¿Cuál fue el papel de Roberto Giubetich en el acto político de ayer del kirchnerismo?

11:15 – (Por Rubén Lasagno) – Se podría entender que el Intendente de Río Gallegos, Roberto Giubetich, concurriera a un acto del gobierno provincial encarnado por Alicia Kirchner, si el evento significara un hecho institucional donde alguna autoridad nacional llegara a la ciudad en el marco de algún plan, programa, proyecto o anuncio de inversión conjunta, pero ver al intendente durante el acto político del kirchnerismo con la llegada de Alberto Fernández, un don nadie que solo ostenta el título que le dio su jefa de ponerlo como “precandidato a la presidencia”, nos genera una sola pregunta ¿Qué tenía que hacer ahí Roberto Giubetich? ¿Qué representaba el municipio de Río Gallegos a través de su intendente, en un acto partidario y además del lanzamiento de campaña kirchnerista? ¿O Giubetich es un Radical más que dio el salto a la verja y todavía no salió del closet político?.

La obsecuencia de Giubetich con el kirchnerismo no es nueva, es histórica. Se remonta a cuando él era Secretario de Obras Públicas del municipio junto a Héctor Roquel y en ese tiempo corría desesperado a licuar millonarias deudas impositivas de Austral Construcciones a través de los sospechosos contratos de compensación, por los cuales (se suponía y nunca se probó) que Lázaro Báez ponía las máquinas para movimiento de obras y tierras y Giubetich le condonaba graciosamente las deudas, a costa de todos los vecinos.

Hasta aquí parecía ser solo un negocio más de corrupción. Pero Giubetich fue el mayor articulador dentro del municipio para que a Casino Club no le tocaran ni una sola ficha por deudas a la ciudad y cuando los inspectores municipales de bromatología ordenaron cerrar el negocio de juego de Cristóbal López por la mugre y ratas que encontraron, un telefonazo a Giubetich resolvió todo inmediatamente: acusaron a los funcionarios de haberse excedido en sus funciones.

Giubetich corrió desesperadamente cuando Máximo y Rudy Ulloa lo llamaron para ordenarle que disponga de un predio dedicado, dentro del cementerio municipal (que, vale aclarar, no es de Giubetich ni de los Kirchner), para levantar el mausoleo, pocos días después de la muerte de NK a finales del 2010. Con prisa y menos pausa, Giubetich armó toda “la documentación necesaria” para ceder gratuitamente el predio que es público y cuando empezaron las obras, nunca un inspector municipal, llegó allí con orden de controlar y exigirle al constructor que se apegara a reglamentos de construcción urbana o verificar algún tipo de incumplimiento a normas de edificación, planos o disposiciones dentro del cementerio municipal. Lázaro Báez hizo lo que se le ocurrió, quiso y decidió, formando un verdadero ghetto de ostentación y desmesura dentro de un cementerio humilde (y público) como el de Río Gallegos.

Aquel mes de diciembre de 2010, previo al cumpleaños de la ciudad (el día 19), la municipalidad de Río Gallegos recibió la orden desde el gobierno nacional de ponerle “Néstor Kirchner” a la calle principal de la capital, Julio Argentino Roca. El radicalismo fue el principal favorecedor del FPV en el Concejo Deliberante para truchar todo el procedimiento, salteando ordenanzas, ignorando la Comisión de Toponimia y dándole las manos al kirchnerismo, forzaron todos los reglamentos para imponer el renombramiento, porque el día 19 vendría Cristina, Máximo y Florencia a correr la tela simbólica que cubriría el nuevo nombre de Roca, en honor al ex presidente muerto.

Allí Giubetich tuvo un trabajo contra reloj. Mucho antes de que en el Concejo deliberante “aprobaran” el cambio de nombre, el Secretario de Obras Públicas ya tenía preparada la cartelería con el nuevo nombre. “Av Presidente Néstor Carlos Kirchner”, decían las chapas impresas bajo órdenes de Giubetich, pero no podía largar los muchachos de señalización a la calle, por las idas y vueltas del tema en el Concejo Deliberante, lo cual le retrasaba todo.

Cuando lograron forjar la farsa y emitida la Ordenanza que ya estaba escrita desde hacía varios días atrás como la cartelería nueva, Roberto Giubetich en persona recorría la calle céntrica de Río Gallegos, supervisando a decenas de trabajadores que raudamente se volcaron al recambio de los nomencladores en las esquinas, para llegar a tiempo y no entorpecer el acto que llevaría a cabo el día 19 de diciembre Cristina Fernández, en ese momento, mandataria nacional.

Giubetich también impulsó, pero en este caso no pudo lograrlo por la oposición ciudadana y la instalación del tema a nivel nacional, el traslado del monumento del General Roca, en la intersección de calles Roca y San Martín de esta ciudad, para poner allí una estatua de Néstor Kirchner, que finalmente Rudy Ulloa, amigo de Giubetich, colocó en Barrio del Carmen.

Como Intendente, Roberto Giubetich ha demostrado ser un as en la manga de Alicia Kirchner y actúa en perfecto orden con lo indicado y establecido desde el gobierno provincial. Después de leer esto, tal vez a la pregunta inicial con que abrimos la nota, la deberíamos componer de manera inversa ¿Por qué Roberto Giubetich no debería estar en un acto partidario de lanzamiento de fórmula krichnerista junto al gobierno provincial?.

Lo serio

Lejos de juego dialéctico, del anecdotario y las críticas hacia un funcionario municipal, debemos tener en cuenta que Roberto Giubetich es una figura histórica muy importante dentro del Radicalismo provincial y ha sido un armador político antes inclusive de las intendencias de Héctor Roquel, Freddy Martínez y del propio Eduardo Costa, cuando el empresario en el 2007 se empeñó en lanzarse a la política en Santa Cruz.

Es un hombre con peso específico dentro de la UCR y de la alianza gobernante (Cambiemos) con un condimento extra: quiere ser candidato a diputado nacional en la fórmula que lleve a Eduardo Costa a la gobernación.

Si UPVM, Cambiemos o el Radicalismo, como se lo quiera designar a la oposición, pretende hacer una elección mejor a las que hizo hasta ahora ¿Puede llevar en la lista a diputado nacional a un hombre de las características de Giubetich, claramente mimetizado con el oficialismo gobernante, amigo de Ulloa, Máximo, Alicia y afines y “obedecedor” nato de cualquier mandato K? ¿Creerá Eduardo Costa que el actual intendente le puede sumar votos? ¿No cree que le puede restar? ¿No creerá Eduardo Costa que la gente es ciega, sorda y muda? ¿O creerá que votan en Marte y no en la tierra, más específicamente en Río Gallegos, donde el radical mostró la hilacha de lo que puede hacer o en realidad, de lo que no puede hacer?

Si tomamos el humor de la gente en la capital de la provincia, donde cualquier tendencia es ampliamente negativa para Roberto Giubetich, por su mala praxis frente al municipio, una desidia absoluta en materia de gestión, todo agravado por su vasta experiencia en la materia al haber sido varias veces el principal funcionario de los intendentes radicales de Río Gallegos, no es compatible su baja aceptación pública con el lanzamiento de Giubetich como candidato a diputado nacional, a menos claro, que a Eduardo Costa no le importe retener la banca.

Si a todo esto le sumamos el blooper de ayer, donde Roberto Giubetich fue el único Radical mezclado entre la fauna kirchnerista, aplaudiendo al “panqueque parlachín” puesto por Cristina Fernández, hoy el precandidato a gobernador de “Cambiemos” tendría que estar recalculando sobre la conveniencia de llevar a Giubetich a la diputación nacional, a menos claro, que no le importe perder en manos de cualquier ignoto oficialista. (Agencia OPI Santa Cruz)