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La muerte de un migrante y su hija agita el debate político y desata críticas contra Trump

La muerte de un migrante y su hija agita el debate político y desata críticas contra Trump

08:10 – La foto de los dos salvadoreños ahogados en el río limítrofe con México generó conmoción y cruces entre el presidente y los demócratas por las políticas migratorias

La desgarradora foto de los cuerpos sin vida de un migrante salvadoreño y su hija de dos años , ahogados al tratar de cruzar de México a Estados Unidos , devolvió a la memoria la imagen de un niño sirio ahogado en Turquía en similares circunstancias y agitó el debate político en Estados Unidos, donde la migración será tema clave de la campaña presidencial.

Las víctimas fueron identificadas como Oscar Alberto Martínez y su hija, Angie Valeria, de 23 meses. La foto los muestra boca abajo, sumergidos en el agua sucia de un canal luego de ser arrastrados a la orilla del río Bravo por la corriente. Sus cuerpos se ven tendidos sobre el lado sur del río, el lado mexicano.

Ambos se ahogaron cuando trataban de cruzar como medida extrema y desesperada, luego de haber fracasado en su intento de pedir asilo, lo que hizo de la tragedia una daga que se lanzaron los legisladores demócratas y el presidente Donald Trump . Las dos partes se acusaron de haber allanado el camino del desenlace.

“Trump es responsable de estas muertes”, dijo Beto O’Rourke, excongresista de Texas y en carrera para la candidatura demócrata para las elecciones de 2020. “Cuando su administración se niega a cumplir nuestras leyes -impidiendo que los refugiados se presenten para solicitar asilo en nuestros puntos de entrada- provoca que las familias crucen entre los puertos, lo que asegura un mayor sufrimiento y muerte”, insistió en Twitter.

El presidente replicó y culpó a los demócratas por negarse a reducir el flujo migratorio, con el soñado muro como medida estrella de una constelación de leyes. “Si tuviéramos las leyes correctas, las que los demócratas no nos permiten tener, esa gente no aparecería, no lo intentaría cruzar”, señaló. “La odio”, dijo sobre la foto. “El padre probablemente era un tipo fantástico”.

La foto causó indignación en el mundo como cuando el niño sirio Aylan Kurdi fue hallado sin vida en una playa de Turquía en 2015. Su familia pretendía migrar a Europa huyendo de la guerra civil y se encontró con un mar embravecido que hizo zozobrar su embarcación, como otros miles de migrantes de Medio Oriente y África que se arriesgan a la travesía del Mediterráneo.

La conmoción llevó a The New York Times a publicar la foto de los salvadoreños en tapa y a dedicarle un editorial. “Estados Unidos necesita una política de inmigración que combine seguridad en la frontera, justicia y humanidad”, señaló. “Nadie con conciencia puede mirar la foto de un solicitante de asilo y su hija de 23 meses muertos en la orilla del río y aceptar el statu quo”.

A medida que la foto se viralizó en las redes, los demócratas en la Cámara de Representantes aprobaron un proyecto de ley de emergencia de ayuda humanitaria por 4500 millones de dólares para abordar la difícil situación de los migrantes.

“Estas familias que buscan asilo a menudo huyen de la violencia extrema”, dijo la senadora por California Kamala Harris, también precandidata demócrata. “¿Y qué es lo que ocurre cuando llegan? Trump les dice ‘vuelvan por donde vinieron’. Eso es inhumano. Están muriendo niños. Esto es una mancha en nuestra conciencia moral”.

Desde México, el presidente Manuel López Obrador deploró la tragedia de los dos salvadoreños, que habían atravesado todo el país desde América Central. “Es muy lamentable que esto suceda”, declaró. A medida que más migrantes son rechazados por Estados Unidos, agregó el mandatario, “hay gente que pierde la vida en el desierto o cruzando el río Bravo”.

La polémica de la foto coincidió con un severo informe de las condiciones en que Estados Unidos mantiene a los niños migrantes detenidos tras una visita de un grupo humanitario a un centro de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas.

“Los niños en Clint nos dijeron que no tienen acceso regular a duchas o ropa limpia, algunos dicen que no se les permitió bañarse durante semanas y que no tienen acceso regular al jabón”, dijo Clara Long, investigadora de Human Rights Watch. Las autoridades trasladaron el lunes a unos 250 chicos a otros centros, pero al día siguiente 100 menores ya estaban de nuevo allí. (La Nación)

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