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El salto del dólar puso en alerta a las empresas: suspendieron envíos y ya revisan sus precios

08:00 – La amenaza de una reaceleración inflacionaria, ante una nueva y abrupta devaluación del peso, vuelve a hacerse presente

Por: Javier Blanco

La aciaga jornada de mercados que se vivió ayer ya tiene i mpacto sobre la economía: numerosas empresas de consumo masivo resolvieron suspender (algunas con excusas, otras con avisos formales) el envío de mercaderías a las cadenas de supermercados y a los distribuidores mayoristas para ganar el tiempo necesario que les permita decidir si retocan sus precios.

Es lo que ocurrió apenas el dólar abrió cotizando a 60 pesos, pero que quedará definido desde hoy si se confirma que, pese a los esfuerzos del Banco Central (BCRA), el tipo de cambio insinúa que no volverá a aproximarse a los valores pre-PASO, algo que se descuenta dado el grado de incertidumbre que surgió tras las elecciones y la brecha que se abrió entre oficialismo y oposición a la hora de buscar culpables.

La reacción de las compañías fue generalizada, lo que enfrenta a la economía nuevamente al riesgo de quedar sin precios, como sucediera precisamente hace casi un año, es decir, en las semanas previas a que el Gobierno lanzara el plan de crecimiento cero de la oferta monetaria, tras una revisión de urgencia del plan pactado dos meses antes con el FMI.

Como referencia solo hay que remontarse a un año atrás, cuando la corrida cambiaria tomó su segundo envión y el dólar, que había abierto agosto a $28, lo cerró a $39,8. “Un ajuste del 25% que después pegó 16% en el índice de precios mayoristas de septiembre y nos legó el pico inflacionario minorista meses después”, recuerda el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, en alusión a los índices del 6,6% y 5,1% que reportaría luego el IPC de septiembre y octubre.

El riesgo de una reaceleración inflacionaria fue admitido incluso por el presidente Mauricio Macri en la conferencia de ayer. Es una amenaza omnipresente tras la devaluación del 18% que el peso registró ayer y que, según adelantó, anulará los avances antiinflacionarios que venía haciendo el Gobierno.

“Con este salto cambiario ya habrá quien se tiente a remarcar para cubrirse, por mucho que se limite por la baja demanda. La inflación de agosto y septiembre pasa a tener un piso más alto del que se preveía hasta el viernes. ¿De cuánto? Eso dependerá de la capacidad del BCRA para calmar al mercado, un margen de maniobra limitado por la situación política”, sostiene Federico Furiase, economista del Estudio Eco/Go.

Otra vez en guardia

Para su colega Santiago Palma Cané, al salto del dólar aportaron “la tibia intervención oficial en el mercado de cambios y la nula comunicación sobre la política que se seguirá. Esto va a tener importantes consecuencias sobre el nivel de precios y el consumo”.

El BCRA, pese a que la última regla cambiaria vigente lo obliga a intervenir cuando el valor del dólar supere los $51,45, ayer solo se decidió hacerlo cuando el billete llevaba más de dos horas cotizando en torno a los $60.

Al respecto, hay todo un debate sin saldar: ¿debe jugar a fondo para sostener el valor del peso con los recursos que tiene a mano o debe cuidar las reservas para evitar un problema aún mayor?

Por lo pronto, al final del día ayer terminaría usando US$105 millones de las reservas que, sumados a los US$60 millones que licitó por cuenta y orden del Tesoro (como hace habitualmente), hicieron que casi un tercio de las divisas operadas en el mercado las aportara el Estado.

Con ese abastecimiento, y una suba de 1107 puntos básicos en la tasa de interés de referencia (saltó de 63,71 a 74,785% anual), logró recortar la tasa de devaluación del peso del 33 al 18%. Pero no logró retener buena parte de los pesos absorbidos vía Leliq, por lo que la friolera de $158.900 millones ganaron la calle y se teme que alimenten la puja por ir al dólar en las próximas jornadas.

Los analistas advierten que el BCRA estará obligado a buscar un nuevo equilibrio entre dólar y tasa mientras sigue proveyendo al mercado con reservas, al que aún no se llegó ni con el nivel récord que alcanzó la Leliq ayer.

De allí que descuentan un traslado a precios ante la nueva carrera alcista que ensayó el dólar, y comienzan a archivar la idea de una tímida reactivación de la economía, considerando el nuevo golpe a los salarios que este costo inflacionario implicaría en momentos en que, por primera vez en casi un año y medio, parecían iniciar una tímida recuperación. (La Nación)

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