertido en “el primer banco del país”, porque es el ente que más hace por la financiación de las empresas. Y expuso, como otras veces, números para respaldar el concepto: mientras el Banco Nación tiene prestados 280.000 millones de pesos en el sistema, el organismo recaudador lo hace en alrededor de unos 300.000 millones a través de planes de pago o refinanciaciones a tasas menores que las que ofrece cualquier entidad financiera.

Es cierto que para las empresas no es suficiente en momentos como el actual. Cuando le tocó hablar a cada directivo, Rodríguez puso el acento en que a las pymes les estaba costando mucho cumplir, Abeledo planteó que la crisis hacía que esos programas de financiación muchas veces se superpusieran y quedaran cuotas yuxtapuestas, Sorabilla recordó que la macroeconomía no estaba funcionando y Funes de Rioja recordó la derogación del decreto 814, que permitía compensar impuestos con cargas sociales hasta que fue derogado, con la última reforma tributaria.

Cuccioli se limitó a prestar atención. Después expuso los problemas de caja del fisco inherentes a la caída en las ventas, alentó a todos a esperar los resultados de fiscalización que le darán a la AFIP las nuevas tecnologías, tomó nota de las observaciones y prometió estudiar nuevas alternativas.

El desánimo y las expectativas de los empresarios están tan por el piso que eso solo alcanzó para conformarlos. “Da gusto estar con un funcionario que conoce y escucha”, le agradeció Acevedo. El resto lo hizo la frase de despedida: esa leve alusión del invitado al posible regreso del kirchnerismo. La herramienta electoral de Macri. El temor es más fuerte. (La Nación)

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